La Jornada Lengua y Migración cumple siete ediciones de encuentro pluridisciplinar

La Jornada Lengua y Migración es una de las actividades tradicionales de la Semana de la Ciencia de la Comunidad de Madrid. En su séptima edición, la Cátedra Global Nebrija-Santander del Español como Lengua de Migrantes y Refugiados y el Grupo de Investigación Lingüística Aplicada a la Enseñanza de Lenguas Extranjeras (LAELE) mostraron a profesores y estudiantes, entre conferencias y talleres, los avances en el proyecto INMIGRA3-CM –La población migrante en la Comunidad de Madrid: factores lingüísticos, comunicativos, culturales y sociales del proceso de integración y recursos lingüísticos de intervención-.

La red INMIGRA, formada por seis grupos de investigación de las universidades de Alcalá, Nebrija, y Europea, e integrada en el programa de actividades de I+D de la Comunidad de Madrid, estudia desde una perspectiva multidisciplinar los factores lingüísticos, comunicativos, culturales y sociales que intervienen en el proceso de integración de la población migrante en la Comunidad de Madrid.

Susana Martín Leralta, decana de la Facultad de Lenguas y Educación de la Universidad Nebrija, dio la bienvenida a la VII Jornada de Lengua y Migración, “un punto de encuentro que ayuda a la mejora en los procesos de integración de la población migrante de la Comunidad de Madrid”.

Acto seguido, Débora Orozco, coordinadora de Formación y del Servicio de Aprendizaje del Idioma del Programa de Asilo de Cruz Roja Española, departió sobre las necesidades en el uso del español y en la integración social de los refugiados. Antes de entrar en materia, quiso dejar claro “que hay países que acaparan la información durante un tiempo mientras hay conflictos desconocidos” como el de Eritrea, el de la República Democrática del Congo o el de la República Centroafricana.

En cuanto a las nacionalidades que más han solicitado protección internacional en España están la siria (2015), la venezolana y la colombiana (desde 2018 hasta 2021) y la marroquí, la maliense y la senegalesa (tras la pandemia). Se espera que los afganos sean el primer colectivo internacional que pida esta figura en los próximos meses.

Cruz Roja Española trabaja en 47 provincias con el 30 % del total de las plazas del Programa de Asilo, cuya responsabilidad comparte con otras entidades. Según Débora Orozco, el plan de protección internacional de Cruz Roja lucha por “reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia” de las personas solicitantes en España. A través de itinerarios personalizados en tres fases, los usuarios acceden a una asistencia psicológica y a un aprendizaje del idioma, entre otras acciones. La coordinadora de Cruz Roja enumeró las metas de este segundo servicio: conseguir la inmersión lingüística, promover el acceso a recursos comunitarios o externos, e incrementar la autonomía y la integración en la sociedad de acogida a través del conocimiento de la lengua.

Formación y especialización

Ante los retos de aulas heterogéneas, de la “compleja” situación vital de las personas refugiadas, del trabajo con personas voluntarias y de la adaptación de los tiempos administrativos de los usuarios, Orozco apostó por la formación y la especialización del personal implicado en la enseñanza del español, la creación de materiales propios, la cooperación con el servicio de asistencia psicológica y con los trabajadores sociales “para abordar la desmotivación y el absentismo”, y la creación de acuerdos y convenios con entidades como la Universidad Nebrija.

Después de la pausa del café, las profesoras e investigadoras Cristina Herrero y Margarita Planelles, plantearon un taller práctico sobre la sensibilidad hacia los acentos extranjeros. Con ayuda de audios, las docentes de la Nebrija esbozaron el “complejo” fenómeno del “prestigio” del acento y sus influencias en la lingüística y en la enseñanza de lenguas. “Con solo escuchar a una persona al hablar, ya creamos en nuestra mente una serie de ideas cognitivas y afectivas sobre ella”, señalaron.

Ante una audiencia de expertos y aprendices en Español como Lengua Extranjera (ELE), María del Carmen Horno, profesora de Lingüística General en la Universidad de Zaragoza, explicó la “erosión” del léxico en la lengua materna en personas migrantes. “Esa sensación de pérdida –adujo- está basada en una falsa disyuntiva entre la lengua materna y la lengua del país de acogida”.

Defendiendo que las culturas son “dinámicas y heterogéneas y están en continuo cambio”, un hecho que deben tener en cuenta los propios migrantes, Horno apostó por revertir la situación de aquellos que presentan un problema de comunicación, con un mayor acceso a su lengua materna a través de contactos con su comunidad de origen, lecturas, juegos, chistes o crucigramas. Además, incidió en la necesidad de prevenir en el inicio la erosión lingüística y el malestar psicológico.

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