La lengua como hogar Nebrija acoge el debate sobre emoción e identidad en la comunicación humana

La lengua como hogar: Nebrija acoge el debate sobre emoción e identidad en la comunicación humana

“La lengua puede convertirse también en un hogar”. Con esta idea, la decana de la Facultad de Lenguas, Educación de la Universidad Nebrija, Susana Martín Leralta, abrió el debate sobre el vínculo entre idioma, emoción e identidad en el II Simposio Internacional Lengua, Emoción e Identidad.

El encuentro formó parte de las acciones de difusión científica del Proyecto EMILIA 2, y se organizó en colaboración con el Proyecto EMOSPACE, impulsado por la Universidad Nebrija y la Universidad de Alcalá. Con 34 investigadores, 117 publicaciones y más de 100 presentaciones en congresos en seis años, los grupos implicados han consolidado una línea de investigación pionera sobre la dimensión afectiva del lenguaje y su papel en la construcción de la identidad.

Martín Leralta subrayó que las lenguas de migración —aquellas que se aprenden o transmiten fuera del país de origen— se convierten en un eje fundamental para la identidad emocional de las personas. “Saber qué lugar ocupan las lenguas de quienes dejan su hogar o de quienes lo construyen en otro lugar es esencial”, explicó.

La emoción y la identidad con la lengua tiene un especial lugar en las lenguas de migración, dijo la decana, y citó la frase de Los peces no cierran los ojos, de Erri de Luca: “la lengua es lo único que le queda al que se marcha para siempre.”

El simposio propuso una mirada interdisciplinaria al fenómeno lingüístico: desde las bases biológicas del lenguaje hasta los contextos sociales que moldean el uso de las lenguas. Los expertos destacaron además la necesidad de ampliar la investigación a lenguas diversas, incluso aquellas consideradas tipológicamente raras, para comprender mejor cómo el cerebro humano procesa las emociones a través del lenguaje.

simposio lengua, emoción e identidad

Lengua, emoción e identidad

La profesora Ana Blanco Canales, coordinadora del grupo LEIDE (Lengua, Emoción, Identidad) e investigadora principal del proyecto EMOSPACE de la Universidad de Alcalá, recordó el germen de su línea de investigación: “una vez una compañera me dijo: puedo decir ‘te quiero’ en veinte idiomas, pero nunca lo digo en español. Esa frase me hizo pensar por qué hay palabras que se nos quedan atascadas en la garganta, sin poder salir y por qué hay otras cuya pronunciación nos ponen una sonrisa en la cara o nos llenan los ojos de lágrimas”.

El grupo LEIDE investiga para conseguir que las segundas lenguas, en el caso del español, sean también lenguas emocionales e identitarias. Desde 2016 colabora con el grupo LAELE de la Universidad Nebrija, que trabaja en la integración efectiva de la población migrante a través del aprendizaje del español, “en la construcción de una lengua en la que no eres un extranjero sino que tan solo eres tú”.

Benítez Burraco

El cerebro emocional del lenguaje

El biólogo y lingüista Antonio Benítez Burraco, catedrático de la Universidad de Sevilla, apuntó a la visión sesgada de la lengua, al estudiar únicamente la de contextos formales y la que procede de hablantes de unas pocas lenguas, lo que supone “una pequeña porción de esa diversidad”. Esa lengua que se investiga, “se parece muy poco a la que se usa en un contexto informal, entre personas que se conocen bien, para transmitir contenidos emocionales”.

Benítez Burraco propuso por ello replantear la investigación neurolingüística. Advirtió de que la mayoría de los mapas cerebrales actuales proceden de estudios centrados en contextos formales y despersonalizados: “No sabemos si las mismas zonas del cerebro se activan cuando expresamos emociones o identidad en una conversación real.

El simposio reafirmó la idea de que la lengua no solo es un medio para comunicar, sino un espacio para existir. Como señaló Blanco Canales, “somos seres profundamente sociales, y en cada interacción no solo transmitimos información, sino también lo que sentimos y quiénes somos”.

Inaugurado por el vicerrector de Investigación de la Universidad Nebrija, Álvaro Bustinduy, la cita reunió a especialistas nacionales e internacionales para reflexionar sobre cómo las lenguas no solo comunican información, sino que también construyen la manera en que sentimos y somos. Durante dos jornadas, se celebraron 27 comunicaciones y diálogos, junto a conferencias plenarias de Susanne Brower (Radboud University), José Miguel Fernández Dols (Universidad Autónoma de Madrid), Encarnación Hidalgo Tenorio (Universidad de Granada), Javier Fernández Cruz (Universidad de Málaga) y el propio Benítez Burraco.

Texto: Abigail Campos / Fotos: Zaida del Río.

 

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