A finales del pasado mes de junio tenía lugar el estreno del documental La Llave, un relato audiovisual que recorre la historia de la Universidad Nebrija desde su fundación hasta hoy, haciendo un repaso por todos los cambios y retos a los que esta institución ha tenido que hacer frente para llegar a ser referencia de excelencia educativa. Un homenaje que conmemora el 25 aniversario de la Universidad Nebrija.
La Llave es, también, el proyecto de fin de grado interdisciplinar que han llevado a cabo el grupo de alumnos de la Facultad de Comunicación y Artes, junto a sus profesores que comenzaron en 2019 y han tenido que llevar a cabo a pesar de la pandemia por coronavirus.
Son muchos los alumnos y profesores que han participado en este desafío, pero Andy Tavárez, el director de este documental, nos cuenta, en representación de todo el equipo, cómo han vivido esta experiencia.
- Después de hacer este recorrido por la historia de Nebrija, ¿qué es lo que más os ha sorprendido de la institución?
Volver atrás en el tiempo, viajar a 1985, 1995, y ver que, tres décadas después, todo sigue igual es admirable. Creo que en ese instante, en el momento que relatos del pasado se sienten tan vivos hoy, te das cuenta de que Nebrija ha hecho las cosas bien. Y, más específicamente, las personas que la forman, personas que creen en el proyecto, que lo viven. De pronto, ya no es tu lugar de trabajo, es tu segunda casa.
- ¿Podéis aprender algo de esta historia que podáis aplicar a vuestra vida profesional o personal?
De la historia de Nebrija me llevo la resiliencia, el luchar por lo que crees aunque el mundo esté en tu contra. La Universidad tenía una sociedad, un contexto, un marco legal y una ausencia de apoyo religioso que hacían del proyecto algo imposible. Una odisea que se hizo realidad, así lo describió la fundadora Belén Moreno en el documental, y así ha sido. En mi vida personal y profesional muchas veces me he encontrado obstáculos a superar que a veces te ahogan, puedes tantear la idea de tirar la toalla, pero luego recuerdas que vale la pena. La Llave me ha enseñado eso: si algo parece imposible, es que se puede hacer.
- ¿Cómo se acomete la tarea de realizar un documental de esta envergadura? ¿Cuál ha sido el mayor reto a la hora realizarlo, a nivel técnico, humano…?
No empezó siendo algo tan grande –como Nebrija, irónicamente–, pero más tarde se hizo ambicioso y en la FCA nunca nos aburrimos y nos gusta hacer de un reto una oportunidad. Pasó de un cortometraje a un largo, de 10 entrevistas a más de 60… Hemos acabado hasta con casi 80 horas de entrevistas, otras tantas de imágenes recurso, de archivo… El mayor reto fue grabar todo lo máximo posible, evitar grabaciones ya hechas, recrear todo, irnos a cada lugar aunque luego fuese un plano de 3 segundos… Técnicamente fue una verdadera aventura más allá de las entrevistas como tal, que ya son un reto por cuestiones de agenda, de equipo, de pandemias…
- ¿Qué directrices os planteasteis en un principio y cómo han cambiado hasta el resultado final?
Probablemente lo que más cambió fue la forma de hacer los rodajes y las entrevistas. Tuvimos suerte de grabar a las 9 personas más veteranas de Nebrija antes de la pandemia, pero luego todo fue ajustándose a distancias de seguridad, a evitar mucha gente en la misma entrevista… Eso fue lo que más se modificó según el plan original, pero al final, como decía, lo usamos narrativamente a nuestro favor e ignorar la Covid 19 era absurdo. La pandemia nos cambió, a nosotros, a Nebrija, al mundo.
- ¿Cómo os afectó la pandemia?
Nos adaptamos, lo usamos a nuestro favor. La cuarentena nos frenó, es evidente, pero una vez la veda estuvo abierta de nuevo, trabajamos con las medidas sanitarias oportunas. También lo implementamos narrativamente: vemos en La Llave mascarillas corporativas, videollamadas, análisis del trabajo de la Universidad cuando todo se cerró… Y al final el mensaje es el mismo: se ha luchado, siempre por y para los alumnos.
- Además de realizar el documental, habéis organizado un evento para presentarlo ante la comunidad Nebrija ¿Cuál fue el mayor reto de este evento?
En 2021, cualquier evento es mucho más reto de lo normal. Organizar un estreno en cines, asientos contados, distancias acordadas con la sala y calculadas… Son tiempos complicados, pero si ya es arduo hacer una proyección en circunstancias normales, ahora fue una aventura más. No obstante, terminado ya el documental, se sintió más como el broche, la cereza del pastel.
- ¿Cómo sentisteis la acogida del documental por parte del público?
Probablemente, y sin lugar a dudas, la respuesta de los espectadores, de la comunidad Nebrija, fue el mejor regalo de todos. Sus comentarios, su apoyo y cada enhorabuena nos recordó a todo el equipo que este viaje ha valido la pena.
- ¿Os planteáis un mayor recorrido con el documental? ¿Qué futuros pasos queréis dar?
El futuro es un misterio. ¿La Llave II? ¿El Cerrojo, tras La Puerta y La Llave? ¿Una serie documental con todo lo que no pudo incluirse en la película por minutos de metraje? Entre broma y broma, quién sabe. Sea lo que sea que está por venir, lo espero con los brazos abiertos.