Universidad Nebrija

revista.la@nebrija.es | ISSN 1699-6569 | Publicación semestral

Algunas consideraciones en torno a la influencia de la L1 en la adquisición de aspectos gramaticales de la L2
Some considerations about the influence of L1 on the acquisition of L2 grammar
Maria Juan Garau
Universitat de les Illes Balears
maria.juan@uib.eu
RESUMEN

La presente reseña parte del artículo de Martínez González, centrado en la adquisición de la posesión gramatical en estudiantes de español L2 de habla inglesa, para presentar una reflexión más amplia sobre la influencia de la L1 en la adquisición de una L2 y sobre el papel que la instrucción formal puede jugar a la hora de minimizar las posibles consecuencias negativas de dicha influencia.

Palabras clave: Influencia entre lenguas, transferencia, español como L2, posesión gramatical, instrucción formal

ABSTRACT

The present review builds on Martínez González’s article, which focuses on the acquisition of grammatical possession by English-speaking learners of L2 Spanish, to reflect on the influence of the learner’s L1 on the acquisition of an L2 and on the role that formal instruction can play to minimize the possible negative consequences of such an influence.

Keywords: Cross-linguistic influence, transfer, L2 Spanish, grammatical possession, formal instruction

 

La presente reseña se centra en el artículo de Martínez González sobre la adquisición de la posesión gramatical en estudiantes de español L2 de habla inglesa. Pretendemos presentar una reflexión más amplia sobre la influencia de la L1 en la adquisición de una L2 y sobre el papel que la instrucción formal puede jugar a la hora de minimizar las posibles consecuencias negativas de dicha influencia.

El fenómeno de la influencia entre lenguas, o transferencia, en el proceso de adquisición ha sido documentado ampliamente a partir del estudio en poblaciones diversas de variados aspectos lingüísticos (Ionin y Zubizarreta 2010). En concreto, la transferencia de la L1 en la adquisición de una L2 ha sido descrita por numerosos autores (ver, p.ej., Odlin 1989; Gass y Selinker 1992; Jarvis 1998; Ellis 2006). En el estudio de la transferencia de la L1 tradicionalmente se ha distinguido entre la transferencia positiva, que facilita la adquisición de la L2, y la transferencia negativa, que la inhibe (Odlin 1989). Si bien el estudio de la transferencia se ha centrado en la adquisición de lenguas segundas o adicionales (p.ej., Jarvis 2014 analiza la transferencia, tanto positiva como negativa de la L1 y la L2 sobre la L3), también se ha puesto de relieve su existencia en la adquisición bilingüe infantil (p.ej., Müller y Hulk 2001), y en el uso de lenguas de herencia minoritarias (p.ej., Montrul y Ionin 2014). A pesar de los avances realizados en la comprensión del fenómeno de la transferencia, todavía queda mucho camino por recorrer. El estudio de Martínez González apunta en esa dirección, aportando datos sobre un área gramatical relativamente poco explorada como es la posesión, que contrasta en este caso en la L1 y la L2 de los participantes, lo cual induce a la comisión de errores como se sugiere a continuación.

Los estudios realizados hasta la fecha indican que los efectos de la L1 sobre la L2 tienden a ser positivos cuando la lengua meta guarda una relación estrecha con la lengua que el aprendiz ya conoce (p.ej. Ringbom 2007; Ringbom y Jarvis 2011). Así pues podría suponerse que a un hablante de español le resultara más fácil, por ejemplo, aprender italiano que aprender inglés (Jarvis 2014). De hecho la distancia lingüística entre la lengua española y la inglesa, con importantes diferencias en el caso de la expresión de la posesión gramatical, explica las dificultades que los participantes de habla inglesa en el estudio de Martínez González encuentran en la adquisición de dicha expresión y los ejemplos de transferencia gramatical negativa que ofrecen.

Las posiciones sobre la influencia entre lenguas han oscilado a través del tiempo (Mitchell, Myles y Marsden 2012). Los teóricos conductistas veían la transferencia lingüística básicamente como una fuente de error e interferencia en el aprendizaje de segundas lenguas, ya que los hábitos en la L1 se consideraban profundamente arraigados. Por su parte, los preconizadores de la denominada interlengua rebajaron el peso de la L1 en la adquisición de la L2, a la par que señalaban que muchos de los errores cometidos en la L2 no tenían su origen en la L1, sino más bien en la exploración creativa por parte de los aprendices de diferentes patrones y secuencias de desarrollo. Desde un punto de vista generativista, la cuestión de la transferencia se ha percibido de modo distinto. Suponiendo que los aprendices de segundas lenguas siguieran teniendo acceso directo a la Gramática Universal, la L1 sólo afectaría a las áreas más periféricas del desarrollo lingüístico. Si, por el contrario, el acceso a la Gramática Universal fuera sólo indirecto (es decir, a través del ejemplo de la L1), entonces la influencia de la L1 sobre la L2 tomaría mayor relieve.

Actualmente, los teóricos de la adquisición de lenguas generalmente aceptan la idea de que la influencia entre lenguas juega un papel importante en la adquisición de una L2, situándose los aspectos gramaticales entre los que más atención han atraído (p.ej., Oh 2010; Escobar Álvarez 2011; Larrañaga et al. 2011; Cuza et al. 2012), si bien la naturaleza y extensión de dicha influencia son todavía objeto de discusión. Por esa razón, son bienvenidos los estudios que como el de Martínez González intentan arrojar nueva luz sobre este asunto. No obstante, en nuestra opinión dicho estudio adolece de ciertas debilidades metodológicas que deberían atajarse en el futuro para otorgar mayor fiabilidad a los resultados obtenidos. Así por ejemplo, ya que la investigación se centra en la comparativa entre inglés y español e hipotetiza que existirán dificultades de aprendizaje en función de las diferencias en la expresión de la posesión en ambas lenguas, sería muy conveniente que la muestra de aprendices se nutriera exclusivamente de aprendices del español con el inglés como L1, para los cuales el español constituyera una L2 en todos los casos, y con una experiencia en el estudio de este último idioma equiparable, haciendo la muestra así más homogénea. Sería igualmente deseable proporcionar más detalles sobre la aplicación de la tarea utilizada para la recogida de datos y sobre los procedimientos de análisis utilizados. Más específicamente, interesaría conocer cómo se han cuantificado los datos y si son suficientes para realizar un análisis estadístico que permita compararlos antes y después del tratamiento realizado (consciousness raising, CR), o si debe ampliarse la muestra.

La segunda cuestión principal que aborda el artículo de Martínez González hace referencia al papel de la instrucción orientada a combatir las consecuencias negativas de la influencia entre lenguas. En las últimas décadas se ha venido restaurando la importancia de la instrucción formal en la adquisición de lenguas segundas o adicionales (Doughty 2003). Es más, se ha comprobado que la instrucción explícita resulta, por lo general, más efectiva que la implícita (Norris y Ortega 2000). Así pues, incluso desde perspectivas generativistas, se admite que, cuando el aprendiz no está expuesto a abundante evidencia positiva, la transferencia negativa es común y se hace necesaria la evidencia negativa (en forma, por ejemplo, de correcciones o de ejercicios que llamen la atención sobre las diferencias entre lenguas a la hora de armar una estructura gramatical) para restablecer un parámetro. En el caso de Martínez González, a raíz de los errores encontrados en las muestras de los participantes, se ha optado acertadamente por un enfoque instructivo centrado en la forma que persigue aumentar la consciencia de los aprendices sobre las diferencias entre la L1 y la L2 en la expresión de la posesión, cosa que al parecer ocurre.

Jarvis (2014) apoya la idea de que efectivamente la instrucción centrada en la forma acrecienta la consciencia lingüística de los aprendices, su conocimiento de cómo nociones diversas se expresan adecuadamente en la lengua meta, y su deseo de utilizarla de manera apropiada y correcta. Tal y como indica el propio autor, se necesita todavía mucha investigación en este campo para determinar con mayor precisión de qué modo el aprendizaje de lenguas adicionales puede incrementar la consciencia lingüística de los aprendices y qué tipos en concreto de consciencia lingüística son más beneficiosos para el aprendizaje lingüístico. La investigación futura sobre tales cuestiones sin duda contribuirá a una mayor comprensión de la adquisición y enseñanza efectiva de lenguas.

 

Referencias bibliográficas

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