El artista y artesano Arsenio Rodríguez continúa alzando la voz contra el cambio climático y a favor de la economía circular como medio de supervivencia del planeta. Su última obra, una escultura de dos metros de altura compuesta por 115 botellas de plástico y 47 tapones, ha contado con la colaboración de 11 alumnos del grado en Bellas Artes de la Universidad Nebrija, que han alfombrado el espacio con burruños de tela reciclada.
La instalación forma parte de la iniciativa Cierra el Círculo, promovida por el portal Milanuncios, donde analiza el impacto medioambiental de la segunda mano y refleja esa huella ecológica en una escultura que podrá visitarse en el vestíbulo del Campus de Comunicación y Artes en Madrid-San Francisco de Sales hasta el 16 de diciembre.
La obra Cierra el Círculo o cómo la huella ecológica puede convertirse en arte está inspirada, según los organizadores en la flor del paraíso y “en el renacer de la naturaleza que transmite la importancia de contar con una conciencia social”. Arsenio Rodríguez, considerado “Best of España” por la revista AD, ensambló a mano una escultura dominada por los colores celeste, inspirador “de la fiabilidad y la seguridad”, y magenta, “que simboliza la fuerza” envueltos en “una atmósfera de luz y de segundas oportunidades”.
“Cosas bellas y bien acabadas”
El artesano gaditano aceptó el ofrecimiento de Milanuncios al casar con su forma y filosofía de vida. “Antes otras empresas me ofrecieron colaboraciones, pero yo no quería vender mi alma al diablo a compañías que solo querían un lavado de cara”, explicó durante la presentación de Cierra el Círculo ante personalidades del mundo académico, cultural y político. “Me gustan las cosas bellas y bien acabadas y que estéticamente impacten”, aseguró mientras remarcaba su compromiso por “la lucha por el planeta”.
La participación de los once estudiantes del grado en Bellas Artes, coordinados por las profesoras Lorena Palomino y Lucía Loren, ha sido fundamental. Debajo de las botellas y los tapones de plástico a modo de reguero o alfombra colocaron decenas de telas en forma de semillas. Los estudiantes han explorado así las posibilidades creativas del reciclaje. En este diálogo priman el renacimiento y la transformación de los objetos y la idea de que pequeñas acciones individuales pueden generar un gran impacto en el medioambiente.
Los módulos, de entre cuarenta y veinte centímetros de altura, son resultado de un proceso creativo de semanas en el que los alumnos han configurado la propuesta final que acompaña a la flor de plástico de Arsenio Rodríguez.
Reutilización de materiales
Amanda Doyle, Monica Gómez, Rebeca Rodríguez, Nadia Galán, Julián Gómez, Nayeli Ribote, Melina Fernández, Martina Saborido, Mónica Escartín, Irene Yebra e Isabel de Unamuno proponen con su aportación artística “un espacio de reflexión sobre la reutilización de materiales en nuestro día a día, una llamada de atención a la industria textil como una de las más contaminantes y un impulso artístico sobre la economía circular”.
En los discursos oficiales en torno a la presentación de la obra, Alejandro Dorado Nájera, comisionado para la Economía Circular en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, alertó de las consecuencias de la economía lineal, “un modelo de producción y consumo irracional”. El arte, a su juicio, puede convertirse en “un hilo de esperanza” al ayudar a reivindicar un modelo circular.
Mientras Marta Perlado, decana de la Facultad de Comunicación y Artes de la Universidad Nebrija, mostraba su orgullo por el trabajo y la concienciación de los estudiantes, Gregorio Martínez, director de la Fundación Nebrija, alabó el círculo “virtuoso” de esta iniciativa al aunar el mundo de la empresa con el académico y el político.
La huella ecológica convertida en arte
Al referirse a la obra de Arsenio Rodríguez, José Lezcano, director general de Milanuncios, mostró su compromiso por el fomento de la economía circular y la sostenibilidad en un empeño por alargar la vida útil de los productos.
En este sentido, Lorena Palomino, directora del grado en Bellas Artes de la Universidad Nebrija definió el proyecto como una iniciativa “bonita y necesaria de cómo la huella ecológica se convierte en arte y este en una herramienta de reivindicación de soluciones a favor del medioambiente”.
Rescatador y artesano
En la jornada también hubo espacio para una clase magistral de Arsenio Rodríguez. Ante los alumnos de Bellas Artes, el artesano de Cádiz recordó que ya desde su infancia recogía plásticos y desperdicios, una práctica que le ayudaba a domar su hiperactividad y a cultivar su imaginación a través del tamiz del arte. “¡Hay que ver los residuos la vida que me han dado para encauzar mí alma! Todo en mi obra es catarsis. Más que artista soy un rescatador y artesano”, certificó.
En ese afán “maravilloso” de “recuperar cosas y darles una segunda o tercera oportunidad”, se refirió a algunos de sus proyectos más icónicos como R que R-Recicla & Reutiliza, sus máscaras, El pescador de botellas (una habitación en forma de acuario con más de 20 000 recipientes de plástico) y la Santa Plástica (un aluvión de colores de material reciclado).
El 85 % de la población admite tener productos que no utiliza
En la jornada celebrada en el Campus de Comunicación y Artes en Madrid-San Francisco de Sales, Milanuncios presentó los resultados de una encuesta realizada junto a Appinio. El documento recoge que el 85 % de la población admite tener productos en casa que no utiliza y 9 de cada 10 españoles quieren adoptar hábitos de consumo sostenible
El año pasado, la venta de productos de segunda mano en Milanuncios supuso un ahorro potencial de más de 7600 toneladas de CO2, el equivalente a 11,7 millones de botellas de plástico. Por cada transacción se ha evitado la potencial fabricación de 14 botellas: “la mayor demostración de que la economía circular genera un impacto en el medio ambiente y que el compromiso por la sostenibilidad es una tendencia imparable que ha calado”.
Según los datos de Milanuncios, el 63 % de los españoles recurren a la segunda mano. El 88 % de los consumidores optan por la compraventa de productos en segunda mano como medida que ayuda a reducir el consumo y la nueva producción, así como ampliar la vida útil de los bienes. Además, el 51 % de los españoles considera que la sociedad debe mejorar su hábito de consumo.
Texto: Javier Picos / Fotos: Zaida del Río, Oli Heras y Milanuncios/wegarage