La pintura en el jardín con senderos que se bifurcan, de José María Báez, ensalza la figura de Julio Romero de Torres junto a la ciudad en la que nació y que inspiró gran parte de su obra: Córdoba. Desde el posromanticismo, pasando por el costumbrismo, la denuncia social y el simbolismo, fue configurándose la personalidad artística de este pintor singular, nacido en una familia de pintores.
Sus viajes a París, Londres, a los Países Bajos y a Italia, fueron decisivos en su evolución y en el descubrimiento de una cultura democrática al margen de la óptica religiosa imperante en España. Esa pátina de modernidad que le faltaba a Córdoba es la que le lleva a mostrar al mundo una ciudad melancólica y de deseos inhibidos.
Un pintor devorando a sus maestros, de Nacho Ruiz, se adentra en el universo del madrileño José Gutiérrez Solana, el pintor de la España profunda y pesimista. Muchas de sus obras germinaron fruto de continuos viajes por los pueblos, dejándose impregnar de tradiciones y costumbres. Como hijo de su época se inspiraba observando fotografías y estudiando recortes de prensa.
Solana apenas difuminaba, usaba óleos pastosos y perfilaba con color negro los contornos. Estas características se identificarían como estilo ‘solanesco’, en conexión con las primeras etapas de la narrativa del joven Pío Baroja.
Podrás encontrar estos dos interesantes artículos en la revista Descubrir el arte, número 276, febrero 2022, en la Biblioteca del Campus de Madrid-Princesa y su localización en el Catálogo-OPAC ~ Web Portal de la Red de Bibliotecas.
