Vehículos Autónomos. Club Alumni Nebrija

“La tecnología no es la barrera por la que el vehículo autónomo no está aún en las calles”

El futuro de la automoción está orientado claramente a conseguir unos vehículos con mayor autonomía que reduzcan al mínimo la intervención humana en la conducción para, entre otras cosas, evitar el fallo humano y reducir accidentes de tráfico.

La carrera por conseguir la tecnología punta está en marcha, pero también será necesario regular el escenario legislativo en el que se moverán las aseguradoras, sector muy ligado al automóvil.

El Club Alumni de la Universidad Nebrija quiso exponer este panorama en una mesa redonda en la que participaron expertos del sector como Julio Fernández, jefe de grupo de Lean Manufacturig en Bosch y antiguo alumno de Ingeniería en Diseño Industrial; Javier López, socio Dispute Resolution, Litigation, Inmobiliario, Media en Écija; Enrique Zapico, responsable del departamento de Electromecánica de CESVIMAP de Mapfre y Felipe Jiménez, catedrático y director de la unidad de sistemas inteligentes de INSIA, Universidad Politécnica de Madrid, quien moderó la mesa.

La empresa Bosch lleva apostando más de quince años por el vehículo autónomo y por desarrollar la tecnología necesaria para llegar a una autonomía completa. Según Julio Fernández “la tecnología necesaria no es una de las barreras por las que el vehículo autónomo no está aún en las calles, pues está bastante desarrollado”. El experto explicó que los obstáculos a vencer para llegar a ese futuro son los elevados precios que tendrían los vehículos y su mantenimiento, la responsabilidad en caso de accidente, “pues la ley todavía no está desarrollada”, la posibilidad de que los fallos en los sistemas del vehículo puedan derivar en accidentes, la seguridad digital que le hace falta para hacer frente a ciberataques o la pérdida de privacidad que supondría para el usuario.

Fernández  explicó que otra de las dificultades es que “el coche autónomo tiene un montón de sistemas que detectan todo lo que ocurre a su alrededor al mismo tiempo que está interconectado con la red viaria por lo que hace falta que el entorno también esté preparado para transmitir esas señales al vehículo”. Un ejemplo de esa dificultad son los entornos urbanos en los que “hay muchas interferencias para la comunicación del coche con la red viaria”.

Enrique Zapico introdujo el punto de vista de las aseguradoras en la mesa redonda. Zapico afirmó que “el vehículo autónomo no coincide con lo establecido hasta ahora, hay que encontrarle un hueco”. Aunque en un principio se pueda pensar que al eliminar los fallos humanos se reducirían los accidentes, Zapico aseguró que seguirán existiendo riesgos y que “surgirán otros nuevos tipos de accidentes de los que habrá que protegerse, por lo que los seguros no desaparecerán”.

Coincidiendo con las dificultades del entorno en el que se moverán los vehículos autónomos que ya explicaba Julio Fernández, Zapico explicó que “el problema es que tienen que coexistir durante un tiempo con otros vehículos y usuarios en la vía no autónomos. No es sencillo el ecosistema en el que se tiene que mover”.

Otro tema que influirá en las primas de seguros será el coste de las reparaciones de los vehículos por los accidentes, ya que sus componentes son tan sensibles y complejos que requerirán, “no solo piezas muy caras, sino mano de obra muy especializada para instalarlas y ponerlas a punto”, afirmó Zapico.

Establecer las responsabilidades en torno a los accidentes que puedan ocurrir planteará problemas éticos “que hasta ahora no han sido contemplados” porque “cuando no interviene el conductor en la conducción es cuando la ley no está preparada”. Para Zapico queda muchos aspectos que concretar en el campo de los seguros de estos futuros automóviles: “El trabajo ahora es conocer bien el riesgo que debemos asegurar”.

Javier López, coincidía con estas ideas desde el punto de vista de la legalidad en la que se tendrá que mover el vehículo autónomo: “Existen todavía muchas preguntas”. López aseguró que los seguros serán más necesarios que nunca, en concreto “el seguro de responsabilidad civil, porque alguien tendrá que hacerse responsable de los daños”. Pero su principal preocupación se orienta hacia la seguridad digital que estos vehículos necesitarán. Al tener que estar conectados y geolocalizados en todo momento “un ciberataque o caída de los satélites puede suponer un fallo generalizado en todos los vehículos autónomos”. Además, el usuario pierde gran parte de su privacidad “porque se podrá saber dónde se encuentra y hacia dónde se dirige en todo momento”

Para López, la legislación “en muchos casos va por detrás de la sociedad” y no hay duda de que tendrá que hacerse un gran esfuerzo por crear un entorno seguro en el que los vehículos autónomos puedan ponerse en marcha y convivir durante un tiempo con los vehículos no autónomos.

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