Nebrija vive

La presentación de ‘Nebrija vive 500 años después’ se convierte en una declaración de amor colectiva

“No quisiera que esto fuera una necrológica, yo quisiera que esto fuera una declaración de amor”. Eulalia Bombarelli, Lali, viuda de José J. Gómez Asencio, evocó a Pablo Milanés y emocionó con sus palabras a un paraninfo abarrotado. “He venido llorada de casa y he ensayado contención ante el espejo, pero no les puedo asegurar que en algún momento me venga una cuchillada de emoción”, continuó. En el salón de actos de la Universidad Nebrija no cabía un alma más. El pasado martes, allí se congregaron familiares, compañeros de profesión, amigos y alumnos ávidos por asistir a la presentación del libro Nebrija vive 500 años después y, cómo no, al homenaje a su autor, el catedrático de Lengua Española de la Universidad de Salamanca y miembro del Patronato de la Universidad Nebrija tristemente fallecido este año, José J. Gómez Asencio.

María Gil, directora de comunicación de la Universidad Nebrija, convertida en maestra de ceremonias, manejó la batuta de un acto que, ante todo, rezumó emoción, ternura y erudición.

Recordó Gil que el libro Nebrija vive 500 años después es el resultado de una lección magistral que pronunció Asencio en la Universidad Nebrija hace 18 años. “Los que tuvieron la suerte de escucharla todavía la recuerdan con entusiasmo. Los que no tuvimos la suerte de estar allí, sí que pudimos, por fortuna, disfrutar de la publicación a la que dio lugar, un libro maravilloso que se llamó Nebrija vive. Era imposible no volver la vista a esta publicación, ya inencontrable, en el año 2022, el del V Centenario de Nebrija. Había que reeditarla. Hoy la presentamos muy emocionados, por desgracia sin la presencia de su autor, pero decididos a hacer un homenaje, modesto pero muy sentido, a dos grandes hombres cuyo legado pervive: Antonio de Nebrija y José Gómez Asencio”.

José Muñiz, rector de la Universidad Nebrija, dio la bienvenida a las personalidades asistentes, a los familiares y a los alumnos y aprovechó para recordar la importancia de los libros. “El libro en papel sigue siendo la esencia, es como un hijo para una familia y para nosotros éste aún más. Enmarcado en el V Centenario de la muerte de Nebrija, un año en el que se ha creado una comisión de trabajo (aprobada por el parlamento por unanimidad) cuyas líneas fundamentales han sido trabajar la parte académica y divulgar también entre el gran público el legado de Nebrija”, recalcó. El ciclo de conmemoraciones arrancó con una gala en el Teatro Real, con la presencia de los Reyes de España, y culmina con una exposición en la Biblioteca Nacional. “Les invito a verla. Allí se toparán con incunables maravillosos y una experiencia virtual sobre la figura de Nebrija”, añadió el rector al tiempo que recordaba al auditorio que Gómez Asencio supo sintetizar perfectamente la esencia del gramático. “Nebrija está vivo, porque aún permanecen vivos su rigor, su búsqueda de la verdad, su espíritu crítico y su capacidad de análisis. Tocar este libro es una maravilla. Nunca lo digital superará al papel. ¡Cómo vas a ir a la cama con un algoritmo!”, subrayó.

María Gil dio paso al rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero que confesó que desde “la Universidad de Salamanca evocar la figura de Gómez Asencio es siempre motivo de alegría. Le echamos de menos”. El rector estableció cierto paralelismo entre la figura de Nebrija y la de Gómez Asencio “Pepe fue, como el gramático, un gran pedagogo, un investigador no exento de luchas. ¿Acaso hay un éxito universitario sin dificultades? Vive Nebrija y vive siempre en nuestra memoria el profesor Gómez Asencio”.

Desde su butaca en la primera fila del auditorio, Eulalia Bombarelli, esposa y compañera del profesor, reconoció que había buscado en el diccionario el significado de la palabra homenaje. “En ninguna de sus acepciones veo nada de cariño. Aquí y ahora es el afecto a Pepe Gómez Asencio lo que nos ha convocado”. Emocionada, leyó unas palabras en las que agradeció a los rectores de las universidades el apoyo recibido, “ese que le alargó la existencia”. No se olvidó tampoco de “aquella persona anónima que le dio tanta buena vida” y finalizó con una soberbia y conmovedora declaración de amor.

Coloquio

La segunda parte del evento fue un coloquio moderado por la maestra de ceremonias en el que participaron Salvador Gutiérrez, miembro de la Real Academia Española y patrono de la Universidad Nebrija; Juan Antonio González Iglesias, catedrático de Lengua Latina de la Universidad de Salamanca, y Mª Nieves Sánchez González de Herrero, catedrática de Lengua Española y directora del Centro Internacional del Español de la Universidad de Salamanca.

Emocionado, Salvador Gutiérrez recalcó que el libro es una proyección fantástica de aquella conferencia, todos los asistentes quedaron extasiados. “Pepe tenía una capacidad para enganchar con su mirada, con los énfasis, con los silencios y las pausas, fue de los mejores conferenciantes que yo he conocido”.

Mª Nieves Sánchez se sumó conmovida también a este homenaje y comentó que había vuelto a releer el libro en un año en el que ha asistido a cientos de coloquios, seminarios y cursos en torno a la figura de Nebrija. “Ha sido toda una delicia. Es de una claridad asombrosa. Nebrija está perfectamente retratado en el libro. Gómez Asencio realiza un trabajo de divulgación de alta calidad mediante un proceso tan sencillo como es la pregunta-respuesta. Desde sus primeros vocablos el profesor va guiando al alumno”. La catedrática contó también cómo fue “testigo de cómo los alumnos adoraban a Pepe. Cómo lo recibían, esa sonrisa era una reacción espontánea”.

Por su parte, Juan Antonio González Iglesias quiso destacar la capacidad de trabajo y el entusiasmo que tuvo Gómez Asencio hasta el final. Defendió que el libro está escrito con entusiasmo, poniendo la inteligencia y el corazón en él. “Es un libro discursivo, ágil, comunicativo, destinado a los jóvenes de hace 20 años que hoy también funciona. Nebrija fue un europeo muy moderno y muy español a la vez. Era un romano de la Bética y este otro también [refiriéndose a Gómez Asencio]”, matizó.

Todos coincidieron en que las características de Nebrija que transpiran desde Nebrija vive 500 años después son la lucha, la capacidad crítica, el afán por saber y por defender lo que uno cree aunque haya que enfrentarse a múltiples dificultades.

El coloquio finalizó con una invitación a los jóvenes a acercarse a la figura de Nebrija. Salvador Gutiérrez les incitó a leer el libro porque “nos informa de una manera clara y sencilla de cómo es la catedral más hermosa que ha construido el hombre, la lengua”. Mª Nieves Sánchez lanzó un reto y les conminó a investigar qué tipo de gramática escribiría Nebrija hoy. Juan Antonio González les recomendó que cada cual busque una obra de su campo y, como remate, exhortó a los jóvenes a “hojear y fatigar los diccionarios para que encuentren en las palabras un sentido a la vida. Busquen cualquier palabra para ver cómo las definió Nebrija”.

Colofón musical

El homenaje a Gómez Asencio y la presentación de su libro Nebrija vive 500 años después finalizó con un concierto de cámara ejecutado por el grupo Complutum 1500 que interpretó en directo piezas del Cancionero Musical de Palacio de los siglos XV y XVI de Juan de la Encina, poeta, músico y autor teatral, graduado en Leyes por la Universidad de Salamanca donde tuvo como maestro a Nebrija.

“No hay mejor autor para terminar este acto”, apuntó el vocal del quinteto. Entre todas las piezas del cancionero destacó la interpretación de Triste España sin ventura, un lamento compuesto por la muerte del príncipe don Juan, hijo de los Reyes Católicos, en quien tantas esperanzas habían depositado tanto sus padres como los españoles. Se trata de una pieza quejumbrosa que estremece desde sus primeros acordes. “Si a la letra de esta canción le quitáramos el nombre del príncipe, estaría absolutamente de actualidad en la España de hoy”, concluyó el músico.

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