Vivimos en la era de la más puntera telemedicina donde, además, la comunicación es más fluida que nunca, eso sí, a nivel virtual, perdiendo gran parte del contacto humano y de las habilidades sociales, que se hacen tan necesarios en determinados contextos, como la enfermería.
Actualmente, disponemos de la mejor tecnología en nuestros centros asistenciales y, especialmente, en nuestras unidades de cuidados críticos. Cada vez se nos brinda mayor información sin tenernos que acercar al paciente, gracias a los sistemas de información y los avances en monitorización, entre otros, al igual que la incorporación de la simulación clínica en la formación. Grandes avances que, por supuesto, facilitan nuestra labor asistencial y docente, pero que nos alejan del contacto presencial, retándonos a esforzarnos más que nunca por no perder de vista al paciente y a su familia, sabiendo que detrás de cada constante, cada procedimiento, cada informe o ficha de triaje, hay una historia única.
La humanización en la atención sanitaria es vital, siendo la humanización algo tan presente y a la vez tan intangible, que resulta complicado plantear teoréticas cuestiones entorno a ella. Muchos profesionales, asociaciones y organismos sanitarios están trabajando para que sea una realidad en nuestro medio clínico, ya que además, para nuestros pacientes y sus familias, resulta ser un ítem de calidad por encima, en muchas ocasiones, de los recursos materiales.
Para los profesionales de enfermería, el cuidado es fundamental, y a través de la humanización llegamos a identificar necesidades que de otro modo quedarían ausentes, y que muchas veces solo llegamos a comprender cuando estamos al otro lado de la cama. Es ese cuidado, holístico y único, el que marca la diferencia, y que como enfermeros nos permite valorar las respuestas humanas.
Es fundamental trasmitir esa mirada a las futuras generaciones profesionales, desde las aulas y en sus prácticas clínicas, a lo largo de su trayectoria de aprendizaje. De este modo, integrarán una visión humanizada estén donde estén. Tenemos el gran reto de formar a los que, en el día de mañana, nos cuidarán, buscando la excelencia en sus actitudes y aptitudes.
Dra. Gracia María González Romero
Profesora del Centro Universitario San Rafael-Nebrija