Deméter y su relato a través del tamiz de artistas e investigadores

La I Jornada Mitos ETCC-Proyecto Aglaya transcurrió realmente en dos días de conferencias y debate en torno al mito de Démeter (o Deméter o Ceres, según los romanos). En un ejercicio de transferencia de conocimiento del Grupo de Estudios Transversales en Creación Contemporánea (ETCC), de la que Amelia Meléndez es su investigadora principal, la Universidad Nebrija hospedó a dioses y mortales académicos y artistas.

Abrió el encuentro José Manuel Losada, catedrático de Literatura Comparada de la Universidad Complutense y coordinador del Proyecto Aglaya, que asoció el concepto de mito con la de “un relato de un acontecimiento extraordinario de carácter funcional, emotivo y simbólico”. Ese acontecimiento extraordinario, a su juicio, sucede en el mito de Deméter, cuando esta abandona el Olimpo, “se despoja de su manifestación divina” y baja a la Tierra para buscar a su hija Perséfone (Proserpina, en la Roma antigua), raptada por Hades, el dios del infierno. Ahí comienza el “relato enternecedor que muestra el amor de una madre que no ceja en su empeño”. A través de pinturas como Ceres en casa de Hécuba (Elsehimer, Museo del Prado) o textos literarios como el poema Estío, de Federico García Lorca, Losada contó pasajes del mito de Deméter, “la que hace fructificar el grano y enseña a utilizar los instrumentos de labranza y los medios agrícolas para que los humanos dejen de estar pendientes de las bayas y la caza y puedan ser felices y dar culto a los dioses”.

Mientras Deméter abandona el trabajo de la tierra y aparece la hambruna entre los hombres, Perséfone come de una granada en el reino de los muertos y queda vinculado a él. Al final, hay un pacto y Perséfone, “la alegoría de las estaciones y de la vida humana” pasa un tiempo con su madre (primavera y verano) y otro con Hades (otoño-invierno). “No sin mi hija. Los humanos no están solos, con ellos están sus padres y los dioses”, finalizó su reflexión el catedrático de la Universidad Complutense.

Medea, según Aguirre

Por su parte, Julia María Labrador Ben, colaboradora honorífica de la Universidad Complutense y miembro numerario del Instituto de Estudios Madrileños, abordó el mito de Medea a través de la película Medea 2 (2006), basada en la obra de Séneca, de Javier Aguirre. Con Esperanza Roy como protagonista, el cineasta combina el mito con un hecho real –el estrangulamiento de dos niños por su madre en Santomera (Murcia) para vengarse de su marido-, “una mezcla de anticine con la realidad”. Aguirre, según Julia María Labrador, de esta manera, “quiere que la sociedad entienda el mito”. El uso de los colores, las imágenes de cine mudo superpuestas, la venganza y el dolor son rasgos que, a su juicio, son relevantes de la cinta.

La mesa redonda sobre los mitos y la creación contemporánea congregó a las artistas Estefanía Martín Sáenz, Olimpia Velasco y Marina Vargas. Bajo la moderación de Sara Quintero y con una visión feminista que pretendía “recuperar el papel de la mujer en la sociedad actual”, Martín Sanz disertó, ayudándose de obras suyas como Los cuervos que amaban a la mujer o Flores y cenizas, sobre la mitología vasca y celta, sobre la vida y la muerte, sobre el ayer y el hoy, y sobre cómo “está mal visto que una mujer tenga poder y dinero”. Mientras Olimpia Velasco narraba tres “rituales” o tres “acciones simbólicas” a través de sus creaciones El caos y el deseo, La oscuridad y La partida en las que reivindica el mito de Deméter y Perséfone y el derecho de la mujer a desear, ser libre y tomar conciencia de sí misma, Marina Vargas realizó un recorrido por obras propias y de artistas tan reconocidas como Marina Abramovic, como su “potente” Balkian Erotic Epic, que versan sobre el cuerpo sin olvidar el concepto mitológico.

Hécate y el feminismo

Diana Angoso, directora del Máster en Mercado del Arte y Gestión de Empresas Relacionadas de la Universidad Nebrija, bajo el título de su ponencia –“La recuperación del mito de Hécate y ecofeminismo en las prácticas artísticas contemporáneas”- argumentó cómo esta deidad griega fue degradada en tiempos romanos y asociada hasta hoy en día con la brujería: “Realmente es un arquetipo complejo, de árbol de la vida, de las impurezas, de la cueva, de la feminidad oscura e incluso de los desperdicios”.

Citando los versos de la poetisa Safo (siglo VI a.C.) –“la diosa de la noche brillando en oro”-, Hécate está entre la oscuridad y la luz que porta en antorchas. Posteriormente, su cuerpo se representa con tres figuras. De estas formas, pero también de cómo influyó esta deidad en las propuestas ecofeministas de artistas contemporáneas como Ana Mendieta, Fina Miralles, Cecilia Vicuña y Lucía Loren, habló Diana Angoso. Los Precarios (o Basuritas), especie de esculturas elaboradas con materiales de desecho, de Vicuña, o la serie de Siluetas, según las que Mendieta refleja su propio cuerpo en materiales como un árbol, el agua o el fuego, son algunas de las creaciones que Angoso trajo a colación para explicar la reivindicación de una figura degradada por la iconografía histórica.

En la estela de Hécate, Amelia Meléndez, investigadora principal del Grupo ETCC demostró cómo la diosa irradia su presencia en videos musicales del underground de Wendy Rule y Trovar de norte al maintream de Frozen (Madonna) o Pray to God (Haim/Calvin Harris), y en producciones audiovisuales sean cortos de animación, horror o series presentes en plataformas, del underground estadounidense de Kenneth Anger y la adaptación fílmica que Daniel Schmidt hizo de Hécate y sus perros (Paul Morand) a la Hécate que es posible encontrar en Disney, Penny Dreadful o The Chilling adventures of Sabrina entre otras.

Para finalizar el primer día, la creadora Francisca Beneyto glosó sus dibujos de la muestra La flora en el mito de Deméter. “Me interesa mucho la figura de Deméter, la idea de ciclo, su historia de hundimiento y resurrección, la tierra, donde está la vida, la muerte, las raíces y las piedras preciosas”.

Baubo

En las postrimerías de la Jornada Mitos ETCC-Proyecto Aglaya, asomó Baubo, mujer mítica de Eleusis, la que, según diversos relatos, se levantó la falda para hacer sonreír a una Deméter que rechazaba las bebidas y el sustento que le ofrecían en el palacio de Céleo. Según las investigadores y artistas Alba Soto y Marina Grau, que han elaborado una performance y un foto-ensayo sobre la criada Baubo, “a partir de este momento, Démeter recobra el ánimo y sus cualidades de diosa”. ¿Por qué les interesa específicamente este mito? Ambas lo tienen claro: “Existe la complicidad entre mujeres, se produce un encuentro sanador y la vulva tiene un papel relevante”.

A través de textos clásicos, el relato de las tesmoforias -una de las más antiguas celebraciones helénicas en las que solo participan mujeres que lloran, ayunan, lanzan burlas e insultos y cantan canciones obscenas- y la propia iconografía de Baubo -en el que la “vulva era símbolo de poder femenino o metáfora de la energía sexual femenina y a la que más tarde se le dio el carácter obsceno según el término contemporáneo”, Alba Soto y Marina Grau elucubraron sobre su propia recreación artística del gesto de levantarse las faldas (anasyrma), documentada en manifestaciones culturales como la película Viridiana o Instinto Básico, las de la diosa egipcia Bebt, las fábulas europeas del siglo XVIII, o las performances y las manifestaciones reivindicativas actuales.

El Grupo de Estudios Transversales en Creación Contemporánea (ETCC), organizador junto a Proyecto Aglaya, de la I Jornada Mitos, contempla tres líneas de investigación: Observatorio de Procesos artísticos contemporáneos de aplicación a la Docencia en Artes y Diseño; Antropología del material, recuperación histórica del arte y creación contemporánea; y El sistema del arte: valor, mercado, gestión y coleccionismo.

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