El instrumento AMR, a la investigación de Marte con la mirada puesta en la Tierra

“Marte, ese puntito rojo en el cielo, empieza a despertar interés desde la época de los egipcios, aunque no se puede hablar de una observación relativamente sistemática o metódica hasta Kepler, que se basó en los trabajos de Copérnico”. De esta forma, comenzó su conferencia en la Semana de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad Nebrija Marina Díaz Michelena, investigadora científica del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), donde dirige el Laboratorio de Magnetismo Espacial.

Viajando por la historia de los primeros telescopios, que muestran manchas en el planeta rojo, y la denominación de sus canales por Giovanni Schiaparelli en 1877, que desata una oleada de especulaciones de ciencia ficción, Díaz Michelena se centró en las misiones especiales a Marte que han estado monitorizando diversos parámetros y “que invierten mucho tiempo y recursos”. Según la investigadora del INTA, “tendemos a ver el sistema solar como una familia” y al estudiar cómo son algunos de nuestros vecinos más próximos podemos entender la evolución del planeta: “Estudiamos Marte por sí mismo, pero también para entender aspectos de la Tierra”.

Tras explicar los componentes relacionados con la medición de campos magnéticos de las misiones Mars Global Surveyor (NASA) Rosetta (ESA) e InSight (NASA), Marina Díaz Michelena, doctora en física especializada en la concepción y desarrollo de dispositivos magnetométricos para aplicaciones espaciales, explicó su trabajo en el programa ExoMars (ESA y la agencia espacial rusa, Roscosmos), cuya segunda fase se ha demorado a 2022. En esta misión, lidera el AMR del módulo de superficie para la caracterización del entorno magnético de la superficie de Marte. AMR, “un instrumento modesto y pequeño”, realizará, a lo largo de un año marciano (dos años terrestres), diferentes mediciones en la fase de descenso y en el propio planeta.

Además, la científica de INTA recordó el febrero “marciano” con las misiones Hope (Emiratos Árabes Unidos), Tianwen 1 (China) y Perseverance (Estados Unidos), cuyo róver intenta encontrar vida debajo del a superficie de Marte y cuyo helicóptero Ingenuity ha efectuado el primer vuelo controlado de una aeronave en otro planeta.

“Realmente queda mucho por aprender, es un proceso lento, que lleva mucho esfuerzo, pero el espacio es un sector muy rentable porque con cada euro invertido, retornan siete euros o más”, argumentó. Aunque su profesión “es muy dura”, también tiene “muchas contrapartidas” profesionales.

En su conferencia Exploración de Marte: perspectiva histórica y misiones actuales, presentada por Óscar Ruano, director del Grado en Ingeniería Informática de la Universidad Nebrija, Díaz Michelena concluyó que las medidas magnéticas en Marte nos permiten interpretar, “en una ventana al pasado”, cómo pudo ser la superficie de la Tierra en su origen antes de que la tectónica de placas la modificase.

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