Mujeres retratistas

Descubrir el Arte dedicó en el mes de marzo su sección ‘En portada’ a cuatro pintoras:

El injusto olvido de una maestra holandesa, de Luis Reyes Blanc, reivindica la figura de Judith Leyster, artista del siglo XVII, que tuvo la mala fortuna de pintar al estilo del cotizado Frans Hals. La mayor parte de su obra fue intencionadamente atribuida por marchantes de arte al reconocido maestro.

La tabernera que pintó a Diderot, de Alicia Vallina, nos descubre a la berlinesa Anna Dorothea Lisiewska, perteneciente a una familia de artistas del siglo XVIII. Abandonó temporalmente la pintura para criar a sus hijos, y con cuarenta años retomó su carrera, trasladándose a París, capital europea del arte. Allí se enamoró de Diderot, al que convirtió en su ‘muso’.

La superación de la pintura galante, de Carolina Miguel Arroyo, rescata de su imagen frívola en la corte de María Antonieta, a Louise-Élisabeth Vigée-Lebrun, parisina, hija de un retratista, miembro de la Academia de San Luis. A los quince años ya se estableció como artista profesional y fue pintora predilecta de la reina de Francia.

Una retratista a lo art déco, de Andrea García Casal, repasa la trayectoria de Tamara de Lempicka. Nacida en Varsovia en 1898, triunfó en París durante los años veinte y treinta del siglo XX. Su obra partió de una estética próxima al cubismo, derivando hacia el art déco. Supo adaptarse a las distintas tendencias creativas y pasó de icono pop al posmodernismo.

Encontraréis estos artículos en la revista Descubrir el Arte, número 265, marzo de 2021, disponible en la Biblioteca del campus de Madrid-Princesa y su localización en el Catálogo-OPAC ~ Web Portal de la Red de Bibliotecas.

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