Los clubes y las entidades deportivas van dando juego a los psicólogos

La psicología deportiva es una disciplina “extensa que poco a poco va instaurándose en los clubes deportivos”. Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 supusieron un espaldarazo a esta práctica, que también tiene recorrido en los deportes electrónicos, en los estudios, en la música o en las bellas artes. Así se lo transmitió a los alumnos del Grado en Psicología de la Universidad Nebrija Gema Martín, profesional con 22 años de experiencia en la alta competición: “Los psicólogos del deporte nos encaminamos a conseguir un rendimiento y a llegar a un objetivo, por eso tenemos muchos campos abiertos y ámbitos donde poder trabajar”.

Si bien las metas varían dependiendo del nivel de la competición y de las edades, la mayoría de los estudios de psicología del deporte y del ejercicio físico apuntan, en su opinión, a dos propósitos: aprender de qué modo la motivación, las emociones y otros factores psicológicos afectan al rendimiento de las personas y comprender de qué manera la participación en el deporte y la actividad física afecta al desarrollo, la salud y el bienestar personal.

Gema Martín, psicóloga deportiva en el Centro de Psicología Aplicada al Deporte de la Universidad Autónoma de Madrid, recuerda que este ámbito se dirige no solo a deportistas, sino también a entrenadores, directivos o familiares, con los que hay que trabajar con planes personalizados. “Las habilidades psicológicas también hay que entrenarlas porque el rendimiento deportivo se compone también de aspectos psicológicos, además de los físicos, los técnicos y los tácticos”, comentó.

De hecho, puso en evidencia que cuando hablamos de un fracaso, “siempre le echamos la culpa a la motivación, la ansiedad, la presión, a, en definitiva, los aspectos psicológicos, pero ¿los hemos entrenado?”. En este contexto, Martín señaló que queda mucha labor por hacer: “Los aspectos psicológicos son los grandes olvidados del rendimiento deportivo. La motivación se trabaja a través de los objetivos de los deportistas. Si no se ponen objetivos, no están motivados… Cuando se gana un partido, por ejemplo, siempre se alude a la técnica o a la táctica, pero no se dice nada de los aspectos psicológicos”.

Asimismo, la psicóloga de la Universidad Autónoma enumeró las diez competencias para la experiencia profesional extraídas del libro Ser psicólogo del deporte (Dosil y Garcés de los Fayos, 2008): conocimiento de la psicología del deporte, capacidad de observación y evaluación de situaciones imprevistas, estabilidad emocional y tolerancia a la frustración, comprensión y utilización del argot de cada disciplina, creatividad en el programa de entrenamiento psicológico, trabajo psicológico personalizado, interacción a través de la comunicación, adaptación a equipos heterogéneos, desarrollo de la exclusividad con el deportista y compromiso, y la excelencia como psicólogo del deporte.

Para Gema Martín, el perfil del deportista con éxito está conectado con competencias psicológicas como la alta motivación, la alta competitividad, la seguridad y la confianza en sus propias capacidades, el autoconocimiento, y otras variables como la capacidad de la concentración, el control de la atención o el uso de la imaginación.

“Procedimiento sándwich”

Martín también afirmó que el psicólogo deportivo puede ayudar a los entrenadores a potenciar sus competencias personales, como la confianza en uno mismo, sus competencias sociales, como el liderazgo y la empatía, y las conductas de sus deportistas o alumnos como la motivación o la adhesión, sin olvidar aspectos como el control emocional, la autocrítica, el cuidado de su propia forma física, la demostración de cierta habilidad en el deporte, la mejora permanente y la puesta al día. Entre las formas más eficaces de corregir los errores, Gema Martín habló del “procedimiento sándwich”, donde el pan sería un comentario positivo sobre algo que el deportista haya hecho bien y el ánimo para intentar modificar lo que no haya salido bien, y el jamón, el queso o cualquier otro ingrediente serían la instrucción propiamente técnica para corregir el error.

En la relación con los padres, a los que, a su juicio, habría que darles asesoramiento individual o colectivo a través de talleres y a los que habría que dotar de documentos para un buen comportamiento en la grada o de un decálogo de juego limpio, los entrenadores deben gestionar de una manera correcta su relación con ellos. Un claro ejemplo de actitud correcta es “poner horarios y normas a los padres en sus mensajes en los grupos de WhatsApp”.

Gema Martín acompañó su charla telemática con vídeos. Algunos de los más significativos y divertidos son los siguientes:

Rafa Benítez cuenta la parábola del Burro durante la Rueda de Prensa del Real Madrid – 2015

Los padres en el deporte, según Eva Hache

Con todos ustedes… ¡los múltiplos del 7! – Real Betis

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