“Cada día demandamos más que la producción ética y sostenible sea la norma y no la excepción”

Beatriz Segura García, antigua alumna del doble grado en Administración y Dirección de Empresas y en Turismo, tenía solo 26 años cuando puso en marcha Ética Market, una empresa social que busca fomentar un consumo más consciente y responsable. Su web ofrece productos únicos, hechos a mano, de gran calidad y con un diseño atractivo, cuya compra genera un impacto positivo en las comunidades de origen de los artesanos que las producen. Su experiencia internacional y la semilla emprendedora que la Universidad Nebrija plantó en ella ayudaron a dar forma a este proyecto

¿Cómo definirías Ética Market?

Ética Market es una tienda online de accesorios y decoración del hogar que une a artesanos de diferentes partes del mundo con consumidores conscientes. Nuestro objetivo principal es crear un espacio donde los consumidores puedan conocer diferentes propuestas que elijan comprar por su diseño, sabiendo que al adquirirlas están colaborando con la persona que está al otro lado.

El 50 % del precio de cada producto va destinado íntegramente al artesano y sirve para financiar mejoras en la producción, cursos de idiomas para los creadores, proyectos en su entorno, etc. Queremos fomentar un modelo de consumo responsable, con productos que tengan un diseño atractivo y cuya compra apoye a los creadores en su lugar de origen y genere un impacto positivo en su comunidad.

¿De dónde surge este proyecto?

En 2016, trabajando por cuenta ajena en lo que a vista de cualquiera era una situación privilegiada, caí enferma y me dieron la baja laboral. Se puede decir que ahí toqué fondo. Con el dinero que me devolvió Hacienda ese mismo año me cogí un vuelo a Tailandia para ver a mi mejor amigo que estaba estudiando allí y así poder respirar aire fresco. Y allí que me fui sola a pasar fin de año a miles de kilómetros de mi casa. El día de Nochevieja estuvimos en una isla que se llama Koh Tao, donde conocimos a una familia que nos abrió las puertas de su casa. Después de horas y horas conversando con ellos, el padre de la familia nos dijo, con algo de vergüenza, que ellos nunca habían salido de Tailandia, ni tan siquiera de la isla, y nos contó cómo las personas sin recursos de estas regiones cada vez estaban más aisladas y muchos empleos se estaban perdiendo.

Me di cuenta de que muchas empresas y proyectos sociales locales, que se financiaban gracias a la venta de productos que ellos mismos hacían, nunca podrían llegar a España. Y ahí algo me hizo clic. ¿Cuánto nos estábamos perdiendo? ¿Cómo podíamos conectar? En cuanto volví a casa me puse en marcha para crear Ética Market junto con Matthías Kemper, otro antiguo alumno de Nebrija. Y así diseñamos un espacio que fomentase un consumo más consciente, acercando a las personas a través de la artesanía.

¿Con qué proveedores estáis trabajando? ¿Qué buscáis en las marcas con las que colaboráis?

Ahora mismo estamos trabajando con proyectos en Bangladesh, India, Camboya, Galicia y Gales. Colaboramos únicamente con artesanos individuales, empresas sociales y organizaciones sin ánimo de lucro que seleccionamos una a una para garantizar productos únicos, hechos a mano y de calidad. Estos artesanos están en comunidades minoritarias y, con frecuencia, marginadas, apoyan el crecimiento de sus integrantes, el liderazgo local, brindan capacitación en habilidades y utilizan materiales sostenibles con ellos mismos y con el planeta. Son personas que, con sus productos, ayudan a preservar tradiciones y empleos que, por culpa de la industrialización, dejan de ser rentables, pero que tienen enormes dificultades para acceder al mercado global.

Queremos crear relaciones a largo plazo solo con artesanos, cooperativas y organizaciones que estén comprometidos con las prácticas ambientalmente sostenibles, ejerzan transparencia en todas las etapas de producción de sus artículos y respalden el desarrollo de su comunidad.

¿Cómo es trabajar con artesanos de todo el mundo?

La palabra sería enriquecedor. Trabajar con personas que tienen las mismas necesidades, aspiraciones y deseos que tus padres, tus amigos o tú mismo, independientemente del lugar en el que se encuentren, te hace reflexionar y poner en perspectiva muchas creencias de tu día a día.

Tenemos un contacto prácticamente diario con ellos y nos servimos de apoyo mutuo, compartiendo todo aquello con lo que podamos ayudarnos.

¿Qué dificultades te has encontrado en el camino? ¿Algún problema añadido al que hayas tenido que enfrentarte por elegir poner en marcha un proyecto socialmente comprometido?

Encuentras muchas dificultades todos los días, pero aprendes tantísimo de ellas que al final te conviertes en una persona mucho más resolutiva y llena de recursos. El papeleo, las aduanas, la web, la labor comercial… Hacemos muchas cosas con muy pocas manos y pocos recursos, pero, más que como dificultades, yo las veo como oportunidades de conocerte y crecer.

Quizás el problema de crear un proyecto como Ética Market en sectores como la moda y la decoración tiene la dificultad de los tiempos. Estamos acostumbrados a producir y consumir de una manera brutal y ese no es nuestro modelo de negocio. Peleamos por colecciones más pequeñas, más cuidadas y buscamos que conozcas la historia y el entorno de sus creadores y que si quieres comprar algo lo hagas y te dure para siempre. Esta dificultad o diferencia con el sector también se replica en la parte de producción. Todo está hecho a mano, con materiales locales y fibras naturales que, en muchas ocasiones, solo se extraen de la vegetación que crece en una determinada época del año. Cada cosa lleva su tiempo y los plazos a veces entran en conflicto con los intereses o tendencias del cliente.

¿Alguna vez pensaste en tirar la toalla?

Muchas, es algo que va dentro del “pack emprendedor”, pero que al final siempre se te olvida y creas otras 100 cosas nuevas que te complicarán la vida incluso más. Si tienes dentro el gen emprendedor es muy difícil que te lo saques. Es un motor muy fuerte para seguir adelante en momentos difíciles o para reinventarte cuando el camino que estás siguiendo ya no tiene sentido.

También es muy importante la ayuda y el apoyo de tu familia y amigos. Una de las diferencias entre crear algo y trabajar por cuenta ajena es la cantidad de esfuerzo, tiempo y recursos que le dedicas, y eso tu entorno lo tiene que entender.

¿Crees que espacios como Ética Market ayudan a generar una mayor conciencia social?

Sin ninguna duda. Como consumidores cada vez somos más conscientes y demandamos más una producción ética y sostenible no como la excepción, sino como la norma. La sociedad está mucho más concienciada hoy de lo que estaban generaciones anteriores y eso se ve reflejado en un movimiento social que ha dado lugar a que incluso las grandes marcas pongan su foco en una producción más respetuosa, libre de malas prácticas, de explotación humana y de materiales dañinos. Todo lo que hagamos encaminado a crear un cambio positivo en todas estas áreas será siempre favorecedor.

En España hay muy poco emprendimiento social. ¿Qué crees que nos falta para equipararnos a otros países europeos?

El emprendimiento social es un tema que no conoces hasta que, sin darte cuenta, estás metido de lleno. Creo que es importante generar desde edades muy tempranas la necesidad de emprender en temas sociales. Salimos de la educación obligatoria o de la universidad pensando únicamente en hacer dinero, pero hay mucho más. Tenemos el poder de ganar dinero cambiando las cosas y eso se tiene que inculcar en las nuevas generaciones. Los jóvenes tienen que saber que esa opción existe, que es viable y que es muy enriquecedora y buena para ellos y para el entorno, como ya se hace en otros países.

Por otro lado, es importante que el gobierno también entienda que el camino está en generar ecosistemas de emprendimiento social entre sus ciudadanos y, para ello, nos debe ayudar económicamente y apoyarnos dándonos visibilidad.

¿Es posible ganar dinero siendo una empresa socialmente responsable? 

Por supuesto que sí. Ya no sirve de nada ser una empresa convencional que lo único que genera es dinero. Hay muchas responsabilidades que son inherentes a la creación de un negocio que puedes implementar o gestionar de una manera más responsable: el trato a tus empleados, los proveedores que eliges, la relación con los vecinos donde estás establecido… Todo esto no es incompatible con ganar dinero. Al contrario, es una inversión para un futuro económico más sostenible de tu empresa y de tu entorno.

Sin embargo, una empresa social no tiene solo un punto de vista monetario. El negocio es la herramienta y es subsidiaria del fin social o medioambiental que persigue, por lo que no se crea solo por la parte económica. Se crea para solucionar un problema social con el dinero que estás ganando.

¿Qué crees que aportó la Universidad Nebrija a tu desarrollo profesional y a tu vena emprendedora?

Muchísimo. La formación que recibí en la Universidad me ha abierto muchas puertas, siempre desde la perspectiva del emprendimiento y de las competencias profesionales, dos elementos que se valoran muchísimo en el mercado laboral actual.

Destacaría, además de la parte académica, la experiencia internacional. Haber tenido la gran suerte de estudiar fuera me ha permitido conocer gente maravillosa que ahora llamo mis amigos, afianzar idiomas y crear Ética Market.

¿Cómo te imaginas Ética Market dentro de unos años?

Como un referente en emprendimiento social y una opción real de tienda que empodera a sus proveedores y que se posiciona como una alternativa al consumo actual en el sector de la moda y de la decoración del hogar.

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