María Blanchard

Manuel Antón en ‘María Blanchard: en tierra hostil’, reflexiona sobre la obra de la pintora cántabra, de actualidad por la novela de Baltasar Magro, María Blanchard. Como una sombra, y la adquisición de uno de sus cuadros por parte del Museo del Prado. La figura de Blanchard ha quedado unida al Cubismo, que llegó a dominar, convirtiéndose en una de sus máximos representantes a pesar del machismo estructural imperante.

En sus inicios supo adaptarse al gusto pictórico conservador e institucional español, pero su establecimiento en París y el descubrimiento de la vanguardia internacional, transformaron su estética poco a poco. Conoció a artistas de vanguardia como Juan Gris, Metzinger, Gleizes o Léger. El cubismo le abrió todo un mundo para explorar una humanidad alterada y alienada, una naturaleza onírica y una realidad turbadora. Marchantes y galeristas reconocieron su talento y su particular visión del cubismo.

La pintura de Blanchard evolucionó hacia un equilibrio entre la descomposición cubista y la figuración, donde la figura no llega a diluirse en la geometría, sino que sobrevive. El Museo Nacional Centro Reina Sofía exhibe gran parte de sus obras.

Podrás encontrar este artículo de la revista Descubrir el arte, número 266, abril, 2021, en la Biblioteca del Campus de Madrid-Princesa y su localización en el Catálogo-OPAC ~ Web Portal de la Red de Bibliotecas.

Los comentarios están cerrados.