Artes Escénicas visita el madrileño Teatro Circo Price

Los alumnos de 1º del Grado en Artes Escénicas, acompañados de la profesora Amelia Meléndez que imparte la asignatura de Historia del Espectáculo, han realizado una visita guiada a las instalaciones, pista, maquinaria, tramoya, espacios y funciones del Teatro Circo Price, para acercarles a la realidad y espacio de trabajo de sus artistas. Estíbaliz Robles Moya, técnico del área educativa del teatro, se encargó de conducir la visita y realizar la mediación cultural de sus espacios.

El Teatro Circo Price ha vivido muchas vidas. Hay que remontarse al siglo XIX para descubrir sus comienzos, de la mano de Thomas Price. El señor Price era un domador de caballos irlandés, perteneciente a una antigua estirpe de acróbatas, que llegó a Madrid en 1847. El éxito fue tal que en 1879 toma forma el proyecto de un nuevo circo Price, mejor dotado, capaz de acoger los números más espectaculares. Por aquel entonces Thomas Price ya había fallecido, y sería su yerno, el también domador ecuestre William Parish, quien se haría cargo del nuevo circo.

En las primeras décadas del siglo XX conviven espectáculos de circo con representaciones de zarzuela, números de revista, lotería, combates de lucha libre y boxeo o conciertos de música clásica. En esta luminosa época se suceden en la dirección Leonard Henry Parish (1917-1930), y Mariano Sánchez Rexach (1930-1936). El circo estable de Madrid comienza su andadura por decisión del Ayuntamiento de Madrid, en 1999. En el proyecto confluyen tres objetivos: la rehabilitación del barrio de Lavapiés, la creación de un nuevo equipamiento cultural y la salvaguarda del patrimonio arquitectónico de la Ronda de Atocha. En ese mismo acuerdo se estableció también la adquisición de terrenos y la construcción del Teatro Olimpia (actual Teatro Valle-Inclán) por parte del Ayuntamiento, y el equipamiento escénico y el mantenimiento de la actividad teatral por el INAEM.

Las obras del nuevo Teatro Circo Price se inician, según el proyecto del arquitecto Mariano Bayón, en 2002. La inversión total de más de 25.000.000 euros por parte del Ayuntamiento de Madrid dota a la ciudad de un singular espacio escénico, y la incorpora a la red de capitales, como Paris con su Circo de Invierno, Bruselas, Munich y el Circo Krone, Ámsterdam, el Coliseo de los Recreos de Lisboa, o Budapest que, sin embargo, han conservado sus circos construidos a fines del siglo XIX y principios del XX; así como Londres, Viena, Manchester o Copenhague, que también cuentan con sus circos estables. Por fin, en Navidades de 2006 el nuevo Teatro Circo se abre por primera vez al público durante unas semanas con un espectáculo circense y una exposición. La inauguración oficial se llevaría a cabo unos meses después, en marzo de 2007.

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