Sobreproteger a los hijos “es una forma de maltrato”. Así lo sostuvo la maestra y coach familiar y educativa Yolanda Ferrero, durante su participación en “Educación al Rescate”, ciclo de coloquios organizados por la Universidad Nebrija en León. La también divulgadora en redes sociales sostuvo que, con esa sobreprotección, “estamos dejando a nuestros hijos sin herramientas para saber vivir, salir ahí fuera y saber defenderse”.
Para la experta, los “padres helicóptero” que están todo el tiempo encima de sus hijos, no les dejan equivocarse, justifican cada cosa que hacen, no admiten ningún fallo y nunca les dicen que no a nada están creando “niños miedosos”, incapaces de desenvolverse en el mundo ni tener autonomía. “Los padres que educan de esta manera lo hacen desde el amor, pero también desde el miedo a que el hijo sufra, se equivoque o lo haga mal”.
Sin embargo, no les ayudan. “Son niños que no tienen habilidades para vivir porque todo se lo hemos hecho nosotros. Ese niño que no apunta los deberes para el día siguiente y su mamá pregunta cuáles son en el grupo de whatsapp de los padres, no va a aprender a ser responsable, porque ya está su madre para salvarle”, subrayó.
Dejar de sobreproteger a los hijos y permitir que se equivoquen
La solución en esa situación es, según Ferrero, dejarles que se equivoquen. “El error es la base del aprendizaje. Si no resuelve los problemas, cuando le pase algo importante no se va a sentir capaz de afrontarlo”, indicó, añadiendo que es “importante y necesario” que los hijos se frustren. “Tenemos que buscar que pasen por momentos complicados o se van a quedar sin herramientas para poder solucionar los problemas de adultos”.
Recordó que los límites y las normas han de ponerse en la infancia porque en la adolescencia ya será demasiado tarde. “Si con 5 años hacía lo que le daba la gana, a los 17 no le vas a decir que esté a las once en casa, porque no te va a hacer caso”. Ya en esas edades adolescentes, sugirió también dejarles tomar sus decisiones, aunque los padres sepan que son equivocadas. “Llega un momento en el que no vas al lado de tu hijo, sino detrás, y ves que se va a dar la leche; pero le tienes que dejar que se la dé porque es donde va a aprender”, aseguró.
Profesores quemados
La quinta edición de “Educación al Rescate” se celebró con el lema “Agotamiento emocional y síndrome del burnout educativo”, un problema que afecta muy de cerca a los docentes. Marina Vega, delegada de zona de la Universidad Nebrija, aseguró que esta situación, que se manifiesta en pérdida de energía, desapego emocional y, a veces, en la disminución del sentido de eficacia profesional, “se ha convertido en una sombra que recorre las aulas”.
La situación de agotamiento emocional influye “al 100 %” en el desempeño docente y en la relación entre docentes, estudiantes y familias, coincidió Ferrero, advirtiendo que los niños no podrán ver en su profesor a un referente si se trata de una persona que no sabe gestionar las emociones. La divulgadora opinó que se trata de un problema generalizado en la sociedad, y no solo en la educación.
Manifestó que síntomas como la ansiedad o el cansancio físico y mental, que no desaparecen al dormir y se prolongan en el tiempo, son “una señal de alarma” que debe invitar a parar y reflexionar. “Si yo siento agotamiento emocional, transmito ese desapego a los alumnos. El niño se desconecta, baja el rendimiento, empieza a tener mal comportamiento, eso llega a la familia, que va a venir al colegio a quejarse del profesor. Y es una rueda complicada de gestionar que va sumando más estrés y ansiedad”.
Conectar con la vocación
Ferrero destacó la importancia de que los docentes intenten conectar con la vocación que les llevó a esa profesión, busquen la ilusión en las clases y den protagonismo a los alumnos, dejándoles intervenir, ayudándoles a crecer, escuchándoles y siendo su guía. “Tenemos que dejar entrar las emociones en las aulas. Aprenden los ríos y las raíces cuadradas, que igual no van a volver a utilizar en su vida, pero las emociones se gestionan todos los días”, concluyó.
El acto, celebrado en el hotel Barceló Conde Luna, contó con la participación de Mercedes Escudero Pérez, concejala de Educación, Turismo e Igualdad del Ayuntamiento de León, quien se refirió a la importancia de afrontar el burnout en el profesorado, porque “cuidar de quienes educan es cuidar del futuro de nuestras niñas, niños y jóvenes”.
Gregorio Martínez Garrido, director de Relaciones Institucionales de la Universidad Nebrija, opinó por su parte que cuidar el bienestar del profesorado es una condición necesaria para la sostenibilidad del sistema educativo, “porque un docente emocionalmente agotado difícilmente puede generar un entorno de aprendizaje emocionalmente seguro”.
Texto: Abigail Campos Díez.


