Nuestra NEBRIJA 26 - Julio 2018

4 Carta del rector Juan Cayón. Rector de la Universidad Nebrija Nuestros egresados tendrán que seguir formándose tras su paso por Nebrija para capacitarse en los conocimientos y competencias que van a tener que desplegar a lo largo de su vida laboral Todo pare- ce indicar que el mundo en el que nuestros egresados van a desempeñar- se profesionalmente partici- pa de algunas características vinculadas con la tecnología: es hiperconectado, y aún lo será más en un futuro próxi- mo a través del llamado inter- net de las cosas que tiene un recorrido evidente, y está cre- cientemente tecnificado, pues los avances en biotecnología, robótica e inteligencia artificial son igualmente asombrosos e imparables. Si a lo anterior le sumamos una vida profesional que, según todo parece apun- tar, se extenderá en el tiempo hasta llegar probablemente a los setenta años (o más) en actividad, no sólo por la mejo- ra de la esperanza de vida con calidad suficiente para el tra- bajo, sino porque de otro modo los sistemas de previsión social resultarían insostenibles, solo podemos llegar a la conclusión de que tras su paso por nues- tra Universidad, necesariamen- te, nuestros egresados tendrán que seguir formándose en el futuro para capacitarse en los conocimientos y competencias que van a tener que desplegar en su vida laboral. Nebrija debería prepararse para las consecuencias de esta reflexión y, por tanto, cre- cer también en titulaciones pro- pias, en postgrados oficiales y no oficiales muy apegados a las novedosas necesidades de los profesionales de hoy y de mañana, los que van a bregar en el mundo líquido y cambian- te que tenemos y se nos ave- cina, y para quienes los cuatro años de grado y uno de máster no serán suficientes, incluso en contra de lo que hoy, recién solicitados sus títulos, ellos mis- mos piensan. Es por ello por lo que parece ineludible devolver a la univer- sidad, y particularmente a sus títulos de grado, la transversa- lidad de antaño, perdida o se- riamente dañada por la hiper- especialización creciente del último siglo. Pienso que nues- tra misión pedagógica pasa, fundamentalmente, por algu- nos hitos que con demasiada frecuencia parecen haber caí- do en el olvido por parte de la universidad como institución, de los cuales destacaré dos. El primero de ellos es considerar la etapa formativa en la univer- sidad como una experiencia auténtica, vital. Nadie debe- ría egresarse en ninguna uni- versidad del mundo sin haber vivido experiencias únicas y las universidades deberíamos preocuparnos más –aunque en Nebrija creo que lo hace- mos y así se nos reconoce– por favorecer esa experiencia docente única, inolvidable, Devolvamos la transversalidad a las aulas

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