Rafael Ruiz Villar, presidente de Ayudexport y coordinador del Grupo de Reflexión del Club de exportadores e Inversores españoles, ha sido el encargado de dar comienzo al ciclo de conferencias sobre la internacionalización de las empresas para los alumnos de la Facultad de Ciencias Sociales.
Durante su ponencia ha diferenciado el viejo modelo de internacionalización de los nuevos modos que ofrecen una estabilidad mayor a largo plazo. Tradicionalmente, según Ruiz, las empresas comenzaban la internacionalización debido a una crisis de los mercados locales. Al bajar las ventas y registrar pérdidas “se produce un proceso de descubrimiento de los mercados internacionales” para poder vender el stock de productos o servicios. “Lo que pasa es que se lanzan a esos mercados de forma desordenada para vender todo lo que puedan y como pueda, a cualquier precio”, ha explicado Ruiz, quien ha asegurado que ese método de “improvisación” no puede generar éxito, “aunque parezca que palían la crisis momentáneamente”. Ruiz ha asegurado que “cuando el mercado local se recupera, olvidan el internacional porque es más complejo”.
Para Rafael Ruiz Villar el “sí” a la internacionalización es rotundo porque “sin internacionalización la empresa no sobrevive”. Permite a las empresas no depender de un solo mercado, por lo que disminuye los riesgos; da la posibilidad de incrementar las ventas y los beneficios; aporta estabilidad, no solo a los ingresos “sino también para retener talento en la empresa” y conocer otros mercados hace que sea necesario “invertir en I+D para ponerse a la altura de nuevos competidores”, ha añadido Ruiz.
Sin embargo, el presidente de Ayudexport, ha asegurado que el proceso de internacionalización no puede hacerse de manera “improvisada”. Antes de lanzarse a los mercados extranjeros hay que “conocer la competencia”, es decir, conocer los productos, servicios, la calidad que ofrecen otras empresas y los precios para saber posicionarse.
Por otro lado Ruiz insistió en que es imprescindible “incorporar la internacionalización al adn de la empresa porque afecta a todos los departamentos que tienen que ir en la misma dirección”. También añadió que “la dirección tiene que estar plenamente implicada y convencida porque si no abandonará el proceso, porque la internacionalización es cara”.
Las prisas no son buenas, tampoco para la internacionalización que tiene que ser “un proyecto a largo plazo porque hay muchas cosas que aprender e ir mejorando en el proceso”. Para el experto es “imprescindible una buena estrategia” ya que “aun haciéndolo lo mejor posible, nada te garantiza el éxito”.
Los nuevos métodos de internacionalización de empresas, que para Ruiz son mucho más adecuados, hacen que el acceso a los mercados internacionales sea igual que el acceso a los locales: “Eso nos da beneficios y una mejora continua que nos da estabilidad”.
