Coloquios humanistas

“No se puede ser casi nada interesante en la vida sin haber leído”

La Fundación Antonio de Nebrija ha puesto en marcha una serie de coloquios humanistas que reúne a expertos y profesionales de distintas industrias culturales. El primero de ellos giró en torno a la industria editorial y congregó a la escritora y traductora Pilar Adón, el director de la Editorial Impedimenta, Enrique Redel y Lola Larumbe, responsable de la librería Alberti. Este tipo de coloquios pretende transmitir a los alumnos “la pasión por la cultura de la mano de profesionales que viven el día a día del sector”, explicó Diego Moldes, director de Relaciones Institucionales de la Fundación Antonio de Nebrija.

Pilar Adón ha escrito novelas, poesía y cuentos, además de traducir numerosas obras. Ha recibido premios como el Premio Libro del Año del Gremio de Libreros de Madrid y ha sido aclamada por la crítica. En su viaje como autora Adón explicó que “muchas veces resulta difícil empezar porque es una labor básicamente solitaria”. Aconsejó a los alumnos que quieran dedicarse a la escritura que lean mucho porque “todo lo que leemos se convierte en nuestros personajes y escenas literarias”, es decir, es enriquecimiento para el autor. “Hay autores en los que es más obvio que en otros, pero todos usamos lo que hemos vivido”. Además, Adón ha dicho que todos los escritores “acabamos hablando de lo mismo. En mi caso es el miedo, el encierro, el deseo de estar en otra parte…”.

Una de las alumnas asistentes le preguntó a Pilar Adón si, a la hora de comenzar una novela, recomendaba planificarla o lanzarse a escribir. La autora explicó que entendía que “la parte de planificar puede aburrir, pero me parece indispensable tener claro cómo son los personajes, cómo van a evolucionar y qué les va a ocurrir, incluso saber el final”. De esta manera, “evitas el riesgo de caer en la incoherencia, que es impensable para una buena obra”.

Enrique Redel definió la tarea de los editores como “recomendadores privilegiados de obras”. El editor tiene que saber elegir qué obra original sale al mercado, “pero también es fundamental la librería que decide apostar por algunas de las 6000 novedades literarias que hay al año”, explicó Redel. Cómo elegir esos libros era una de las grandes dudas de los asistentes, a lo que el editor dijo “yo me pongo en la piel del lector, pienso qué me gustaría leer como lector, me dejo llevar por mi gusto, es lo bueno de ser editores independientes, pero también tenemos total responsabilidad de los que publicamos”.

Las librerías son la última parte del circuito de la industria de libro, que Redel calificó a la vez como “delicado y robusto porque es difícil cambiarlo”. La Librería Alberti es una “librería de referencia desde hace 40 años y ha recibido premios por su gran actividad cultural y estar abiertos a las voces de todas las generaciones”, explicó Diego Moldes. Redel añadió que “todo lo que pasa en el Madrid literario, incluso en España, pasa en la librería Alberti”. A todo esto, Lola Larumbe contestó que “la historia de la librería nos exige seguir manteniendo la pasión por los libros”. La librería Alberti tiene una actividad cultural constante “y somos nosotros los que hacemos el criterio de qué actividades organizamos. Es un criterio que funciona, no nos hace ricos, pero nos permite vivir”, puntualizó Larumbe. La responsable de la librería explicó a los asistentes que la forma de colocar las obras y qué obras se escogen para los escaparates hablan mucho de cómo son las librerías: “Las ciudades se pueden conocer a través de sus librerías”, añadió Larumbe.

Todos los invitados coincidieron en que se trata de oficios muy vocacionales: “Es una pasión lo que nos mueve, que es muy bonito, pero también una tumba porque nos entregamos totalmente a ella”, dijo Pilar Adón.

El consejo que Lola Larumbe dio a todos los asistentes fue “leer, leer y leer. No se puede ser casi nada interesante en la vida sin haber leído”.

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