Apátridas

Vivir al margen de las fronteras: la imagen de “los nadie”

Con motivo del Día Mundial del Refugiado, la Universidad Nebrija ha acogido en su Campus de Princesa la exposición Apátridas. El laberinto de los invisibles, organizada conjuntamente por ACNUR y la AECID. La muestra, compuesta por imágenes captadas por los fotógrafos Roger Arnold, Arnaud Froger, Jordi Matas y Bruno Galán, tiene como objetivo visibilizar la realidad de  las personas apátridas en todo el mundo y denunciar que incluso los postulados más básicos recogidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos les son negados a millones de personas. Así, la Universidad Nebrija toma el relevo a Caixa Forum y Casa Árabe para acercar la exposición a todos los públicos.

No ser nadie al margen de las fronteras de tu hogar. Ningún Estado reconoce tu condición de ciudadano, ni siquiera el que te vio nacer, no portas partida de nacimiento. Sumergirse en el abismo de la nada cuando la guerra te empuja al exilio, a no existir para el sistema burocrático del lugar que te acoge, a ser invisible en un laberinto donde no se respeta el derecho a la vida. A ser apátrida.

Más de 10 millones de personas son apátridas

Esta realidad afecta a más de diez millones de niños, mujeres y hombres en todo el mundo, personas a las que ACNUR intenta proteger a través de múltiples tratados pero con recursos limitados. La Universidad Nebrija ha querido reconocer y fortalecer la labor del comité de Naciones Unidas y recordar a todas esas personas que ostentan la condición –maldición- de apátridas con esta exposición que, comisariada por Zara Fernández de Moya, profundiza en las identidades robadas de algunas minorías apátridas en el mundo.

Sobre la muestra, que se inaugura dos días antes de que se celebre el Día Mundial del Refugiado, ha profundizado su comisaria, quien asegura que “una exposición humanitaria de esta envergadura es absolutamente pertinente en este marco, en el que el trabajo de ACNUR, el organismo de las Naciones Unidas que trabaja para los refugiados y para prevenir y erradicar la apatridia, es más necesario que nunca”.

Por su parte, Raquel Tomás, en representación de la AECID, ha agradecido durante la inauguración la labor de la agencia humanitaria y ha recordado lo importante que resulta concienciar a la sociedad sobre este problema. También ha hecho hincapié en que España se adhirió a la Convención de 1961 para la Reducción de la Apatridia en septiembre de 2018 y es firmante de la Convención de 1954. Además, es uno de los pocos países del mundo que cuenta con un proceso para determinar el estatuto de apátrida y tiene una legislación adaptada para evitar la aparición de nuevos casos.

ACNUR, que tiene el mandato de Naciones Unidas de velar por las personas apátridas y prevenir y reducir la apatridia, lanzó en 2014 la campaña #IBelong (Yo pertenezco) para alcanzar tales objetivos en un plazo de diez años. Es en este contexto y con el fin de visibilizar este problema por lo que ACNUR puso en marcha la exposición que ahora acoge la Universidad Nebrija.

Apátrida en tu propio país

Aunque se suele asociar la apatridia con las personas refugiadas, la realidad es que la mayoría de personas apátridas lo son en sus propios países. Esta condición se deriva de una violación de los Derechos Humanos a través de leyes discriminatorias impulsadas por Estados en todas las partes del mundo, las cuales contradicen el Derecho Internacional y Humanitario. Así, son múltiples los países que tienen entre sus sociedades a apátridas, aunque es especialmente preocupante en países como Myanmar, Iraq o Tailandia.

En concreto, la exposición visibiliza la identidad de las minorías apátridas ubicadas en diversos países de África, Asia y Europa: Macedonia, donde la descomposición de la antigua Yugoslavia empujó a una minoría a la apatridia; Madagascar, el lugar donde las personas de la comunidad karana, originaria de la India, deben obtener permisos de residencia para permanecer legalmente en el país; la comunidad rohingya de Myanmar, la minoría étnica, lingüística y religiosa a la que Naciones Unidas ha descrito como uno de los pueblos más perseguidos del mundo; Tailandia, donde alrededor de 500.000 personas son apátridas; la comunidad kemba de Kenia; Líbano, el país en el que muchos niños son apátridas porque la ley impide que las madres puedan transmitirles su nacionalidad; Malasia; Costa de Marfil y el pueblo saharaui, condenado a vivir en un campo de refugiados ubicado en la hamada argelina.

Todas estas identidades, reflejadas en láminas colgantes que conviven en un mismo espacio, interpelan al visitante para reclamarle el reconocimiento de una existencia hasta ahora negada. Algunos de los soportes son espejos deformantes en los que el visitante se mira para recibir como respuesta la fotografía de un niño apátrida. Vidas que quieren ser vividas.

La Universidad Nebrija ha acogido una exposición que se convierte en un lugar de encuentro y reflexión sobre el rumbo que debemos tomar como sociedad en un mundo globalizado. En palabras de Zara Fernández de Moya: “adquiere un gran valor que la Cátedra Global Nebrija-Santander de Español como lengua de migrantes y refugiados acoja y apueste por un proyecto expositivo de este carácter, lo que demuestra, una vez más, la excelencia académica de la Universidad Nebrija y su posición a la cabeza de las universidades españolas”.

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