La emperatriz Cixí

La concubina que creó la China moderna

Historia, biografía y leyenda se entremezclan en la obra de Jung Chang. Con Cixí, la emperatriz viajamos a la Ciudad Prohibida de Pekín. Nos sumergimos siglo atrás en los vericuetos y manipulaciones por conseguir el poder del Imperio Chino y acompañamos a este país y su emperatriz en los últimos momentos como estado medieval.

La protagonista no es otra que Cixí, joven elegida una de las numerosas concubinas del emperador que pasó a vivir en la Ciudad Prohibida de Pekín, rodeada de eunucos. Su astucia le permitió no sólo sobrevivir en la corte sino también escalar posiciones hasta convertirse, tras el nacimiento de su hijo, en segunda consorte. Cuando el emperador murió en 1861, el hijo de ambos, de cinco años, le sucedió en el trono, y Cixí puso en marcha un golpe de Estado contra los regentes propuestos por su marido y tomó así el mando de China.

A partir de este momento, la emperatriz viuda transformó un imperio medieval dándole los atributos de un Estado moderno: industria, ferrocarril, electricidad y un Ejército provisto de lo último en armamento. Abolió castigos tan horribles como la “muerte por mil cortes”, puso fin al tradicional vendado de pies y dio los primeros pasos hacia la liberación de la mujer.

Apoyándose en fuentes hasta hoy desconocidas, Jung Chang, autora de la aclamada novela Cisnes salvajes, no sólo da cuenta magistralmente del astuto y valiente manejo de la política por parte de la Cixí, sino que también traslada al lector a los rincones de su espléndido Palacio de Verano y al harén de la Ciudad Prohibida de Pekín, y describe con todo lujo de detalles un mundo, mezcla de tradición y modernidad, que hoy resulta casi increíble.

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