“Las nuevas tecnologías no tienen el poder de hacernos nada, eso nos corresponde a nosotros”

“Las nuevas tecnologías no tienen el poder de hacernos nada, ni bueno ni malo; eso nos corresponde a nosotros”. En una sociedad en la que los likes y los followers están a la orden el día, José Moreno, director del Servicio en Adicciones Tecnológicas de la Comunidad de Madrid, arroja algo de luz sobre el uso que hacemos de los dispositivos móviles. Fue además uno de los ponentes de TEDxUNebrija, el evento organizado por la Universidad Nebrija, en el que dio una charla sobre el poder de las redes sociales y su manera de relacionarnos con ellas.

Pregunta: ¿Cree que la misma sociedad es la que nos empuja a este consumo masivo de las nuevas tecnologías y las redes sociales?

Respuesta: Es cierto que en el caso de las redes sociales la sociedad cada vez nos incita más a estar presentes en ellas y es por esto por lo que considero que el uso de las nuevas tecnologías es cosa de todos. Sin embargo, no veo negativo el hecho de ser un usuario activo en redes sociales e incluso de alegrarse por recibir un número determinado de likes en una publicación. El problema nace cuando consideramos que nuestro valor como personas depende únicamente de la cantidad de las estadísticas de esa publicación.

P: ¿Cómo controlan este fenómeno las personas con poca autoestima si lo único que ven en Instagram es el lado bonito de la vida de sus ídolos y amigos?

R: Creo que la solución está dentro de nosotros y no fuera como pensamos a veces equivocadamente. Podemos intentar conseguir la misma interacción social de una persona que consideremos exitosa pero siempre vamos a querer más. Todo esto forma parte de un proceso y no es algo que vayamos a conseguir de manera instantánea como promueven las redes sociales.

P: ¿En qué se diferencia la manera de relacionarse de los adultos con las generaciones nativas digitales?

R: Es muy diferente debido a la brecha tecnológica que existe. No es lo mismo la generación nativa digital que otra que ha conocido estos dispositivos a una cierta edad. Sin embargo, los adultos también somos vulnerables, la diferencia es que tenemos más herramientas para afrontar los problemas que una persona que está todavía creciendo.

P: ¿Cuáles son las patologías que muestran que alguien es adicto a las nuevas tecnologías?

R: La tecnología se convierte en un problema en el momento en que altera significativamente la vida diaria y no nos permiten cuidar de nuestros hábitos de descanso ni cumplir con nuestras obligaciones. Un ejemplo de ello puede ser la falta de control sobre estos dispositivos, que yo me proponga estar un tiempo sin usar el móvil y nunca lo consiga. Además, hay otras consecuencias negativas como el debilitamiento cerebral que puede derivar en cansancio, confusión, irritabilidad o dificultad para concentrarse.

P: ¿Cómo tratan este problema con los adolescentes que son a quienes más les cuesta no mirar el móvil?

R: Lo primero que nos dice cualquier adolescente al venir a nuestro centro es que no tiene ningún problema con la tecnología. Nuestro paso inicial es ver pero no decirles que son adictos, sino hacerles valorar si realmente necesitan cambiar el uso que hacen de los dispositivos o no. Creamos un espacio donde podamos hablar de sus necesidades y analizar si están cubiertas o no. Muchas veces las tecnologías les sirven como refugio de un problema que conocen o que han preferido mirar hacia otro lado en vez de afrontarlo. No se trata de que tengan solo amigos virtuales, sino de que además experimenten dificultades a la hora de relacionarse de manera presencial.

Cuando trabajamos con menores siempre incluimos a toda la familia en el tratamiento. Consideramos que la responsabilidad del uso excesivo de las tecnologías no es solo del joven, sino también lo es de sus figuras de referencia. No tiene sentido que le digas a un chaval que mire a los ojos en vez de al móvil cuando le habla otra persona si luego los padres no predican con el ejemplo.

P: Por lo tanto, ¿cree que la sociedad está preparada y concienciada sobre el mal uso de las nuevas tecnologías?

R: Prefiero pensar que sí y apostar por la confianza en vez de por la desesperanza. No todos somos adictos al móvil y a las redes sociales pero sí somos vulnerables, lo que conlleva una responsabilidad. La tecnología no tiene el poder de hacernos nada bueno ni malo, eso nos corresponde a nosotros.

Pablo Martínez Dorado / 7 de octubre de 2019

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