“Lo más gratificante es ver la evolución del actor con su propio personaje y con los demás”

Nacho Sevilla, profesor del área de Interpretación y Creación Escénica de la Facultad de las Artes y las Letras de la Universidad Nebrija, dirige a los alumnos en la nueva propuesta de Nebrija Escena, Neón, que se estrena en el Teatro Fígaro el lunes 13 de junio a las 20.00 horas. 

Los alumnos de Artes Escénicas presentan un nuevo proyecto, Neón. ¿De qué trata esta obra?

De unos jóvenes, que, en clave de cabaret, buscan su verdadero lugar en el mundo. Un reflejo de lo que sucede realmente cuando el adolescente crece e intenta conseguir sus sueños o por el contrario se ve obligado a abandonarlos, y más en una sociedad de continuos cambios sociales motivados por una economía agresiva que ha dado lugar a un gran descontento general.

¿Por qué un cabaret?

Por muchas razones: porque es el primero que se hace como Proyecto Nebrija; porque es un género que permite la crítica social a través de la sonrisa; porque permite, además, el uso actoral de herramientas variadas como la danza, la canción, la ruptura de la cuarta pared, habilidades físicas como el trapecio, hermanar la poesía con la sordidez, la locura con la razón; porque esa fue la propuesta de la otra parte del tándem, Ana Fernández Valbuena; porque, al igual que otros géneros llamados “menores”, forma parte de mis debilidades como director. 

¿Quiénes son los protagonistas de este cabaret? 

El estrambótico Zafiro, a punto de perder su local de variedades por una deuda bancaria; Inés, trabajadora de RRHH de una agresiva entidad de crédito, a quien se le presentará la ocasión de apostar por un negocio moribundo; Virginia, graduada en desempleo que aspirará a un inesperado y anhelado trabajo que podría cumplir sus sueños; Xenia, venezolana bolivariana en busca de un antiguo amor nacido en pleno 15M, quien hallará una nueva y peculiar familia; Jêrome, trabajador del Neón, quien deberá superar un tremendo suceso vivido en una sala de fiestas de París; Prina, joven chechena asesinada en un atentado, quien tendrá que afrontar su verdadero estado actual; y, por último, Gina, la joven vedette con un relevante papel en el futuro del Neón cabaret.

Actores y creadores, los alumnos han realizado el texto que también representarán sobre el escenario… 

Sí. En una primera fase han ido elaborando con Valbuena, dentro de la asignatura Taller de Interpretación y Creación II, un texto que sirviera de partida para un posible espectáculo, a través de las herramientas utilizadas en clase. Y posteriormente, conmigo, se ha trabajado la puesta en pie del mismo, a través también de los cambios e improvisaciones surgidos en los ensayos. Un trabajo totalmente vivo, que requiere de una total entrega y voluntad de adaptación por parte del alumno y del director.

Se trata del proyecto final de los alumnos del Grado en Artes Escénicas. ¿Qué capacidades han adquirido a lo largo de todo este trabajo?

Ellos podrían precisar aún mejor esta respuesta, pero creo que se han enfrentado a algo esencial en el trabajo del actor como es la disciplina, la puesta en marcha de la imaginación y poner al servicio del resultado todas las herramientas adquiridas a lo largo de estos años.

¿Qué supone presentar en el Teatro Fígaro para los alumnos? ¿Y para usted, como actor, director y profesor? 

Es un reto absoluto para ellos, ya que es su primer encuentro con el espectador en un teatro profesional y comercial madrileño con la responsabilidad de un casi graduado en Artes Escénicas.

Para mí exige un trabajo de coordinación absoluta entre un teatro con solera como éste y unos jóvenes graduados que se exhiben por primera vez. Conseguir esa armonía en una tarea compleja y delicada.

¿Cómo ha trabajado para abordar la dirección de este proyecto?  

Como en todos mis trabajos: siempre desde el entusiasmo y la responsabilidad. Y sin olvidar nunca que trabajo con un equipo muy joven, muy ilusionado, y que, por lo tanto, se convierte en material delicado al que hay que mimar y exigir al mismo tiempo. 

¿Qué ha sido lo más difícil? ¿Y lo más gratificante?

Lo más difícil es el tiempo. Empezar con 3 horas a la semana es insuficiente si se tiene en cuenta que en España la media de una producción comercial es de 45 días, de lunes a sábado. También para ellos es complicado porque siguen teniendo el resto de clases, los exámenes finales y los TFG.

Lo más gratificante es ver la evolución del actor con su propio personaje y con los demás, así como la implicación en los distintos procesos de trabajo que no son actorales pero que forman parte de la profesión, como organización, colaboración en los diseños de la puesta en escena, etc. El resultado final es lo que verá el público, pero el proceso de trabajo es el que ha hecho evolucionar al alumno y prepararlo para su inclusión en el mundo laboral.

 

 

 

 

 

 

 

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