La Universidad Nebrija recibió el jueves 11 de diciembre la visita de una de las jóvenes promesas del cine, Carlos Vermut. El director dio una conferencia a los alumnos de la Facultad de Ciencias de la Comunicación en la que relató su trayectoria profesional, desde sus inicios hasta la actualidad. Una trayectoria inesperada, llena de cambios y de decisiones pero muy motivadora para todos aquellos estudiantes interesados en el mundo audiovisual y, sobre todo, para los que quieren dedicarse al cine.
La sala de conferencias del Campus de La Berzosa se encontraba repleta de alumnos de la Facultad de Ciencias de la Comunicación que esperaban expectantes e intrigados por conocer de cerca al cineasta. El coordinador del Grado en Comunicación Audiovisual, Nicolás Grijalba, abrió la charla presentando al director y desvelando algunos de los detalles de su vida. Después, el director tomó las riendas del discurso.
Carlos Vermut contó a los alumnos que desde los quince años se había interesado por el cine, aunque siempre le había provocado algo de pavor y, por tanto, en un principio se centro más en los dibujos y en la ilustración. Vermut explicó que empezó la carrera de Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense, pero decidió abandonar a los tres meses: ‘‘No es lo mejor pero era lo que me apetecía’’.
Tras esto, el cineasta estudió un ciclo de ilustración y más tarde acabó trabajando en prensa, haciendo ilustraciones que retrataban la actualidad. De hecho, Vermut mencionó que todavía no ha parado de dibujar: ‘‘Yo siempre hago los carteles para mis películas, me gusta hacerlos yo’’.Vermut fue mejorando en el área de la ilustración hasta que finalmente viajó a Francia y una editorial publicó uno de sus cómics, que fue nominado en el Salón del Cómic de Barcelona. Tras ganar algo de renombre, Carlos Vermut fue contratado por una productora como director de arte. Realmente el cineasta necesitaba algo más, no estaba contento con su trabajo y decidió marcharse.
Con algo de dinero ahorrado, Vermut decidió grabar el cortometraje Maquetas, con el que ganó el Festival de Cortos Notodofilmfest. A raíz de ello, decidió invertir todo su dinero en su primera película, Diamon Flash. ‘‘Me gaste todo y la película aún no estaba acabada, la dejé apartada tres meses pero pedí ayuda y decidí acabarla’’. A pesar de que no fue una buena experiencia y hubo diversas adversidades, el director de cine recalcó: ‘‘Una película es como una aventura, en el sentido más literal de la palabra’’. La experiencia de su primera película le sirvió para aprender muchas claves del cine como, por ejemplo, a saber comunicarse con el equipo, con los actores. Con esta nueva experiencia, Vermut viajó a Francia y decidió unirse con un productor para rodar su segunda película, Magical Girl, con la que ganó la Concha de Oro a la mejor película y la Concha de Plata al mejor director en el Festival de Cine de San Sebastián. Hasta el mismísimo Pedro Almodóvar calificó su película como el mejor film español del siglo XXI.
Para finalizar la charla, Carlos Vermut, que compartió el tráiler de su película con los alumnos, contó algunas de las anécdotas del rodaje de la cinta. El cineasta habló de la importancia de crear cosas, de empezar a rodar desde el minuto uno, de coger la cámara y probar sin que nadie se lo mande. Además de esto, el director de cine recalcó la importancia de cuidar el sonido a la hora de rodar, la importancia de pensar en lo que transmite la imagen, de planificar todo y, sobre todo, de comunicarse bien con el equipo pues, para Vermut, lo más importante es que todo el mundo se sienta cómodo en el rodaje. ‘‘Prefiero ser el mejor director de cine independiente a ser el peor director de cine comercial”, expresó como broche de su intervención.
Texto: Iria Barbosa, Nebrija Medialab
Fotografía: Adrián Casado, Nebrija Medialab
