Sara Picazo, antigua alumna

El sistema de trabajo de los nómadas digitales, profesionales que trabajan mientras viajan

Durante años he llevado un estilo de vida “nómada” viajando por el mundo con mi “oficina a cuestas” dando servicio a clientes ubicados en diferentes países. En este artículo resumo las particularidades de este sistema de trabajo en alza y analizo sus ventajas, pero también, posibles inconvenientes.

Los digital nomads -como originalmente se les conoce por su denominación global en inglés- son profesionales que tienen una gran flexibilidad, tanto geográfica como horaria, para trabajar de forma deslocalizada. Es un colectivo potenciado por la tecnología y la era de la conectividad. Pueden ser tanto trabajadores independientes, freelancers, como profesionales por cuenta ajena que forman parte de la plantilla de una empresa. El poder trabajar a distancia con medios online les otorga la libertad de maniobrar desde cualquier parte del mundo.

Este tipo de profesionales sigue un modelo de trabajo cada vez más extendido entre aquellos que no quieren renunciar a conocer mundo y abrirse fronteras por un empleo “estable” que les exija presencia física. Se caracterizan por trabajar por objetivos, sin atender horarios estrictos que puedan coartar su talento y creatividad. Tienen autonomía para organizarse por lo que se requiere un alto nivel de disciplina y mucho sentido de la responsabilidad. Las empresas para las que trabajan deben estar sensibilizadas con este rol independiente del trabajador que maniobra con flexibilidad. De lo contario, pueden surgir conflictos y diferencias, lo que repercutiría negativamente en el trabajo. Dado que hablo desde la experiencia, siempre aconsejo dejar claras estas condiciones laborales desde el principio.

El perfil mayoritario de los nómadas digitales son profesionales relacionados con la informática y la tecnología, como desarrolladores de software, programadores, diseñadores web y profesionales que se dedican al marketing online. No obstante, el nomadismo digital se está extendiendo cada vez más a otras profesiones más “tradicionales” como fotógrafos, periodistas, consultores y hasta arquitectos. Además, tras la pandemia de la COVID-19 se estima que este escenario laboral cambie y abarque a más sectores donde el teletrabajo sea posible. Un ordenador y una buena conexión a internet son las herramientas básicas de trabajo para establecer una oficina itinerante.

En resumen, todo aquel que pueda desarrollar su trabajo remotamente podría ser un nómada digital. Pero no todos los trabajos son aptos para ejecutarse a distancia, ni todas las personas son capaces de llevar un estilo de vida nómada.

Tras mi experiencia trabajando y viajando por África, Brasil, Costa Rica, Panamá y EE.UU, soy consciente de las múltiples ventajas del nomadismo digital, pero también hay que tener en cuenta los posibles inconvenientes que puedan derivarse, sobre todo si no se gestiona correctamente.

Sara Picazo

Sara Picazo trabajando con su ordenador desde Salvador de Bahía (Brasil). Foto de Marc Pastor

Ventajas

  • Mayor eficiencia y productividad ya que permite organizar horarios en función de los objetivos.
  • Aumenta la creatividad. No es lo mismo encontrar la inspiración desde el paraíso que encerrado en una oficina.
  • Permite una mayor conciliación personal y laboral.
  • Potencia nuevas oportunidades y sinergias al abrirse a nuevos mercados y entornos.
  • Favorece el talento en detrimento del presentismo y la improductividad.
  • Se eliminan los gastos de oficina.
  • Permite evitar los atascos en hora punta (smart mobility).
  • Sirve de alternativa al turismo tradicional en épocas de temporada baja.

Inconvenientes

  • Se requiere un alto nivel de disciplina y madurez organizativa para auto imponerse unos horarios de trabajo, así como saber cuándo desconectar.
  • Si el trabajo no se gestiona correctamente se tiende a trabajar en exceso sin poner un límite entre la vida personal y profesional.
  • Tienes que lidiar con las tentaciones típicas de los viajes que invitan a procrastinar.
  • Resolver multitud de gestiones logísticas derivados de los viajes (compra de vuelos, búsqueda de alojamiento, cambio de monedas, tramitaciones de VISAS…)
  • En los viajeros en solitario surgen muchos momentos de soledad y sensación de aislamiento al no tener contacto con familiares o compañeros cercanos.
  • Es necesario adaptarse en tiempo récord a los hábitos culturales de los nuevos destinos.
  • Capacidad para hacer nuevas amistades constantemente, así como para despedirse de ellas.
  • Adaptación a los cambios e imprevistos que puedan surgir en los viajes.
  • Afrontar ciertas adversidades (desde retrasos y cancelaciones de vuelos, hasta enfermedades o posibles accidentes).
  • Al trabajo en sí hay que sumar muchas situaciones de estrés y ansiedad derivadas de los constantes viajes (falta de internet, pérdida objetos, búsqueda de un lugar desde el que trabajar correctamente…).
  • Si la empresa para la que trabajas no está sensibilizada y no entiende esta forma de trabajo, pueden surgir conflictos.
  • Se requiere un cambio de mentalidad y formación adaptada a esta nueva era del trabajo.

Es necesario aclarar, también, que existen diferentes movimientos de nómadas digitales que se definen por la frecuencia de sus viajes. Carlos Jonay cofundador y consultor de Escuela de Trabajo Remoto, nos aclara las diferencias:

1)  “Los digital nomads más tradicionales son los que están en un destino una media de  entre quince días y un mes, algunos incluso menos de una semana. Normalmente el tiempo máximo suele ser lo que dura una VISA, por tanto, unos tres meses”.

2)  “Después están los slow nomads que son aquellos que pasan cerca de tres meses en un destino, que es el tiempo mínimo que se considera para decir que ‘has vivido’ en un lugar para asimilar su cultura y relacionarte con la comunidad local”.

3)  “Expats, o expatriados, son los que se marchan a vivir a otro sitio, normalmente por seis meses o más, llegando incluso a ser años. Es más común en aquellos nómadas que viajan en familia, para poder adaptarse al curso escolar de sus hijos”.

Por tanto, existen diferentes “tribus” según la forma de viajar, pero, por lo general, si empiezas a viajar y lo haces siguiendo un estilo de vida nómada mientras trabajas, entonces puede decirse que eres un nómada digital.

Actualmente, sigo trabajando en remoto para agencias ubicadas en diferentes ciudades y países como Inter Consulting Group y BTW Agency con sede en Honduras y Miami respectivamente. Estas empresas apostaron de forma visionaria por la transformación digital -años antes de la crisis provocada por la COVID-19-, permitiendo a sus equipos trabajar a distancia, lo que también les da la oportunidad de contar con talento deslocalizado.

En España, tras la pandemia, muchas empresas se han visto abocadas al teletrabajo, algo que previamente no habían contemplado, por lo que esta puede ser una gran oportunidad para apostar por la deslocalización de tu oficina. Y quién sabe si, incluso, te animas a hacer las maletas y poner tierra de por medio convirtiéndote en un nómada digital.

Me encantará conocer tu experiencia si decides reinventarte hacia el nomadismo laboral y ¡volar!

Sara Picazo

Sara Picazo trabajando desde Gran Canaria como jefa de prensa de Nomad City. Foto de Denisa Puica

Autora: Sara Picazo Lucas, es antigua alumna de la Universidad Nebrija, cursó el Grado en Periodismo en la promoción del 2006.

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