¿Alguna vez te has sentido triste, frustrado, decepcionado…o tu mente o cuerpo te i
ba dando señales de que algo no iba bien? A continuación, desde Nebrija Alumni te explicamos cómo identificar y combatir este malestar y así, encontrar el inicio de un camino hacia lo que quieres ser.
Desde la psicología, hablamos del triángulo pensar-hacer-sentir. La forma en la que pensamos o actuamos va a dar lugar a un sentimiento, por lo que es preciso analizar lo que nos decimos, cómo pensamos y lo que hacemos o dejamos de hacer.
Es de vital importancia conocer y elegir dónde ponemos nuestro foco de atención y la interpretación que hacemos de la realidad. Cada persona tiene una historia previa que le hace ser como es y, aunque el pasado no se puede cambiar, somos los responsables de elegir qué tipo de persona queremos ser y hasta dónde estamos dispuestos a llegar para conseguirlo.
Para poder entender mejor este triángulo, os dejamos a continuación un ejemplo tangible en el que un trabajador se ve envuelto en un nuevo reto profesional y cómo este puede tener distintos resultados en función de cómo se interpreta y enfrenta la situación objetiva.
Persona 1
- Pensar: Nunca he hecho esto antes, no creo que me vaya a salir bien. Mi jefe ha depositado confianza en mí, pero no creo que lo logre y lo voy a decepcionar. Mi madre siempre decía que estas cosas no las sé hacer bien.
- Hacer: Esquivo la tarea en cuestión y trato de evitar el tema cuando hablo con mi jefe. No tengo claro los pasos a seguir y voy probando yo solo pero no lo consigo.
- Sentir: Me siento ansioso e intranquilo cuando voy al trabajo y en casa le doy vueltas a mis pensamientos rumiando con ellos de forma circular, agravando mi malestar.
Conclusión: Pongo el foco de atención en el problema, no tengo ningún control sobre mí, repitiéndome una y otra vez pensamientos que no son útiles para buscar una solución. Probablemente, no pueda cumplir con el objetivo previsto.
Persona 2
- Pensar: Nunca he hecho esto antes, pero voy a busca quién me puede ayudar y qué herramientas puedo utilizar para conseguirlo. Tengo miedo de que no me salga bien, pero lo voy a intentar y seguro que, si fallo, aprendo para no equivocarme la siguiente vez, aprendiendo de mis errores. He conseguido muchas cosas con esfuerzo y dedicación y esto no se me va a resistir.
- Hacer: Pregunto y busco a personas del entorno y sector que puedan ayudarme y me dejo aconsejar aprendiendo de ellos. Trabajo ensayo-error día tras día, para conseguir el objetivo, planteándome un plan de acción y utilizando todos los recursos que tengo a mi alcance.
- Sentir: Estoy contento y entusiasmado porque estoy desarrollándome y aprendiendo cosas nuevas y me encantaría poder conseguirlo. Si no lo hago, sabré que habré puesto todo de mi parte y estaré satisfecho conmigo mismo.
Conclusión: El foco de atención está en buscar soluciones sobre aquello en lo que se tiene control y llevar a cabo un plan de acción, creyendo que se puede conseguir.
La clave del éxito profesional es ser consciente y saber aprovecharte de tus virtudes; así como también, mejorar tus puntos más vulnerables, dotándote de herramientas y aprendiendo de los demás. Esto te permitirá desarrollarte y adaptarte en un mundo competitivo y exigente. Por otro lado, es primordial asumir que no vamos a tener control sobre muchas cosas en la vida laboral y que, por ende, tendremos que aceptarlas y tomar las riendas de aquello de lo que sí lo tengamos para no caer en las garras del pesimismo y victimismo, entrando en un bucle de pensamientos y acciones del que no vamos a encontrar soluciones, únicamente quejas y juicios de valor.
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Sonia Mediavilla Martín. Club Alumni Nebrija