El libro `Antonio de Nebrija o el rastro de la verdad´ abre las conmemoraciones dedicadas al humanista sevillano

La Fundación Antonio de Nebrija inauguró el año del V Centenario del Fallecimiento del humanista sevillano con la presentación del libro Antonio de Nebrija o el rastro de la verdad, de José Antonio Millán. El acto, celebrado en el Campus de Madrid-Princesa de la Universidad Nebrija, escribió el prólogo de las más de 70 actividades que la Comisión Interadministrativa del Quinto Centenario del Fallecimiento de Antonio de Nebrija, compuesta por quince instituciones, ha programado para divulgar los valores y el legado del autor de la Gramática Castellana.

El libro, editado por Galaxia Gutenberg y promovido por la Fundación Antonio de Nebrija, recorre, en una suerte de “biografía intelectual y apasionante”, la vida y obra de Antonio de Nebrija con la finalidad de “querer borrar los rasgos imperiales en el Nebrija recibido, y a cambio darnos al humanista orgulloso y brillante, que no vaciló en enfrentarse a su tiempo en su búsqueda de la verdad”.

En la presentación de Antonio de Nebrija o el rastro de la verdad, intervinieron, además de José Antonio Millán, Darío Villanueva, académico de la Lengua y presidente del Patronato de la Universidad Nebrija, Joan Tarrida, director editorial de Galaxia Gutenberg, y José Muñiz, rector de la Universidad Nebrija.

En el silencio y la soledad

A la hora de componer el libro, Millán comprobó que, “como opina un filósofo contemporáneo, aprender significa disfrutar cambiando de idea”. Derribando supuestos sobre Nebrija heredados del sistema educativo franquista, el filólogo gestó la obra durante el confinamiento provocado por la pandemia, que le sirvió para concentrarse e incubar el libro “en el silencio y la soledad de esos días en los que apenas circulaban coches por las calles”. En esa pausa vital, que comparó con la vivida por el personaje del cuento El milagro secreto, de Borges, José Antonio Millán buceó en el mundo que le tocó vivir a Nebrija, un espacio “de “saberes imbricados e interconectados y de grandes cambios” que proporcionó al humanista sevillanos una existencia intelectual “de gran riqueza”.

Millán consideró que Nebrija fue un polímata “seguro de su saber científico” que plasmó un carácter “providencial de la filología”. Este rasgo le llevó a pensar que en La Vulgata, la Biblia traducida al latín por San Jerónimo, había errores, pero “agradece que Dios haya dejado un rastro de verdad para que los estudiosos detecten un problema”. Esta declaración de intenciones explica el título de la biografía escrita por Millán, que no dudó en calificar a Nebrija de “detective de las letras”.

El lexicógrafo, editor y escritor aprovechó la ocasión para expresar su agradecimiento a la Comisión Interadministrativa del V Centenario de Antonio de Nebrija, al editor Joan Tarrida, al investigador Pedro Martín Baños –autor de La pasión del saber. Vida de Antonio de Nebrija, a José Chabás –“guía eficaz en los aspectos más arcanos de la ciencia del XV”-, al académico Darío Villanueva y a Gabriel López Guix, Eduardo Manzano, Inés Miret, Ana Rodríguez y José Antonio Sanchez Paso por “haberle ayudado de muy diversas maneras”. Además, Millán recordó, como refleja en sus páginas, el fin de este libro: “poner de relieve, para un público amplio, los logros de Nebrija de todo tipo, las luchas de un temperamento orgulloso y bien dotado por que resplandecieran muchas verdades que la sociedad de su época no quería ver”.

Orgullo, autoestima y humor

En el laudatorio a José Antonio Millán, el académico Darío Villanueva estimó que Antonio de Nebrija o el rastro de la verdad, que abre “de manera brillante” el V Centenario, está escrito “con claridad y precisión”, es de “fácil lectura” y “toca la faceta humana de Nebrija, su orgullo, su autoestima y su extraordinario sentido del humor”.

A su juicio, Nebrija, “que iba para clérigo, pero salió rana y se volvió gramático”, resultó uno de los primeros autores en escribir pensando en la imprenta y consiguió que el castellano fuera “de las lenguas más limpias entre lo que decimos y lo que escribimos”.

Ante su sensación de “vivir en una época de empoderamiento de la ignorancia”, Villanueva enfrentó el interés de los humanistas del renacimiento por la adquisición de saberes. “Si Erasmo nos advirtió de la estulticia –escribió su conocido Elogio de la estupidez-, Nebrija fue un develador de la ignorancia, combatiéndola desde el latín, que daba acceso a una libre circulación de profesores y estudiantes por las universidades europeas”.

Villanueva equiparó a Antonio de Nebrija como “una protoacademia española” al elaborar el Diccionario latino-español y el Vocabulario español-latino, donde ya aparece `canoa´, el primer vocablo amerindio. “No debemos zaherirnos tanto porque la presencia de españoles en América significó que las lenguas amerindias acabaran sobreviviendo”, citó el presidente del Patronato de la Universidad Nebrija, que aludió a la elaboración de gramáticas en el continente americano que tomaron el modelo del polímata.

Darío Villanueva, que subrayó el compromiso de la Universidad Nebrija por honrar al sabio sevillano, resaltó también de esta personalidad histórica su dimensión de “intelectual intransigente –en el buen sentido de la palabra-“ y de “universitario de tomo y lomo –en Salamanca, Bolonia, Alcalá de Henares y sus escarceos en Sevilla-“.

Libertad de pensamiento

Por su parte, el editor Joan Tarrida significó que el libro de Millán sitúa a Nebrija “más allá de la Gramática y su condición de lingüista”. Por su defensa de la libertad de pensamiento, su encontronazo con la Inquisición y su capacidad para viajar, “es una figura rebelde que puede interesar a los jóvenes de hoy”. Tarrida precisó que el título, entre otros motivos, “narra las peripecias de Nebrija con los impresores en una época en la que los autores luchaban todo el tiempo contra las ediciones no autorizadas”.

La independencia, el espíritu libre y la búsqueda de la verdad están ligadas al conocimiento de Nebrija. Así lo consideró José Muñiz. En su turno, el rector de la Universidad Nebrija opinó que el libro editado por Galaxia Gutenberg “fija el tono y el anclaje del V Centenario de Nebrija”, que su Comisión Interadministrativa va a alimentar durante todo el año 2022.

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