En noviembre de 2018, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) cumplió su 30 aniversario. Treinta años de la lucha contra la pobreza y la desigualdad, contra el hambre y la malnutrición; de respuesta ante crisis humanitarias y situaciones de emergencia en todo el mundo; de compromiso con la igualdad de género y con el fomento del desarrollo sostenible, y de promoción de la educación y la cultura como herramientas esenciales para garantizar el desarrollo integral de las personas.
La Universidad Nebrija ha querido sumarse al reconocimiento del trabajo que la agencia estatal ha impulsado durante estos últimos treinta años con una jornada dedicada a poner en valor la labor del principal órgano de gestión de la cooperación al desarrollo en nuestro país.
Aina Calvo, directora la AECID, habló sobre la historia y el trabajo de la agencia, que en la actualidad se alinea con los Objetivos 2030, y apeló a la necesidad de ser más solidarios. Explicó como en el mundo global en el que vivimos, en el que se supone que debería existir una mayor unión, muchas veces prevalece la idea de que “lo nuestro es nuestro”, sin darnos cuenta que, en el concepto de aldea global, “lo nuestro debería ser de todos”.
La directora del principal órgano de gestión de cooperación al desarrollo, trató también el tema de la migración, una de las cuestiones de mayor actualidad con la llamada “crisis de los refugiados” que estamos viviendo desde hace años. “Cualquier ciudadano tiene el derecho intrínseco, por su condición humana, a trasladarse, a buscar unas oportunidades mejor para desarrollar su vida, su talento, para ofrecer mejores oportunidades a sus hijos… La migración va muy ligada a la cooperación al desarrollo, como un derecho del ser humano”, señaló Aina Calvo.
El diplomático Carmelo Angulo, que formó parte del equipo que creó la agencia, hizo un repaso por la labor de este organismo desde sus inicios, donde destacó especialmente el trabajo realizado en América Latina. El apoyo al fortalecimiento de las democracias, la creación de un fondo indígena latinoamericano o la lucha por la reducción del trabajo infantil fueron algunos de los proyectos que destacó el que fuera embajador de España en Bolivia, Colombia, Argentina y México.
Insistió también en que la cooperación al desarrollo, como forma de promover el progreso económico y social global, de una manera sostenible y equitativa, no puede entenderse como la expansión de nuestros propios valores o la priorización de una cultura por encima de las demás. “Si en la cooperación no escuchamos a nuestros interlocutores, ellos no se apropian de lo que les proponemos y lo reformulan de acuerdo con sus valores y sus intereses, no puede haber cooperación al desarrollo”, explicó el diplomático.
En referencia a la situación actual de la cooperación internacional en nuestro país, Angulo fue crítico con la pérdida de base social que hemos sufrido y cómo debemos intentar recuperar la movilización que hubo en los noventa. “Poco queda de aquellas acampadas en Castellana pidiendo el 0,7 de la cooperación internacional en las que participamos muchos jóvenes de vuestras edades. Entonces entendíamos que solo si el mundo era un lugar mejor, nosotros estaríamos mejor”, señaló Angulo.
Abogó por volver a convertir la cooperación internacional en una prioridad dentro de nuestra sociedad, con la mirada puesta en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “La Agenda 2030 nos obliga a una reflexión como país para avanzar hacia la sostenibilidad política, económica, social… pero también hacia la sostenibilidad con los demás. Por muy bien que vivamos, si los demás no están bien, no nos servirá de nada”, concluyó el diplomático.
En el encuentro, celebrado dentro de la Semana de las Ciencias Sociales, también participaron José Ángel Sotillo, director del Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación de la Universidad Complutense de Madrid; María Serrano, directora de la Coordinadora de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo de España (CONGD), Francisco Rey, codirector del Instituto de Estudios en Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), y Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores e Inversores españoles, y las profesoras Adela Alija y Tahina Ojeda, de la Universidad Nebrija.










