Nuestra NEBRIJA 29 abril 2019

cada uno de ellos. Esto signifi- ca que la dirección no está ali- neada entre sí, lo que tiene su repercusión en cada uno de los departamentos. Si se tratara de un barco, cada persona estaría remando para un lado distinto. El primer paso para integrar los valores dentro de la organi- zación es que la alta dirección tenga claro qué desea transmi- tir con la empresa. Por aquí em- pieza la verdadera reingeniería cultural de la compañía. Con una dirección clara, se puede marcar el paso correcto. Además, conocer los valores del cliente nos permitirá conec- tar con él de una forma mucho más profunda que si nos cen- tramos únicamente en su pro- blema. Detrás de ese problema se encuentra una necesidad que quiere cubrir, que estará dada por sus valores. Encon- trando cuáles son y para qué han generado esa necesidad, conectaremos con su esencia y seremos capaces de compren- der su verdadera motivación. Conectando con los valores del cliente seremos también capa- ces de crear un producto que satisfaga sus necesidades. Po- dremos reflejar los atributos del producto que son valiosos para los clientes, lo que hará que las campañas de marketing sean mucho más efectivas y la pro- posición de valor esté clara. Por último, debemos tener en cuenta que cada una de las per- sonas que trabaja en la empre- sa está transmitiendo constan- temente valores. Si la empresa no especifica qué valores quie- re que sus empleados transmi- tan, entonces cada empleado transmitirá los suyos. La expe- riencia del cliente quedaría, en ese caso, a expensas de la persona con la que trate. Crear una cultura adecuada para la empresa pasa por traducir los valores en comportamientos objetivos que los empleados puedan contrastar y que sumen a los valores que desde la di- rección se han marcado. Todavía queda un largo camino por delante para que los valo- res formen parte de todas las empresas. Afortunadamente, hoy contamos con herramien- tas adecuadas para diseñar e implementar negocios de va- lores. Tarde o temprano todas las empresas deberán pasar por esta transformación. Las que comiencen ya tendrán una ventaja competitiva respecto al resto. Las que no lo hagan, es- tarán condenadas a la desapa- rición. C ada una de las personas que trabaja en una compañía está transmitiendo constantemente valores 63

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