El Grado de Psicología organizó la primera Jornada de Psicología en la Universidad Nebrija que reunió a numerosos profesionales para tratar varios temas interesantes para los alumnos. El director del grado, Juan Carlos Fernández Rodríguez, abrió la jornada con la esperanza de institucionalizar este tipo de acto para que los alumnos estén en contacto con “profesionales de primera línea”.
El psicólogo clínico, Fernando Miralles, dio una ponencia sobre el suicidio, a quién afecta, causas y estadísticas. Miralles reclamó “más profesionales de atención primaria a personas que intentan suicidarse ya que somos de los primeros en atenderles”.
A pesar de que no se habla de este tema, el psicólogo destacó que mueren más personas por suicidio que en accidentes de tráfico y pidió que en los medios de comunicación se aprendan a tratar estos temas y no se callen: “Hablar correctamente del suicidio no incita al suicidio, tratar mal el tema sí”.
Miralles lamenta que en los últimos 16 años las estadísticas no han cambiado, lo que quiere decir que se han hecho pocas cosas para cambiar la tendencia.
Una de las causas generales detectadas es la soledad que algunas personas sienten que les hacen caer en una depresión, pero el psicólogo puntualizó que es necesaria también la impulsividad para que una persona decida acabar con su vida. Durante la crisis, los problemas económicos, el desempleo o las personas en edad de jubilación y principios de enfermedades graves son las más propensas a acabar en esta situación. Miralles afirmó que “el suicidio se puede prevenir haciendo campañas de refuerzo a adolescentes y personas mayores” y aconsejó a los alumnos que cuando ejerzan la profesión proporcionen pautas prácticas a sus pacientes para saber llevar la frustración.
César Giner Alegría, psicólogo, criminólogo y jurista, y Emilio José García Mercader, presidente de la Sociedad Española de Investigación Científica de Victimología, formaron la segunda mesa sobre víctimas colectivas y las repercusiones psicológicas.
Durante su exposición ambos profesionales explicaron que la reacción de las víctimas ante una misma situación varía de una víctima a otra, al igual que las repercusiones que estos hechos tendrán en ellas, que pueden salir a la luz a largo plazo.
Giner explicó las fases del daño psicológico que atraviesa una víctima como la reacción al sobrecogimiento en la que la víctima sentirá incredulidad ante el hecho que le está ocurriendo, después vendrá la aceptación y con ella el dolor y por último tenderá a revivir el hecho traumático lo que acarreará la culpabilidad por no hacer sabido reaccionar de otra manera ante la situación. Esta última etapa es en la que aparece el trastorno por estrés postraumático y sus síntomas “pueden darse mucho tiempo después del suceso”.
García Mercader aseguró que “el trabajo de los psicólogos es que la víctima deje de sentirse una víctima”. Para ello, es imprescindible buscar redes de apoyo en el entorno de la víctima para que la apoyen en el proceso.
