“Resulta irresistible hablar sobre las emociones, las pasiones, las virtudes y los vicios de los hombres”

El 26 de febrero finaliza el plazo para presentarse al XII Certamen Literario de Relato Breve Alonso Zamora Vicente. Uno de sus responsables, Rafael Jiménez Pascual, subdirector de la Red de Bibliotecas de la Universidad Nebrija, se ha puesto por un momento en la piel de un participante y nos ha contado qué le gustaría escribir, quiénes son sus autores favoritos de relatos o cómo este concurso es una buena oportunidad para rendir homenaje al escritor y filólogo Alonso Zamora Vicente, cuando se cumplen 100 años de su nacimiento.

Imagine que no es uno de los organizadores del certamen de relatos y que está pensando en participar en el mismo. ¿Sobre qué le gustaría escribir?

¡Buena pregunta! Hay tantas cosas acerca de las que verter algunas palabras sobre el papel, aunque, para decirlo de forma resumida, me gustaría escribir de lleno sobre cualquiera de mis preocupaciones más hondas, que es de lo que en definitiva escribimos todos, aunque disfracemos estas tras los velos y el andamiaje de las formas, los géneros y el discurso narrativo. Resulta irresistible hablar sobre las emociones, las pasiones, las virtudes y los vicios de los hombres, sobre todo aquello que, en definitiva, nos hace humanos y nos vuelve inhumanos. Cualquiera de esas preocupaciones me vendrían bien para lanzarme a participar en este concurso.

¿Qué autores tendría como referentes?

Tratándose de narrativa corta soy algo clásico para ofrecer propuestas, y siempre tendría como referentes a escritores como H. G. Wells, Joseph Conrad, Jack London, Robert Louis Stevenson, Edgar Allan Poe, Isabel Allende, Adolfo Bioy Casares, etc. y en una apuesta algo más inmediata me espejaría en la huella de Luisgé Martín, Manuel Rivas o Juan Gracia, autores cuya forma de crear la imagen literaria me fascina. Todos ellos son para mí buenas muestras de la fuerza de un gran relato, autores que han hecho de este tipo de pieza, más o menos corta, más o menos larga, todo un género. En la Red de Bibliotecas de la Universidad Nebrija damos buena cuenta de la producción de todos ellos, y no hay mejor manera de escribir que leer y fijarse en los maestros, así que ahí van algunas sugerencias que pueden encontrarse en nuestras sucursales para prepararse un poco a conciencia.

Los cuentos y los relatos forman parte de nuestra vida. ¿Recuerda alguno con especial cariño?

Recuerdo muchos y es difícil señalar uno sólo. A resultas de hacer converger un especial recuerdo sobre alguno de estos relatos con el descubrimiento de mi literatura con mayúsculas, mencionaría cualquiera de los textos de Cuentos de los mares del sur o de Siete cuentos de la patrulla pesquera, de London. En todos ellos hay una magia especial que combina la presencia de la más alta literatura con el contenido de esas preocupaciones esenciales de cualquier persona a las que he hecho referencia antes, todo ello vehiculado siempre con una forma de expresión tremendamente sencilla y, por ello, eminentemente literaria.

Desde hace unos años, las librerías y bibliotecas cuentan con más espacio para los libros de los relatos y microrrelatos. ¿Cuál es el motivo de este auge?

Por una parte, quizás, el redescubrimiento de un género que, de forma inexplicable, ha estado siempre a la sombra de la novela, en ocasiones absurdamente menospreciado o minusvalorado. Por otra, el carácter de novedad que representa este mismo descubrimiento permite conocer nuevos autores poco o nunca antes considerados. En este sentido, muchas editoriales de reciente aparición en nuestro panorama editorial –y otras más veteranas- están gestando un catálogo impresionante con obritas cortas y relatos nunca antes publicados, al menos en España, tanto de esos autores desconocidos como de algunos otros bien conocidos por el público gracias a obras y novelas que, en su momento, les consagraron. También la repetida idea de la crisis de la novela –aquello de que la novela ha muerto- ha empujado otras formas literarias que, en el contexto actual de discutible hiperbrevedad que se nos echa encima, ha fortalecido la presencia de obras más rápidas de leer, que nos exigen, en apariencia, menos tiempo de inversión. Lo aparente, no obstante, pocas veces conduce a lo real.

En esta sociedad en la que la prisa está tan arraigada, ¿es el relato breve la salvación de la literatura?

Digamos que, seguramente, el relato breve y las distintas formas de microliteratura se ajustan mejor a los imperativos de nuestra apresurada forma de vida, y pueden sacar partido de esa coyuntura. A pesar de todo, se trata, en mi opinión y en efecto, de una coyuntura, y en el cíclico devenir de la evolución de nuestra sociedad y su relación con la literatura, no descarto un nuevo encumbramiento de la novela y sus formas literarias afines. En cualquier caso, nunca debería confundirse la extensión con la densidad de una obra –sea esta relato, novela, poema, ensayo, etc.- pues la más larga de ellas puede ser la más ligera, y la más corta la más densa.

Volviendo a su imaginaria participación en el certamen, ¿Qué cree que tendría que tener su relato para ganar el concurso?

Quizás debiera contar con una idea –no necesariamente original pues hay poco margen en literatura para grandes originalidades– pero sí bien desarrollada y coherente de principio a fin, es decir, una idea algo currada. Y si le acompaña una forma de expresión a la altura de ese trabajo –corrección estilística, gramatical, ortográfica y sintáctica– pues ya tiene muchos puntos. Tras estas recomendaciones se parapeta la idea del esfuerzo, es decir, trabajarse un poco la historia para imprimir calidad literaria y creativa al asunto: poca banalidad y atar bien los cabos; tener claro qué queremos decir y decirlo bien. Y volviendo al concepto de originalidad, es importante no confundir el hecho de no poder decir nada que no se haya dicho ya antes con el de decirlo de la misma forma y siguiendo los mismos pasos: debemos tener mucho cuidado de no plagiar ningún texto y mucho menos de manera burda y evidente. Eso, en definitiva, es muy feo, dice muy poco de mí y, además, está severamente castigado por las bases de este certamen… hemos dicho y que conste en acta.

Esta edición tiene un carácter especial, porque coincide con la conmemoración del centésimo aniversario del nacimiento del filólogo y escritor Alonso Zamora Vicente…

En efecto, se cumplen cien años de su nacimiento y nuestro certamen lleva su nombre, lo cual representa un honor indiscutible para nosotros y, por cierto, el mejor homenaje que podemos rendirle por tan señalado aniversario.

 

4 Comentarios

  1. Estupenda entrevista, añadiría a Roald Dahl como un referente del género del relato y los cuentos, un genio literario para niños y mayores.

  2. Como siempre, nuestro subdirector es un referente intelectual de primer orden de nuestra familia Nebrija. Un “nebrijilla” de aúpa. Enhorabuena.

  3. Gracias por la recomendación sobre Dahl: en efecto sus cuentos son magníficos y retienen siempre el gusto por la sorpresa del lector, que se conduce en los textos de este autor por caminos que acaban derivando en espacios muy distintos a los imaginados. Absolutamente recomendable. En la Biblioteca de la Universidad > https://biblioteca.nebrija.es/cgi-bin/opac/?TITN= 50576