Vivimos en un mundo en el que la imagen tiene cada vez más importancia, y un currículum mal diseñado, un documento corporativo con tipografía Comic Sans o una presentación con colores que provoquen ataques epilépticos, no son la mejor carta de presentación que puedes tener en un entorno laboral. Aunque tu trabajo no sea el de diseñador gráfico, es muy probable que te encuentres en algún momento con la necesidad de tomar decisiones de diseño en tu trabajo. Este curso está pensado para ti.