Mesa redonda sobre desinformación

“Hoy en día la verdad se presenta poliédrica y se ha generado una desconfianza en los expertos”

Las noticias falsas, la información manipulada y la sobre exposición a múltiples fuentes de información, muchas veces no verificada, es un problema al que tenemos que hacer frente en la actualidad y que influye en importantes acontecimientos como en campañas electorales y en las elecciones.

La Universidad Nebrija y el Instituto de Seguridad y Cultura han organizado un encuentro con especialistas para tratar este tema y analizar qué se está haciendo para evitar la proliferación de este tipo de informaciones manipuladas. Al acto, presidido por el rector Juan Cayón, han acudido Alfonso Mateos, del Instituto de Seguridad y Cultura; Julia Olmo y Romero, embajadora en Misión Especial para las Amenazas Híbridas y la Ciberseguridad y Pablo López, especialista del centro Criptológico Nacional.

Alfonso Mateos ha dicho que este foro tiene como objetivo “contribuir a la seguridad y la defensa. El momento es muy oportuno, pero además, esta es una rama de estudio muy importante”.

Pablo López ha explicado que esta desinformación es lo que se llama guerra híbrida y que, “sin crear alarma, debemos saber que existe y cómo convivir con ella”. Según el experto, para gestionar la desinformación es necesario la vigilancia y monitorización como herramientas básicas: “Tenemos capacidad para gestionarlo, pero como está ocurriendo en un mundo digital intangible, genera desasosiego”, ha asegurado. López ha querido tranquilizar diciendo que “aunque se diga que los incidentes están aumentando es porque crecen las capacidades de detección y gestión”.

El ponente ha resumido cómo se analiza y se controlan las irregularidades en las informaciones y los contenidos que hay en la red “buscando patrones de comportamiento sospechosos  de generar campañas de desinformación. También se detectan las fuentes diferenciando las orgánicas de las que pueden ser automatizadas y se hace un mapa de calor que nos diga qué tenemos que vigilar en el ciberespacio”.

Para López es imprescindible la colaboración de instituciones públicas y privadas porque es un problema que atenta contra el bienestar del Estado y se usan las instalaciones de las privadas para realizar esta desinformación. También ha asegurado que las “universidades son fundamentales porque se necesita información y formación para detectar y analizar y estos conocimientos surgen en las universidades”. Tras los análisis ay que hacer informes que generen conclusiones que dictaminen cómo responder a los ataques, hacer una hoja de ruta y ejecutarla: “La clave en esta lucha es anticiparse al problema”, ha asegurado López.

Julia Olmo y Romero ha dicho que “hoy en día la verdad se presenta poliédrica y se ha generado una desconfianza en los expertos y en las instituciones. Además las mentiras se presentan como opiniones y las redes sociales contribuyen a este relativismo”.

Además, según la embajadora, se ha creado una “burbuja digital en la que estamos inmersos en opiniones parecidas a las nuestras porque los algoritmos nos dicen cómo pensar y nos devuelven nuestra realidad jerarquizada, tarea que han perdido los medios tradicionales junto a su poder verificador”.

Lo único que importa ahora es el mensaje, breve, directo, urgente e instantáneo, no la forma y “que lo que digamos parezca real, aunque no lo sea, para que nos crean”, ha añadido.

La embajadora ha definido la desinformación como “la difusión interesada que busca cambiar e influir la realidad, la opinión pública, minar valores democráticos y las campañas políticas”. Estos casos hemos podido verlo en las elecciones de Estados Unidos, el Brexit, en Cataluña o campañas en Francia y Alemania.

Controlar el ciberespacio es muy complicado que Olmo y Romero ha asegurado que “internet es un bien público global que debe protegerse con el derecho internacional”. Desde Europa, la embajadora ha explicado que se están generando “foros para reforzar los procesos de seguridad de productos de sistemas y redes y la Agencia de Seguridad. Se están creando grupos de investigación y control contra las fake news, sobre todo, ante la necesidad de tener unas elecciones libre y transparentes en Europa y los países que la forman”.

El rector, Juan Cayón, se ha lamentado de que “lleguemos tarde. No estamos abordando el principal problema que es la pérdida del espíritu crítico porque vivimos en una sociedad superficial”.

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