Jon Andoni Duñabeitia, investigador principal de la Facultad de Lenguas y Educación

La escasa unión emocional con una lengua condiciona tu capacidad de aprendizaje

Jon Andoni Duñabeitia, director del Centro de Ciencia Cognitiva (C3) de la Universidad Nebrija, participa en un artículo publicado por BBC Mundo en el que se analiza las diferencias emocionales que provocan una lengua extranjera de una lengua materna en los individuos.

El investigador explica que “cuando aprendes una lengua extranjera como extranjera, es decir, en una academia, en una escuela o un centro de lenguas, tu aproximación a esa lengua es de una manera emocionalmente fría, distante”. Este efecto es llamado “diglosia emocional” que pueden experimentarla las personas bilingües o multilingües.

Se produce porque las segundas lenguas se aprenden en un contexto educativo o institucional mientras que el aprendizaje de la lengua materna se da en un entorno familiar unido a emociones en la edad más temprana.

Ese desapego emocional también influye en cómo recibimos los mensajes que nos dirigen en las distintas lenguas: “Un ‘I love you’ puede no producirnos el mismo impacto emocional que un ‘te quiero”’ o un ‘te amo’”, explica Duñabeitia.

La sensación de habernos quedado estancados en un nivel cuando estamos aprendiendo una lengua extranjera suele también ser habitual. A este proceso los lingüistas lo llaman “fosilización linguística”. Duñabeitia sugiere que al aprender otro idioma no persigamos un nivel “como de nativo’: “Hay que ser muy modestos a la hora de esperar resultados sobre el bilingüismo”.

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