“Se debería regular la obsolescencia programada para limitar los residuos electrónicos”

Graduado en Ingeniería Mecánica en la Universidad Nebrija, Ignacio Gutiérrez Robledo afronta su futuro profesional con el bagaje de sus prácticas en la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), desde marzo a julio de 2019, y con la elaboración de “Análisis y simulación de diferentes escenarios de futuro en el sistema eléctrico español”, su concienzudo TFG.

En ese trabajo fin de grado muestra que el futuro a largo plazo -alrededor del año 2050- del sector de generación eléctrica en España pasa por lo renovable. “Presumiblemente estará predominado por la energía solar y eólica, que a su vez necesitarán estar apoyadas por algún medio de almacenamiento de energía debido a la estacionalidad y la variabilidad de los recursos naturales de los que se aprovechan”, afirma. Esta circunstancia provocaría una energía mucho más barata por el día que por la noche, al contrario que en la actualidad. También evalúa las diferentes formas de almacenamiento de energía, en la que se destaca su análisis acerca del hidrógeno, “que no es una forma tan rentable de almacenamiento de energía a largo plazo debido al bajo rendimiento global del proceso -con la tecnología existente actualmente-”.

En sus prácticas en la OECC ayudó a desarrollar y mejorar un modelo de simulación de generación eléctrica de esta oficina. En sus agradecimientos, no se olvida de nombrar a la Oficina Española de Cambio Climático, a la Universidad Nebrija y a su familia, “por haberme facilitado la oportunidad de estudiar donde lo he hecho y de la forma en que lo he hecho”.

Pregunta: ¿Qué le ha supuesto personal y profesionalmente estudiar el grado de Ingeniería Mecánica en la Universidad Nebrija?

Respuesta: En lo personal ha sido una etapa en la que me he desarrollado como persona en todos los aspectos. Creo que, aparte de los conocimientos que aporta el propio grado, he adquirido unas “soft skills” gracias a las experiencias vividas dentro y fuera de la universidad en este periodo, y que bajo mi punto de vista son igual o más importantes que los propios conocimientos técnicos del grado. A nivel profesional, la verdad es que la universidad brinda muy buenas oportunidades en este aspecto si estás realmente interesado. Yo pude realizar una colaboración con la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), que no es algo nada común al tratarse de una institución pública, y la verdad que estoy muy contento en ese aspecto.

P: En su TFG auspicia que la generación eléctrica en España pasará por las energías renovables alrededor de 2050, ¿no se pueden acortar los plazos?, ¿necesitaría nuestro país alguna otra fuente de energía diferente?

R: Es entendible que el año 2050 pueda parecer muy lejano y que parezca un cambio muy lento, pero pensemos que todas las medidas que se toman para el cambio climático son más complejas de lo que parece, ya que hay que poner de acuerdo muchos aspectos como son el económico, social y el tecnológico. Además de tratarse de un cambio gigantesco, debemos que tener en cuenta que estas medidas están reguladas por la Unión Europea, y se acotan a lo marcado en el tratado de París firmado por 97 países en 2015. Es decir, tiene que ser una transición sana económicamente, ya que implica cambiar centrales de generación y sistemas de transporte de la energía, y la gente debe de adaptar su modo de vida a la nueva estructura de generación, que presumiblemente será bastante diferente de la actual. Por lo tanto, es entendible que viendo la magnitud de estas medidas se hagan con una proyección alargada en el tiempo.

En cuanto a la segunda cuestión, creo que vivimos en un país en el que tenemos bastante suerte por nuestra localización geográfica, y tenemos muy buen acceso a dos de los tres tipos de energías renovables que en el futuro sustentarán al país energéticamente (solar, eólica), ya que la energía hidráulica ha ido descendiendo por las sequías. Esto nos supone una ventaja a la hora de avanzar hacia un futuro de generación sostenible; no obstante, nos surge la pregunta de si es realmente viable un escenario 100% renovable, o si hará falta algún tipo de sistema de generación que sirva de apoyo. Francia, por poner un ejemplo, ha presionado para que se permita un 20% de generación residual de apoyo de energía nuclear. En el caso de España, la utilización de algún sistema de almacenamiento de energía en este escenario a largo plazo será muy probable, tal y como se explicará en detalle más adelante.

P: Según su estudio, ¿cómo se comportará el precio de la energía eléctrica en España?

R: La determinación del precio de la electricidad es un tema bastante intrincado, y depende de multitud de factores, por lo que realizar una estimación a un futuro tan lejano es muy complicado. Pero lo que sí se puede prever es que la curva de producción de energía, y por tanto los hábitos de consumo de la gente y las empresas, va a cambiar paulatinamente hacia otro modelo. Hay que tener en cuenta que ahora mismo la energía es más cara durante el día que por la noche. Esto es debido a que actualmente contamos con una generación nuclear y eólica que no se pueden regular; es decir, producen constantemente (sobre todo la primera). Durante el día se suple la demanda restante con centrales de tipo fósil principalmente (encareciendo la energía) y durante la noche (cuando el consumo es menor) existe un excedente de producción que hace que la energía sea más barata. Pues bien, teniendo en cuenta que en el año 2050 se pretende abastecer el consumo eléctrico español principalmente a partir de energía eólica, solar e hidráulica, el esquema de generación será un poco a la inversa. Esto es debido a que la energía solar solo se aprovecha en las horas diurnas, produciendo su pico en las horas centrales del día, mientras que la eólica se mantiene más o menos constante a lo largo del día. Esto presumiblemente provocaría que la energía fuera más barata durante el día que durante la noche, siendo necesaria una adaptación por parte de empresas y particulares a esta nueva forma de consumo, que habrá de estar centrado en las horas diurnas.

Debemos tener en cuenta a su vez que actualmente las energías renovables entran a “coste cero” al mercado eléctrico, fijándose el precio de la electricidad por el de la última central necesaria para satisfacer la demanda. No obstante, aunque en el futuro podamos abastecernos a partir de energías renovables exclusivamente, su precio en el mercado eléctrico no podrá ser como el actual ya que será necesario rentabilizarlas y mantener las nuevas instalaciones. Este precio presumiblemente será inferior al actual, aun siendo imposible de ofrecer actualmente una cifra exacta.

Por último, se podría dar el caso de que el coste de la energía fuera negativo en algún momento del día, posiblemente por la noche. Este hecho ocurre cuando existe menos demanda que oferta de energía eléctrica y a ciertas centrales les resulta más barato pagar por que alguien consuma su energía antes que apagar la central. En el futuro de España, viendo su posible estructura de generación a largo plazo, esto dependerá de la cantidad de energía eólica instalada (al no ser regulable) y del volumen de la demanda nocturna.

P: ¿Qué papel puede desempeñar el hidrógeno como una forma de almacenamiento de energía?

R: Se habla mucho del hidrógeno como una solución para el almacenamiento de energía en el futuro. Es interesante porque uno de los posibles retos a los que nos enfrentaremos en el sector de generación eléctrica será gestionar la estacionalidad de la producción renovable, y adaptarla a la demanda en cada momento, de forma que no haya desabastecimiento en ningún período del día y del año. Sobre el papel, el hidrógeno es muy interesante ya que se puede utilizar la energía eléctrica que sea excedente diariamente y utilizarla para obtener hidrógeno a partir de la electrólisis del agua.

Otra ventaja importante es que el hidrógeno es almacenable, por lo que podría ser una solución para la estacionalidad de largo plazo, además de ser una energía 100% limpia si se usa electricidad con origen renovable para la electrólisis, y que genera únicamente agua y calor como subproductos de su reconversión a energía eléctrica mediante pila de combustible. Sin embargo, tal como estudio en mi proyecto de fin de grado, el rendimiento global del proceso de electrólisis y de su posterior reconversión a energía eléctrica es relativamente bajo con las tecnologías actuales, entre un 28% y un 48% en el mejor de los casos. Esto plantea el dilema de si realmente es rentable, ya que se pierde una gran cantidad de energía en el proceso. De una forma u otra, está claro que será necesario una tecnología que nos permita almacenar la energía eléctrica en períodos cortos de tiempo (como pueden ser las baterías), y alguna otra que nos permita hacerlo en períodos largos de tiempo (hidrógeno, gestión de la energía hidráulica en los embalses…). No obstante, debemos de tener en cuenta que faltan 30 años de desarrollo tecnológico para mejorar los rendimientos de estos procesos, y puede que para la aparición de nuevos sistemas de generación y almacenamiento de energía.

P: En sus prácticas en la OECC del año pasado ayudó a desarrollar y mejorar un modelo de simulación de generación eléctrica de esta oficina, ¿qué conclusiones extrajo? ¿Se puede poner en práctica en otros supuestos?

R: Los análisis que realicé en el modelo durante mi estancia se centraron en dos simulaciones; una para el escenario de 2030 siguiendo los parámetros fijados por la UE, y otra a más largo plazo en 2050, de cara a prever algunos de los retos a los que nos podemos enfrentar en el futuro del sector de la generación eléctrica. Las conclusiones más interesantes se extraían de esta última simulación, en la que se buscaba hallar la mejor combinación posible entre potencia solar y eólica a instalar de cara a suplir la demanda (extrapolada de la actual con su consiguiente crecimiento) de forma que hubiera la mínima cantidad de vertidos de energía. El resultado fue de un aumento de en torno al 400% de la energía eólica y de un 1100% de la foto voltaica con respecto a la actual. Sin embargo, el modelo mostraba momentos puntuales a lo largo del año en que la generación era insuficiente, por lo que, teniendo en cuenta que aún con esta estructura de generación “conservadora” se estaría vertiendo alrededor de un 20% de la energía, se evidencia la necesidad de un sistema de almacenamiento que nos permitiera ser más eficientes o la utilización de alguna otra tecnología de generación que sirviera de apoyo. Por último, se realizó una última simulación en este sentido centrada en el hidrógeno, de cara a determinar la cantidad de energía que deberíamos ser capaces de almacenar para que no existiera déficit en la satisfacción de la demanda eléctrica según las simulaciones anteriores. Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, la eficiencia global del proceso ronda el 50% como máximo, lo que obligaría a sobredimensionar aún más el sistema de generación para compensar las pérdidas.

En respuesta a la segunda pregunta, el modelo utilizado para estas simulaciones es totalmente flexible. Parte de los datos de generación proporcionados por Red Eléctrica Española, y a partir de ellos (y de las condiciones que se le introduzcan) se realizan las simulaciones, por lo que se puede utilizar para cualquier otro supuesto o escenario que se le proponga en el ámbito de la generación eléctrica.

P: ¿Qué labor desempeña la Oficina Española de Cambio Climático en un contexto global?

R: La OECC depende del Ministerio de Medio Ambiente para la Transición Ecológica, y se encarga un poco de analizar, gestionar y proponer políticas relacionadas con el cambio climático. Tiene una gran variedad de funciones como institución, entre las que destacan; formular la política nacional de cambio climático, así como proponer la normativa y desarrollar los instrumentos de planificación y administrativos que permitan cumplir con los objetivos establecidos por dicha política; prestar asesoramiento a los distintos órganos de la Administración General del Estado en los asuntos relacionados con el cambio climático; y relacionarse con las instituciones europeas, administraciones públicas, organizaciones no gubernamentales, instituciones y entidades públicas, privadas y demás agentes sociales para colaborar en iniciativas relacionadas con la lucha frente al cambio climático. Por lo que, aunque su campo de actuación se limita nacionalmente, sus responsabilidades van más allá de lo que es el plano nacional, y que dependen de los demás organismos europeos a los que está supeditado como organización.

P: ¿Qué podemos hacer como ciudadanos frente al cambio climático?

R: Realmente la sociedad tiene un papel importante en este aspecto, no tanto ya por nuestro impacto directo en el cambio climático sino por nuestro uso de la energía y de los recursos. Es muy importante que vayamos poco a poco haciendo un mejor uso de ellos, ya que no solo afectamos negativamente al planeta con nuestras emisiones a la atmósfera, sino con nuestra mala gestión de los residuos, como se está viendo con los vertidos de plástico en el mar. Por esa razón, es necesario que como ciudadanos vayamos adaptando nuestra forma de consumir a una más responsable y reducida a la que nos hemos acostumbrado las últimas décadas. No obstante, para ello también es necesario que se provea de una información veraz, responsable y adecuada a la ciudadanía en este sentido desde la administración, intentando promover de forma permanente una cultura y una economía asentadas de forma sostenible, legislando efectivamente contra realidades que van en contra de estos argumentos como puede ser la obsolescencia programada.

Por otro lado, siendo España uno de los países miembros del primer mundo, creo que tenemos una responsabilidad de guiar a otros países que se hallen en vías de desarrollo y que quizás vayan a cometer los mismos errores que hemos cometido nosotros medioambientalmente a lo largo de nuestro desarrollo industrial. Me refiero a países de África, la India, y el sudeste asiático, que pueden llegar a tener un impacto global mucho mayor que el nuestro si contaminan de la misma forma, debido a su tamaño y densidad de población. Sería muy positiva algún tipo de ayuda internacional hacia ellos de cara a que su transición sea lo más “ecológica posible”, ya que ya sea por medio de aire, río o mar, está comprobado que sus vertidos, de una forma u otra, nos terminan afectando a todos globalmente.

P: Y si estuviera al frente de la política medioambiental, ¿qué medidas urgentes tomaría contra el cambio climático?

R: Bajo mi punto de vista se debería invertir más en investigación (sobre todo en tecnologías relacionadas con el almacenamiento de energía eléctrica, aislamiento de viviendas, bombas de calor…) de cara a ser cada vez más eficientes tanto en el uso, como en la producción y en el aprovechamiento de la energía. Creo que en España tenemos gente muy capaz en este sector, pero lamentablemente no se le aportan suficientes recursos económicos por parte de la administración. Por otro lado, creo que se debe promover la renovación del parque automovilístico, sobre todo de los vehículos diésel anteriores al año 2004 ya que son los más contaminantes y perjudiciales con gran diferencia, y que han de irse reemplazando con vehículos cuyo combustible sea menos contaminante, tanto híbridos como eléctricos o que funcionen con GLP. Esto es muy importante, no solo por el impacto que existe en el calentamiento global, sino porque afectan a nuestra salud directamente al respirar los gases de los escapes constantemente en las ciudades. En poblaciones como Madrid, esto es una realidad que supone un problema bastante importante.

Por otro lado, creo que sería muy positivo que se promoviese más el autoabastecimiento de energía eléctrica (sobre todo en zonas aisladas, pero también en ciudades) ya que, aunque ha habido muchos cambios en la ley de autoconsumo, se ha de seguir fomentando. Tiene numerosas ventajas al ser la forma más eficiente de abastecimiento energético, tanto por su ahorro en el transporte de la energía como por su origen renovable. Sería interesante también que se impulsara la hibridación de tecnologías (eólica más solar) tanto a nivel particular como empresarial.

En última instancia, con relación a lo mencionado acerca del consumo sostenible en puntos anteriores, se debería regular la obsolescencia programada y legislarla, de cara a limitar la cantidad de residuos electrónicos y alargar la vida útil de los aparatos que utilizamos en nuestro día a día.

P: ¿Cómo vislumbra su futuro profesional?

R: Pues, siendo sincero, aún no muy claro en lo relativo al sector en el que me gustaría desarrollar mi carrera profesional. Creo que los primeros años intentaré aprender lo máximo posible tanto profesionalmente como de mí mismo, y si es posible intentaré tocar diferentes ramas hasta encontrar un lugar donde madurar profesionalmente. No me siento atraído por los trabajos muy técnicos, y creo que encajo mejor en un perfil más intermedio con el mundo de la gestión o de la economía. Pero, como digo, el tiempo dirá. Ahora mismo estoy enfocado en el máster y terminarlo de la mejor forma posible.

Javier Picos

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