Las creadoras de arte contemporáneo denuncian su situación de desigualdad

El compromiso y la reivindicación de la mujer en el pasado y el presente de la historia del arte fue el hilo conductor de la mesa redonda organizada por la Facultad de Comunicación y Artes dentro del primer día de las Jornadas de mujeres para quitarse el sombrero, organizadas por la Universidad Nebrija y promovidas por Rocío Santamaría, responsable del Centro de Escritura Nebrija. Las profesoras Laura de la Colina y Patricia Mayayo y las artistas María Gimeno y Diana Larrea argumentaron sobre el panorama de “desigualdad” entre hombres y mujeres en el campo artístico profesional.

En la presentación del acto, Daniel Villegas, director del grado en Bellas Artes de la Universidad Nebrija, evidenció el desequilibrio entre las “pocas facilidades” que tienen las mujeres artistas si atendemos al porcentaje mayoritario de alumnas en los estudios universitarios de Bellas Artes. Para reducir esta distancia, Laura de la Colina, profesora de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, echó en falta voluntad, acción política, toma de decisiones y formación. A través de fotografías de reuniones de alto nivel en el que una mujer está rodeada de hombres, De la Colina arremetió contra el fenómeno conocido como “aldea pitufa”, en el que “si hay una mujer que consigue sus objetivos, está todo hecho”. La profesora de la Complutense abogó por cambiar las estructuras para cambiar las condiciones. En su relato, alumbró casos de mujeres silenciadas por la historia como “el harén de Pickering”, donde un grupo de trece mujeres del Observatorio Astronómico de Harvard, sentaron, gracias a sus cálculos, las bases de la astronomía moderna.

Los datos de la desigualdad sexual en el arte contemporáneo los ofreció Patricia Mayayo, profesora de la Facultad de Historia del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid. Según el MAV (Mujeres en las Artes Visuales), de las 466 exposiciones individuales en centros de arte españoles en el periodo de 2010 a 2013, el 23% estuvieron dedicadas a mujeres. En ARCO, “tan solo” el 25% del total de artistas de 2018 eran mujeres. Los porcentajes del mundo profesional chocan con el número mayoritario de egresadas en las facultades de Bellas Artes, el 66% del total.

Mayayo estimó que las mujeres artistas “se enfrentan a una situación de precariedad” influida por los sesgos de género y “su doble papel en el ámbito productivo y reproductivo”. Por su parte, María Gimeno, creadora de performances e intervenciones artísticas de vanguardia, comentó su experiencia personal: “Yo tenía un escudo protector contra el feminismo hasta que me di cuenta de que libros como Historia del arte, de Ernst Gombrich, no hacían alusiones a las mujeres artistas”.  En ese momento, “se me cayó la venda” –en la mesa redonda incluso lo mostró tirando una venda pintada con los ojos de su marido, que previamente se había puesto-. Gimeno instó también a superar la creación de cátedras de género para modificar los contenidos “desde los colegios hasta las universidades”.

Su compañera de facultad y profesión Diana Larrea tuvo una experiencia similar. Cuando acababa de licenciarse no tuvo problemas en exponer su obra: “Vivía en una burbuja hasta que te acercas peligrosamente a los cuarenta años y ves que las oportunidades se reducen”. Su alegato hacia la mujer artista se tradujo en su obra Tal día como hoy, nacida de una performance de María Gimeno en 2017, en la que incluía a mujeres artistas en cada capítulo del manual de Gombrich. Larrea fue más allá al publicar durante 365 días la historia de una mujer artista en su perfil de Facebook. “Tuve una gran necesidad de conocer a estas mujeres. No nos interesa que se queden en un gueto femenino, sino que estén de pleno derecho en la historia de arte”, concluyó.

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