El jefe de protocolo del Ministerio de Educación y Formación Profesional, recibe a los alumnos de Protocolo Empresarial y Social

El pasado miércoles 23 de octubre, los alumnos que cursan la asignatura de Protocolo Empresarial y Social, impartida por la profesora Mar Castro, tuvieron la oportunidad de visitar el majestuoso edificio del Ministerio de Educación y Formación Profesional de la mano de Arturo Martínez Megía, jefe de protocolo de esta institución desde 2008.

La visita comenzó en el vestíbulo, donde, según Martínez explicó, tienen lugar la mayoría de actos que se celebran en el Ministerio “puesto que caben unas 120 personas sentadas o alrededor de 250 personas pueden estar cómodas de pie”, aunque reciben “más críticas” si hacen un acto de estas características, apuntó Arturo. Además, “las puertas de cristal permiten controlar a los invitados que van llegando, hay servicios cerca y el pasillo lateral es cómodo para poner un servicio de catering”, describió Martínez a los alumnos. Actualmente, el Ministerio hace los actos de toma de posesión y la entrega de la condecoración de Alfonso X el Sabio. También se encarga de la inauguración de cursos “aunque no se celebra aquí”.

El edifico donde se ubica este Ministerio “se construyó pensando en que fuera un ministerio” y tras las ampliaciones que ha experimentado a lo largo de los años y la evolución de la funcionalidad de este tipo de edificios, “la arquitectura y distribución es sumamente compleja”, apuntó el jefe de protocolo entre risas. También destacó a los alumnos que “esta es la primera vez en la historia que el Ministerio de Educación incluye en su título el apellido de Formación Profesional” y que también es el primer año que “las reales academias no dependen de este Ministerio”.

Subiendo las escaleras, todos los alumnos se sorprendieron al ver los retratos de los ministros de educación que decoraban la pared. Arturo Martínez los condujo al Salón de Cuadros, donde quedaron prendados ante los retratos antiguos que tapizan la pared de toda la sala. Al parecer, antiguamente cuando un ministro cesa, este podía elegir a un pintor para que le hiciera un retrato y la obra se colgaba en el salón para conmemorar su labor. “La tradición se mantiene hasta ahora”, comentó Martínez que señaló que este Ministerio es el único que mantiene “todos los cuadros desde que se creó, incluso los que se perdieron tras la Segunda República”. El acto de colgar el cuadro se celebraba en ese salón pero “ya no caben más, por eso se ha empezado a exponer los retratos en la escalera principal”, por lo que se celebra en otra de las salas.

Arturo Martínez maravilló a los alumnos con la entrada al Salón Goya, el salón noble donde se celebran las reuniones de los consejeros. Todos los cuadros que decoran las grandes paredes son de la Escuela Goya, “aunque ninguno es obra del propio pintor” y son cesiones del Museo del Prado. El elemento más destacado de esta sala es la enorme mesa presidencial ubicada en el centro, para la que Martínez apuesta siempre por la presidencia francesa claramente destacada por la posición de las banderas oficiales. En el Salón Goya caben entre 60 y 70 personas y se celebran también pequeños actos internos y las firmas de convenios.

El jefe de protocolo compartió que “estar en manos de un Gobierno en funciones se nota mucho en la cantidad de actividades que se pueden hacer” y ahora, en plena campaña electoral “no se pueden explicar reformas ni leyes, la ley electoral lo impide porque puede interpretarse como propaganda y eso limita nuestras funciones”. Arturo Martínez, en su papel de jefe de protocolo, advirtió a los alumnos de que la autoridad “tiene la última palabra”, aunque no encaje bien con lo que sería “más adecuado”. Animó a los alumnos a “implicarse en la imagen y gestión del acto”, pues es lo que un buen encargado de protocolo tiene que hacer.

(*) Esta noticia ha sido redactada por Aina Arbona Gelabert, alumnas de la asignatura de Protocolo Empresarial y Social.

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