“Tienes que divertir al público, emocionarlo o lograr que salga del cine diferente a como entró”

Destacar dentro del océano actual de contenidos audiovisuales se antoja cada vez más complicado. En este proceso, el director y actor madrileño ganador de un Premio Goya Daniel Guzmán recomienda “tener una buena historia, pero de las que verdad pare nuestra vida y, solo a partir de ahí, podremos saber luego venderla”. Esta es la fórmula que ha aplicado en Canallas”, su segundo largometraje y en el que, partiendo de una mayoría de actores no profesionales, cuenta la historia de Brujo, Luismi y Joaquín y sus intentos por evitar el desahucio de este último.

Tras su proyección en las instalaciones de Movistar + y su posterior coloquio con los estudiantes de la Facultad de Comunicación y Artes de Nebrija como parte del ciclo de cine “Cineclub”, hablamos con él sobre la situación actual de la industria y los elementos necesarios para llevar a buen puerto cualquier proyecto audiovisual.

¿Cree que a veces caemos en la tentación de considerar siempre mejor lo que hacen los demás y no confiar en el valor de nuestros propios proyectos?

Es cierto que en todo proceso siempre hay dudas e inseguridad, tanto tuyas como de posibles agentes externos, pero estos dos ingredientes también pueden ser un gran motor creativo. Desde mi punto de vista, lo importante es que tú sepas detectar si esa es la historia que realmente quieres contar y creértela. Solo partiendo de esta base podrás venderla después.

Durante el coloquio con los estudiantes habló de la importancia capital del guion en cualquier obra, ¿Qué elementos debe incluir un guion para que este sea bueno?

Te podría decir muchos, pero creo que la pieza angular de cualquier guion se debe basar en tres premisas: conseguir divertir al público, emocionarlo o que reflexione sobre algo y salga diferente del cine de como entró. También considero que es fundamental tener una historia diferencial, saber qué quieres contar, desarrollarlo y creer en ello.

Conseguir todo esto ya es difícil, pero, ¿Cuánta es la dificultad que se añade al trabajar con actores no profesionales como ha hecho usted en “Canallas”?

Trabajar con actores no profesionales genera un elemento diferenciador en la película, pero al mismo tiempo también es más complicado ya que requiere mayor dedicación trabajo y sacrificio. En mi caso, he tratado de que no se aprendieran el texto desde el principio, sino que entendieran muy bien lo que les pasa en el guion y se fueran apropiando de él.

Por otro lado, que tus actores no se dediquen a ello de manera profesional supone también un reto a nivel de financiación ya que a los posibles inversores les va a costar más confiar en el proyecto. Aun así, creo que el resultado final ha sido bueno.

¿Qué trasfondo social quiere reflejar con su película?

Dentro de “Canallas” hay un trasfondo bastante amplio en el que he tratado de no quedarme solo en la superficie. En ella, se habla del culto al dinero, de la España del “pelotazo”, del amor en la tercera edad, de la imagen impostada que a veces transmitimos en redes sociales o de la exclusión de las personas de más de 50 años en el mercado laboral actual, entre otros. Al final, la comedia te permite por un lado divertir, pero también cuestionar y hacer humor de cuestiones sociales, políticas o educacionales.

Con el auge de las plataformas de streaming y de la cantidad de contenido audiovisual que hay ahora, ¿cree que ahora es más fácil que se vea el trabajo de los profesionales?

Sí, es más sencillo ya que hay más ventanas donde proyectar tu trabajo, pero también es más difícil llegar al éxito debido al enorme catálogo que mencionas. Lo que te da por un lado de visibilidad con la entrada de Youtube, Twitch o plataformas como Netflix te lo quita por otro con la gran variedad de series y películas que hay ahora. Ya no solo se trata solo de que tu película conecte con el público, sino de conseguir que la elija entre tanto contenido.

¿Esta variedad de contenidos también hace más difícil poner en marcha y conseguir financiación para los proyectos?

Claro, hay mucha oferta. Si antes las plataformas y productores recibían 50 guiones al mes, ahora pasan por sus manos más de 200. En esto además no hay una fórmula del éxito, si tú tienes una buena historia que te mueva, la vas a saber vender. En mi caso, si no hubiera creído en “Canallas”, no estoy siete años para llevarla a cabo ni loco. También es positivo aportar algo diferencial, captar la atención de tus posibles productores que, igual el primero no te la compra, pero si de verdad tienes una buena película, al final acabarás llegando.

¿Qué consejos les daría a los estudiantes de Comunicación Audiovisual y Artes Escénicas que están dando sus primeros pasos profesionales?

Les diría que lo importante es hacer, que se permitan equivocarse y que se dediquen plenamente a lo que crean y al sueño que quieran conseguir. Otra lección que deben aplicar es la de estar preparados para el no, fluir con ello, aprender y tener mucho aguante. No deben rendirse ni venirse abajo porque a la primera no consigan sacar adelante un proyecto, si creen en su historia, deben seguir hasta el final. Esto es una carrera de fondo, deben tener una buena historia que les mueva, que pare todo en su vida y solo a partir de ahí, sabrán venderla y llegar al éxito.

Autor: Pablo M. Dorado  / Fotos: Zaida del Río

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