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En este artículo Francisco J. R. Chaparro nos trae una visión de los grandes imperios y el arte que los caracterizaba, como manifestación del poder que ostentaban. Las distintas civilizaciones que se han ido sucediendo a lo largo de la historia han quedado reflejadas en las obras de arte que se realizaban bajo sus reinados. El estudio se divide en 6 capítulos:
- Imperio Egipcio: “Aspiración inmortal”. La demostración de poder y las creencias religiosas impulsaron a los faraones a promover las fabulosas edificaciones símbolo de una civilización grandiosa.
- Imperio Romano: “Occidente toma forma”. El choque victorioso con Cartago la hizo grande. Y alumbró, sobre las cenizas del arte etrusco y helenístico, lenguajes revolucionarios que hicieron posible el surgimiento de la cultura europea.
- Imperio Carolingio: “Oro, esmaltes y evangelios”. Fusión de estilos romano, bizantino y celta, el arte que generó la corte de Carlomagno tiene en Aquisgrán su mejor edificio, la Capilla Palatina, y en Viena, su mayor logro de orfebrería, la Corona del Emperador.
- Imperio Bizantino: “La más bella disidencia”. La dimensión simbólica del objeto, la luz y la tendencia a la abstracción son los elementos que definen lo que Vasari llamó la Maniera Greca.
- Imperio Español: “El sueño plateado”. El descubrimiento del Nuevo Mundo abrió las puertas a un flujo de riqueza inagotable, que permitió el florecimiento de la cultura hispana.
- Tercer Reich: “Megalomanía y destrucción”. Hitler, un pintor frustrado, impuso una vuelta al clasicismo y calificó las vanguardias como “arte degenerado” antes de su eliminación. Su mejor divisa fue la arquitectura imperial y escénica y la poderosa estética.
Encontrarás el artículo en la revista “Descubrir el arte”, volumen 14, número 173, Julio 2013 – disponible en el Campus de la Dehesa de la Villa– y su localización en el Catálogo-Opac de la Red de Bibliotecas.