Encuentro con la escritora Marta Sanz

“Un buen libro ayuda al lector a cambiar su concepción del mundo”

La Facultad de Comunicación y Artes inició el I Ciclo de Encuentros Literarios con un encuentro con la escritora Marta Sanz, antigua profesora de la Universidad Nebrija, que desgranó los entresijos de Black, black, black, su primera novela negra y una de las más celebradas.

La escritora compartió con los alumnos su intención de reinventar el género de novela negra con esta obra, intentando volver a la idea original de este género literario que nació como una forma de denuncia política, pero que con el paso del tiempo se volvió comercial. “Me había dado cuenta que lo que hacía la novela negra actual no era inquietar a los lectores por lo mal que iba el mundo, sino tranquilizarlos, en la medida en que los colocaba en un lugar confortable, reconocible y amable en el que ya sabían lo que iba a pasar”, subrayó la autora.

Sanz explicó que con Black, black, black quería escribir una novela que suscitara preguntas no solo por los actos que narra, sino también por cómo está escrita. “En esta novela es mucho más importante la violencia del lenguaje, de la retórica y del estilo, que los asesinatos que se están produciendo. La violencia de la forma está por encima que la violencia del contenido”, aseguró la autora que insistió en la necesidad de crear libros que reten a los lectores, que rompan sus esquemas y alteren sus prejuicios. “Un buen libro debe interpelar al lector, debe ayudarle a cambiar su concepción del mundo”, afirmó la escritora.

La que fuera profesora en Nebrija también quiso compartir con los alumnos su preocupación por la tendencia actual de entender los textos de manera literal y les instó a interpretar lo que realmente quiere decir un texto artístico y la emoción que quiere despertar en el lector. “Hay escenas de crueldad, de odio, que nos pueden repeler, pero que no buscar hacer apología de la violencia; buscan despertar conciencias y provocar en el lector una reacción ética”, explicó la autora.

Sanz contó a los estudiantes que una parte de la novela está inspirada en su comunidad de vecinos y que había intentado reflejar en el texto las pequeñas violencias que vivimos en el día a día en nuestro entorno: la violencia hacia la infancia, el abandono de los mayores, el racismo, la xenofobia… Microviolencias con las que convivimos en nuestro día a día y que son el “síntoma de una violencia mayor, una violencia general, que atañe a cómo estamos organizados y que repercute en nuestro día a día, aunque no nos demos cuenta”.

Sin duda, un encuentro con el que la autora intento despertar las conciencias de los estudiantes, que ya habían experimentado la lectura de Black, black, black y que pudieron comprobar de primera mano el proceso de creación de esta historia y la reinvención de este género literario.

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