“Es tan importante lo que se escribe como lo que se deja sin escribir, pero el lector intuye”

Irene G Punto, profesora de Escritura Creativa en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, está convencida de que todos tenemos a nuestro servicio la creatividad y depende de nosotros que salga al exterior. Para explicar cómo podemos potenciar esta capacidad y para ofrecer algunas de las claves para escribir un relato o microrrelato, la periodista y profesora impartirá una masterclass con motivo de la nueva convocatoria del Certamen Literario de Relato Breve Alonso Zamora Vicente. La sesión tendrá lugar el miércoles 18 de enero, a las 16.00 horas en el aula PR4 del Campus de Madrid -Princesa. Hemos charlado con ella sobre ésta y otras historias.

La organización del Certamen Literario de Relato Breve Alonso Zamora Vicente ha contado en esta ocasión con su colaboración para ofrecer una masterclass en la que abordar las claves para escribir bien un microrrelato. ¿Puede adelantarnos algunas de esas claves?
Como casi todo en la vida, el microrelato también tiene sus técnicas. Hay que saber que lo que marca que algo sea o no un microrrelato es su extensión, que por supuesto, debe ser corta. Por lo que una de las grandes claves es saber contar en pocas palabras una anécdota, sentimiento, imagen o conclusión. No hay tiempo para los preámbulos, ni las grandes descripciones. Hay que tener una idea clara e ir a por ella. Y si sigue funcionando quitándole una palabra o frase, se quita. “Menos es más” debe ser el mantra de todo escritor de este género.
Y terminar diciendo que en un buen microrrelato es tan importante lo que se escribe como lo que se deja sin escribir, pero el lector intuye.

¿Y algún truco para vencer el miedo al folio en blanco?
Hay muchas dinámicas para vencer este miedo. La escritura automática, responder a una serie de preguntas e ir poco a poco tirando de las respuestas, llevar siempre un cuaderno con pensamientos o sensaciones que vas apuntando y tirar de él en esos momentos, apuntar los sueños y partir de ahí para contar una historia… Hay muchos juegos o técnicas para romper el famoso miedo al folio en blanco, pero para mí hay una regla fundamental: tener ganas y constancia en el arte de escribir. Si alguien parte de aquí, sufrirá mejores y peores momentos, pero con constancia y una rutina de lectura, el folio en blanco empieza a llenarse de historias maravillosas.

Imparte la asignatura Escritura Creativa en la Facultad de Ciencias de la Comunicación. ¿Cómo definiría la creatividad?
Como las alas que todos llevamos pegadas, que si bien son nuestras, están en la espalda. Entonces sólo hay que hacer un pequeño esfuerzo por reconocerlas, porque están ahí, forman parte de nosotros desde que nacemos, pero debemos tomar conciencia de que son alas y necesitan de nuestro impulso y esfuerzo para poder volar. Una vez las identificamos, vamos practicando su movimiento y nuestro vuelo es cada vez mejor y más seguro. Pues para mí eso es la creatividad, algo que todos tenemos a nuestro servicio y depende de nosotros querer esforzarnos para volar o seguir sólo con los pies bien pegados al suelo.

¿Y cómo podemos potenciarla?
La creatividad se entrena a base de práctica. Al que le guste escribir escribiendo, al que le guste cocinar cocinando, al que le guste bailar bailando… Pero todo en la vida mejora con la práctica y la creatividad no iba a ser menos.

¿Puede citarnos a tres autores imprescindibles?
Me es muy muy difícil citar sólo a tres autores, así que mejor te dijo tres autores que yo leo y me inspiran. Benjamín Prado, Ramón Gómez de la Serna y Gloria Fuertes.

¿Y el último libro que ha leído?
Me estoy leyendo un libro muy interesante que se llama Clases de Literatura de Julio Cortázar. Y es la transcripción literal de unos cursos que el escritor impartió en Berkeley, California en 1980. Las clases tratan de muchos temas relacionados con el mundo de la literatura. Es un libro muy recomendable, porque de alguna manera es aprender con las palabras, anécdotas, ejemplos y curiosidades de uno de los grandes.

¿Qué libro recomendaría a los que estén interesados en participar en el certamen?
Hay un libro muy recomendable que se llama Por favor, sea breve. Es una antología elaboraba por la escritora Clara Obligado. Aquí los alumnos van a encontrar una selección buenísima de microrrelatos elaborados por Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar o Augusto Monterroso que elevaron este género a lo más alto. Sólo se aprende a escribir leyendo. Y este libro es un fantástico punto de partida para saborear el microrrelato.

Para finalizar, ¿qué cree que tiene que tener un relato/microrrelato para ganar el certamen?
Originalidad, frescura y ese halo de reflexión que sólo dejan las grandes historias. Esa sensación de leer algo corto en extensión, pero que te da para pensar horas porque ha conectado con la verdadera esencia del ser humano. Ganará quien transcienda lo obvio, juegue con lo mágico y nos deje pensando con lo no escrito. Ganará quien reconozca sus alas y tire de ellas.

 

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