Ramón Gil-Casares, director de la Escuela Diplomática, participó el miércoles 9 de mayo en la Semana del Derecho y las Relaciones Internacionales, donde compartió con los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales su visión sobre la carrera de diplomático.
“La carrera diplomática es un trabajo absolutamente vocacional”, afirmó el director de la Escuela Diplomática, que ánimo a los estudiantes a darle un pensamiento crítico a esta profesión: “Para el nivel de esfuerzo que exige ser diplomático, el fin de mes no compensa. El servicio público exterior no se hace por dinero, sino por vocación”.
Gil-casares explicó el acceso a la carrera diplomática, describiendo la oposición y el curso necesarios para entrar en el cuerpo diplomático en España. “En nuestra oposición no se exige apenas que se recite nada de memoria, lo que se busca es una persona que sepa reaccionar ante las diferentes circunstancias que pueda tener que afrontar como diplomático”, reseñó el que fuera embajador de España en Guinea Ecuatorial, Estados Unidos, Uruguay, Filipinas y Sudán.
Gil-Casares también habló sobre la necesidad de “sentir la camiseta de España” para ejercer el servicio público exterior y de conocer todos los aspectos de nuestro país para afrontar el trabajo de diplomático, que puede ser mi diverso y varía con cada destino. “El diplomático es el único que renace con cada puesto. Su capacidad de reinventarse es única dentro del funcionario de nuestro país”, destacó el director de la Escuela Diplomática.
