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Álvaro Merino: “El acierto es una palanca maravillosa de aprendizaje”

En cualquier corrillo profesional o charla informal, hay un comentario muy manido: “Se aprende más de los errores que de los aciertos”. Esta afirmación no es del agrado de Álvaro Merino, mentor de la Escuela Universitaria del Real Madrid. En la primera masterclass del curso organizada por el Instituto Nebrija de Competencias Profesionales, dio la vuelta a la moneda: “El acierto es una palanca de aprendizaje maravilloso, pero en los momentos de mayor éxito es cuando más humildes tenemos que ser”. Para aprender, según Merino, hay que enfrentarse al error, superarlo y aceptar que, a veces, no podemos hacer nada por resolverlo. Si albergar arrogancia no apunta a nada bueno, “tolerar la frustración es un éxito”.

Ante los alumnos que llenaban el Teatro EDP Gran Vía, Merino consideró que muchas de las cosas que tiene en cuenta un deportista de alto rendimiento pueden trasladarse al mundo laboral, aunque, en su opinión hay dos diferencias. La primera apunta al tiempo de dedicación. Mientras un deportista invierte seis veces más en entrenar que en competir, un empleado compite todo el rato. De acuerdo con la segunda, un miembro de un deporte de equipo puede no ir convocado o incluso si el entrenador cuenta con él, puede que ni siquiera participe en el partido, al contrario que el trabajador tipo, “que nunca se queda en el banquillo”.

El concepto de liderazgo es otro de los valores que los ámbitos deportivos y empresariales gestionan. Para el mentor, ningún estudio ha conseguido identificar los atributos de un buen líder, aunque está demostrado que “todos somos fruto de los entrenamientos”. De hecho, Merino hizo ver a los universitarios que su llegada a un centro de enseñanza superior viene determinada por haber sacado adelante sus estudios desde que eran niños.

Decidir, escoger y renunciar

Como intenta inculcar a sus hijos, el mentor de la Escuela Universitaria del Real Madrid animó a los estudiantes de la Universidad Nebrija a abrazar tres competencias que confluyen en la responsabilidad: la comunicación –“sobre todo la capacidad de entenderse con la gente que piensa diferente a ti”-, la toma de decisiones –“decidir es escoger y escoger es renunciar”- y el desarrollo de un adecuado pensamiento crítico -“antes de abrazar una idea, hay que cuestionarla”.

Aunque, según él, el mundo de las empresas, en muchas ocasiones, no quiere personas responsables y sí dóciles que no cuestionan nada, “tenemos que realizar, como hacen los deportistas, un esfuerzo sostenido en el tiempo para alcanzar la excelencia desde esa responsabilidad”.

Mantener la calma en situaciones adversas, como les ocurre a los árbitros, y “abrazar la incomodidad permanentemente” son también dos comportamientos que, a su juicio, podemos copiar de los deportistas de élite. Desde esta reflexión, Merino llegó a la noción de talento, en la que “cada uno pone el foco en lo que te limita o en lo que te potencia”. El mentor de la Escuela Universitaria del Real Madrid instó a los estudiantes a insistir en aquello que cada uno hace bien y no convertirse en “maravillosos mediocres” invirtiendo el 80% del tiempo en arreglar cosas.

Apoyándose en grandes deportistas como Leo Messi, Raúl González, Michael Jordan o artistas como la bailarina afroamericana Misty Copeland, Merino recordó que el talento debe estar unido a la confianza y la generosidad con el resto del equipo. “El mayor enemigo del talento somos nosotros mismos y nuestras creencias limitantes”, aseveró.

Después de encandilar con sus ideas y tras agradecer su presencia al vicerrector de Ordenación Académica de la Universidad Nebrija Enrique Fernández y a la directora del Instituto Nebrija de Competencias Profesionales Beatriz Contreras, el mentor deportivo quiso plantear una paradoja a los presentes: “Como le diría a mi hijo para estimular su pensamiento crítico, no os creáis nada de los que os he contado”.

Madrid, viernes 27 de septiembre de 2019