Rolf Tarrach entrevistado por la Universidad Nebrija

La física ayuda a discernir lo esencial: entender el mundo y buscar la felicidad

Todo sorprende en Rolf Tarrach. Desde su sonoro nombre a sus enciclopédicos saberes. Este físico teórico experto en partículas elementales y mecánica cuántica presidió el CSIC, ha recorrido medio mundo enseñando e investigando y llevó la Universidad de Luxemburgo de la nada al olimpo de las mejores del mundo en solo 10 años. Hoy es un referente europeo en gestión universitaria y un humanista preocupado por desentrañar el mundo moderno, capaz de arrojar luz sobre casi todo lo que nos preocupa.

Alumno modelo, investigador multipremiado, catedrático, decano, vicerrector y finalmente rector de la Universidad de Luxemburgo entre 2005 y 2014. Rolf Tarrach (Valencia, 1948) lo ha sido todo en el ámbito universitario y en todo ha brillado. Sus méritos y su interés por la res publica le han llevado también a asesorar en materia de política científica a gobiernos como el francés, el español, el bávaro y el catalán, o a presidir el CSIC entre 2000 y 2003. En 2015 fue nombrado presidente de la Asociación Europea de Universidades y desde el año 2020 forma parte del Consejo Rector de la Universidad Nebrija.

“Ahora hago vida de académico investigador jubilado”, asegura, en un momento en el que compagina algunas actividades de evaluación académica con la lectura, jugar al ajedrez, escribir o pasear. “Yo no puedo hacer algo si no me gusta. Es una cuestión de voluntad, cuando hago algo, me meto completamente en ello y me gusta”.

¿Cómo llega a la física, hay una vocación clara?

En la vida el azar siempre juega un papel que es más importante de lo que la gente suele creer. Tenemos tendencia a creer que nosotros decidimos mucho. Y sí, decidimos algo. Pero la verdad es que el azar siempre juega un papel.

Con 10 o 12 años quería ser político, arreglar el mundo, tenía en la habitación retratos de los políticos de la época. Con 14 años empecé a preferir las matemáticas y la física. Luego empezó a interesarme mucho la medicina. Era muy buen alumno, finalmente escogí física porque se podía hacer en Valencia en aquel momento. Tuve un par de catedráticos que me gustaron muchísimo. En Matemáticas Manuel Valdivia y en Física Pedro Pascual. Me fui a Barcelona a hacer la tesis con Pascual y el año 1974 me fui a Ginebra, al CERN, dos años de beca postdoctoral. Seguí yendo durante 10 años, tres meses todos los veranos. El CERN es un sitio extraordinario en el que tomas café con premios Nobel y te cuentan historias magníficas, va gente de todas partes del mundo. Es una experiencia única, realmente. Tuve suerte de conseguir una beca.

¿De su larga trayectoria, qué aprendizaje le parece más importante?

El conocimiento científico es para mí absolutamente esencial. Hay una frase que me ha marcado, de madame Curie: Dans la vie, rien n’est à craindre, tout est à comprendre. No hay que temer nada, solo hay que entender. Sobre la covid-19, por ejemplo, entender supone reconocer lo que actualmente no sabemos. El conocimiento científico es también saber que no se sabe.

Tengo una visión bastante amplia de la ciencia, de las ciencias naturales. La tengo más limitada de las ciencias sociales y humanas, aunque leo mucho y a través de las ciencias de la naturaleza y de la vida uno siempre acaba en las Humanidades, siempre hay puntos de contacto. Hoy en día las ciencias llamadas duras están tocando prácticamente todos los temas que típicamente eran temas de la filosofía.
Estoy muy a favor de compartir. Cuando era investigador lo compartía todo. Hay muchos investigadores que prefieren no compartir porque piensan que les quitarán sus ideas. Esta apropiación deshonesta de mis propias ideas me ha ocurrido solo un par de veces, entre un centenar de artículos. Y finalmente no eran las mejores ideas. Uno aprende mucho más compartiendo, y disfruta mucho más compartiendo.

El conocimiento profundo de la física, el comprender cómo funcionan las cosas, ¿ayuda como ser humano? Ese conocimiento superior a la media, ¿ayuda o dificulta a entenderse con otras personas?

Creo que ayuda porque nos lleva a entender que se puede aprender mucho incluso de personas que saben menos que uno, pero que saben otras cosas, o que ven las cosas de forma distinta. Cuando era catedrático daba ocasionalmente conferencias de física en los institutos y siempre aprendía algo. Les hablaba de agujeros negros, de gravitación einsteiniana, de las partículas elementales, de la física cuántica, etc. Siempre había algún alumno que me hacía una pregunta que me obligaba a reflexionar y que me hacía darme cuenta de que había algo que no había acabado de entender en su totalidad. Uno siempre aprende. Si escucha, claro. Hay que saber escuchar. Si uno escucha, uno aprende, incluso de personas que sepan menos, porque aportan algo distinto, a veces sorprendente. El mundo es demasiado complejo como para poderlo comprender a partir de una sola visión.

¿Los físicos acabarán contestando a preguntas que se ha hecho el ser humano desde siempre y que son de orden filosófico, o religioso, metafísico, en suma?

Sí que lo creo. Es importante que los jóvenes aprendan filosofía. La filosofía enseña una metodología de cómo pensar, y eso es muy importante. Pero cuando te dedicas a la física eso también lo aprendes, y además aprendes el método científico, que permite corregir el pensamiento. Aristóteles y Descartes en su época razonaban como físicos, como científicos, porque en gran parte lo que estudiaban era la naturaleza. La potencia de la física se debe a que con pocos conceptos entiendes muchos fenómenos. Si tú entiendes lo que es energía y lo que es entropía, muchas de las discusiones actuales sobre el cambio climático, la crisis energética, etc., las puedes simplificar y las puedes resumir. Y resumir es fundamental para tener las ideas claras.

“La arrogancia, que a veces también me acecha, no sirve para nada”

La física ayuda a entender rápidamente qué es lo que es esencial y descartar todo lo demás. Eso, para cualquier actividad de nuestra especie es importante, incluso en tus relaciones con otras personas. En una discusión con alguien, es importante distinguir qué es lo esencial y descartar lo marginal, al menos en una primera aproximación. Es la navaja de Ockham. Los grandes temas me encanta discutirlos con colegas que saben mucho. Hay mucha gente que sabe mucho, y hay que ser modesto.

Algunos de los filósofos del siglo XX, como Popper y Wittgenstein, tenían sólidos conocimientos de matemática, física e incluso tecnología. Los avances en genética están tocando muchos aspectos cercanos a lo que somos los seres humanos, a la ética. Y el libre albedrío es un clásico tema filosófico que se ha transformado en tema de estudio de las neurociencias y de la modelización de la inteligencia. La filosofía no ha progresado mucho, porque lo que dijeron Kant o Heidegger no parece mucho más relevante para entender el mundo, nosotros incluidos, que lo que dijeron los griegos. El progreso ha venido desde el siglo de la luces de la mano de científicos de la vida y del hombre, de matemáticos y físicos. Como dijo Wheeler, maestro de Feynman y que acuñó la expresión “agujero negro”, “la filosofía es demasiado importante para dejarla a los filósofos”.

Menciona la capacidad de discernir lo esencial. ¿Qué es lo esencial para los seres humanos?

Para mí lo esencial es entender el mundo, entender a las personas y hacer todo lo posible para que sean felices. Hay que entender, no es suficiente con tener la información, ni siquiera es suficiente adquirir el conocimiento, hay que entenderlo. Uno puede saber algo y no entenderlo. Uno puede saber cuáles son las leyes de Newton y no haberlas entendido. Esa parte es la difícil, requiere un esfuerzo.

“El verdadero drama del hombre es la miseria, la infelicidad y el sufrimiento”

Gran parte de la humanidad cree en la transcendencia, que estamos aquí para algo esencial, extraordinario. La biología y la evolución afirman claramente que no es así. Podemos negar lo que sabemos y creer que estamos aquí para algo importante, pero somos una especie que solo ha existido 150 mil años, lo cual es un tiempo corto, y sabemos que especies tan evolucionadas como la nuestra desaparecen mucho más rápidamente que las especies más primitivas.

Lo importante es que los que están vivos puedan ser felices. El verdadero drama del hombre es la miseria, la infelicidad y el sufrimiento. Estos problemas los podríamos resolver. Tenemos los medios, los conocimientos y la tecnología, y si no los resolvemos no es culpa de la agricultura, ni del clima, ni de la producción industrial, es culpa de los humanos.

Para mí ayudar, en particular a los jóvenes, es a lo que me gusta dedicarme.

¿Falta entonces voluntad de entender el mundo y al otro, voluntad de solucionar?

Sí, yo creo que sí. Cada uno de nosotros somos el producto de una historia, has nacido en un lugar, has ido a un colegio, y todo esto no es mérito tuyo. Tu responsabilidad en todo ello es limitada. Nuestra forma de pensar es producto de toda nuestra vida, y a algunos no les ha enseñado cómo hacer este esfuerzo necesario para entender las cosas. Yo no puedo criticarlos, porque seguramente su vida ha hecho que no tengan la capacidad o la ilusión o la oportunidad o la voluntad de hacer el esfuerzo necesario para entender. Pero aquellos que saben y entienden tienen una gran ventaja a la hora de tomar decisiones.

Entender es también comprender las causas. Somos lo que somos, fruto del origen, la familia, la educación, etc. y no tenemos tanto mérito de saber lo que sabemos.

¿Qué es la mecánica cuántica (para legos)?

Explicar la mecánica cuántica normalmente lleva varios años de un curso de física, y aun así los estudiantes acaban sabiendo poquito. Richard Feynman, que probablemente era quien más sabía de lo cuántico y a quien tuve la suerte de conocer, sostenía que cada vez que alguien le decía que había entendido finalmente la física cuántica, él ya sabía que esa persona no había entendido nada. Y eso es una constante en todos los físicos cuánticos distinguidos. Todos ellos insisten en que es un marco matemático con el que trabajas, pero que es tan extraño que no lo puedes entender como entiendes la gravedad, es decir tropezar y romperte un hueso.

“El hecho de que una sola partícula pueda estar en el mismo instante en dos puntos alejados no lo llegamos a entender”

Son cosas tan distintas, el hecho de que una sola partícula pueda estar en el mismo instante en dos puntos alejados, que no lo llegamos a entender. Lo que ocurre es que cuando estás 30 años trabajando con eso y discutiendo sobre ello, adquieres un marco conceptual que al final te hace creer que lo entiendes. Habituarnos lo confundimos con entenderlo. Einstein dijo en este contexto: “el mundo no puede ser tan loco, pero hoy sabemos que lo es”. Lo que entiendes es la coherencia de todo, no el fondo, pero comprendes la coherencia y sabes utilizarla explicando y prediciendo. Y lo grandioso del mundo cuántico es que todas las predicciones que se han hecho se han cumplido. Es un marco epistemológico basado en conceptos muy extraños, que tiene relevancia en última instancia en muchos campos de la ciencia. Los que trabajamos con este marco nos familiarizamos in fine con él. Es lo que te pasa también con las personas. Y las personas, por nuestra incoherencia, somos objetos de estudio más complicados que el mundo cuántico.

Cuestiones de la física moderna como la física cuántica, la computación cuántica… están despertando un enorme interés, también en públicos o especializados. ¿Por qué cree que esto sucede?

Entre los primeros que dijeron algo sobre la computación cuántica estuvo Feynman, ¡cómo no! La idea en la que se basan la información cuántica y la computación cuántica es que, en vez de tener un cero y un uno, tienes una superposición de cero y uno. En la física cuántica, cuando tienes un electrón aquí y simultáneamente el mismo electrón está allá, el electrón viene descrito por un estado que es superposición de estar aquí y allá. Es un estado en el que el electrón no está ni aquí ni allá porque esos dos estados no lo describen correctamente. Esto se llama superposiciones. Lo nuevo de la computación cuántica es que cuando haces un cálculo, no lo haces con el cero y el uno, sino con las superposiciones del cero y el uno que contienen una cantidad inmensa de información. Este hecho da una potencia increíble a la computación cuántica.

“El mundo es clásico porque no sabemos proteger el mundo cuántico de todas las influencias que lo transforman”

El gran problema (yo mismo trabajé en esto a partir del año 95 cuando abandoné la física de partículas) es que tienes que asegurarte de que esas superposiciones cuánticas tan extrañas y que no vemos en nuestro mundo normal se mantengan a lo largo del cálculo. Cualquier rayito de luz, cualquier vibración, cualquier perturbación deshace esa superposición y la transforma en lo que conocemos de nuestro mundo clásico, en un cero o un uno. Por eso el mundo es clásico, porque no sabemos proteger el mundo cuántico de todas las influencias que lo transforman rapidísimamente en mundo clásico. El mundo clásico es como las sombras de la caverna platónica.

En el microcosmos esto es factible, ahí ocurre. Pero cuando tienes un ordenador cuántico, es muy complicado. Es un problema tecnológico. Se ha puesto de moda porque las grandes empresas tecnológicas están invirtiendo parte de la cantidad ingente de dinero que poseen en la investigación de estos temas.
La computación cuántica puede llevar también a nuevos problemas, como toda nueva tecnología, y alguien los tendrá que resolver. Así, es capaz de descifrar las claves que usamos para enviar mensajes por internet. Estos están codificados y la computación cuántica permite descubrir el código. Y esta es otra razón por la que se investiga, para descubrir los problemas y encontrar las soluciones antes de que sean aprovechados por agentes deshonestos.

En Nebrija estamos a punto de inaugurar un Máster en Computación Cuántica. ¿Qué futuro le augura a esta disciplina que tiene tantos retos por delante?

Es una disciplina que una universidad moderna y con visión de futuro debe tener. Los resultados llevarán tiempo, no serán inmediatos, pero como consecuencia de todos los estudios en este campo se resolverán muchos problemas, de inteligencia artificial, por ejemplo. En inteligencia artificial estamos en la “tercera ola”. Se empezó haciendo lo más fácil, en los años 70. Ahora se ha logrado que una máquina, Alpha Go, venza al juego Go gracias a una intuición que ha adquirido. Es la primera vez en la historia que esto sucede, y los propios programadores no lo entienden. En este tipo de problemas la computación cuántica jugará un papel importante.

Usted ha tenido la rara experiencia de crear la primera universidad de un país, Luxemburgo…

Sí, me decidí en 24 horas. Mi mujer y yo nos plantamos aquí (en Luxemburgo) en 2005 y fui rector durante 10 años. Fue una experiencia absolutamente única, porque la universidad no existía, era un país sin universidad, y cuando acabé estaba en el puesto 170 de las mejores del mundo. Tuve suerte porque el gobierno me ayudó muchísimo. Tuvimos un enfrentamiento inicial, se solucionó, y a partir de ahí se financió todo lo necesario. Fueron condiciones muy únicas, debido a que éste es un país rico y era su primera universidad. Todo funcionó muy bien. Conseguí contratar a gente muy competente y creativa, que es uno de los secretos de una buena universidad, y pude optimizar las decisiones porque es una universidad pública pero de derecho privado, lo cual permitió aprovechar las ventajas de ambos marcos legales.

Aprendí muchas cosas en lo que se refiere a la gestión universitaria y mi experiencia en el CSIC me ayudó. Por ejemplo, a ser flexible pero muy eficaz en las reuniones. Si los asistentes son competentes, todo va bien. Pero si hay pelmas a los que les gusta hablar por hablar y escucharse a sí mismos, va mal, porque la gente competente deja de venir a las reuniones, puesto que no tiene ganas de aguantar a los pesados. Esto hay que evitarlo; es la selección por incompetencia, antidarwiniana. También aprendí a evitar que los profesores pierdan tiempo con la administración. Por eso hay que observar con cuidado la proporción entre los docentes e investigadores y el PAS. Esto es un reto para cualquier universidad.

“Cuando uno escucha algo con lo que está en desacuerdo cae en la tentación de desconectar”

En cuanto a la educación, estoy convencido de que un buen profesor no solo debe transmitir conocimientos, sino que debe también formar y tratar otros temas. En los últimos momentos de la clase, si es preciso. “Vamos a hablar de lo que significa la pérdida de hielo en Groenlandia.” Es importante que el alumno forje opiniones fundadas y que haya aprendido a escuchar. Y lo más difícil, que aprenda a escuchar opiniones que no le gustan. En esto fallamos todos, yo también. Cuando uno escucha algo con lo que está en desacuerdo cae en la tentación de desconectar. Pero esto no nos permite avanzar, porque podemos estar equivocados, nadie posee la verdad absoluta, que además no existe.

¿Qué incluiría sin dudar en la agenda estratégica científico-tecnológica de nuestro país?

Los progresos en biotecnología hay que conocerlos, incluso en bionanotecnología. La interfaz entre las nanotecnologías y la biomedicina es algo importantísimo que conducirá, imagino, a curar algunas de las enfermedades que sufrimos. Aunque queda un problema pendiente, que es el de las enfermedades mentales, en las que el progreso es mucho más lento.

El manejo de datos, entender los datos, la importancia de la calidad de los datos es otro punto vital. Hay muchos datos que no sirven para nada. Si los sistemas de inteligencia artificial se alimentan de datos malos, obviamente lo que sale es malo. Hay que saber cómo extraer conocimiento de los datos, y de ahí comprensión. De hecho, el tema de la calidad es el gran tema académico. Hagamos lo que hagamos, hagámoslo bien, estemos seguros cuando decimos algo de que es así y conozcamos los límites de su validez. Y si no estamos seguros, digámoslo.

Algo muy importante, a otro nivel, son los idiomas. Hablar y entender bien un idioma, e idealmente hablar y entender varios idiomas, es crucial porque los idiomas vienen con su filosofía de vida, cada idioma es una forma de entender el mundo. Y conocer varias formas de entender el mundo ayuda muchísimo. Esta diversidad de puntos de vista me parece muy importante. Otro aspecto que va más allá de la formación académica usual es la formación de un ser humano, de una persona con un carácter, con ideas propias, con Bildung. Es una persona que no está dominada por las ideologías que le han inculcado, sino que es capaz de escoger e incluso de construir su propia ideología. Debo decir que estoy muy contento porque veo, por las discusiones en el Consejo Rector, que esto es algo que está muy presente en la filosofía de Nebrija y no suele estarlo en otras universidades.

¿Cuántos idiomas habla? ¿Le han ayudado a comprender al otro?

Hablo bien 5 idiomas: español, catalán, alemán, inglés y francés. Hablo algo el luxemburgués y un poco el italiano. Pude hablar algo el ruso y el danés, cuando viví un tiempo en esos países, pero los he olvidado. Los idiomas me han ayudado muchísimo. Para empezar, me han permitido trabajar en muchos países. Y hablar con muchas personas en su idioma. Y es así como uno empieza a entender a los otros.

“El mundo es mucho más pequeño cuando solo hablas un idioma”

Descubres cómo son esos pueblos y eso ayuda a relativizar muchísimo, y a entender que tu país no es el mejor del mundo (ni el peor) y los demás no son malísimos, ni al contrario.
El mundo es mucho más pequeño cuando solo hablas un idioma, aunque sea uno tan extendido como el español. Y los problemas complicados lo son menos cuando los analizas desde perspectivas distintas.

Las matemáticas también son un idioma, el de la ciencia. Y también conviene aprenderlo de pequeño, como los otros.

Usted ha reflexionado con detenimiento sobre la decisión en su obra El placer de decidir. Decidir, ¿es siempre un privilegio? ¿puede ser una gran responsabilidad y hasta una condena?

Para mucha gente es una cruz. Mucha gente prefiere no decidir nada, porque hay que entender para poder decidir bien. Pero si alguien tiene la suerte de poder decidir, y de poder hacerlo bien, es un privilegio. Yo he disfrutado mucho decidiendo. He tenido el privilegio de poder analizar adecuadamente las alternativas. Ante una decisión mi primera reacción es intuitiva, luego hago un análisis científico y luego vuelvo a la intuición, ya educada por el análisis.

Si tú no decides nada, tu vida está determinada por agentes externos a tu voluntad, tu vida no es tuya, eres como un robot. Una vida satisfactoria de un ser humano debería ser una vida de decisiones, basada en la libertad de hacer una cosa u otra.

Habla en el libro de que existen ya varios escenarios que explican el origen de la vida en nuestro planeta. ¿Cuáles son?

Sobre el origen de la vida disponemos de varios escenarios. Y esto a partir de los 50, con el experimento de Miller y Urey. Mezclaron unas moléculas inorgánicas elementales, les pasaron una corriente eléctrica, las agitaron y crearon algunos aminoácidos, constituyentes de las proteínas. Esto es todo lo que había en este campo. Pero la vida es mucho más complicada, porque necesitamos tanto el ADN como las proteínas, y uno no puede aparecer sin el otro. Que aparezcan los dos a la vez es tan improbable que no hay que creer en ello.

Entretanto, se ha descubierto que una molécula que no es el ADN, sino el ARN, puede hacer los dos papeles, de proteína o enzima, y de transmitir la información genética, como el ADN. Lo siguiente que necesitas es que todo esto esté protegido, separado del exterior. Hay dos condiciones más, pero mientras tanto se ha visto que las chimeneas que hay en el Atlántico a 4.000 metros de profundidad, de las que salen gases y líquidos a 400 grados, tienen estructuras en las que se forman cavidades pequeñas que albergan seres vivos. Se cree que existen desde hace cerca de 3.500 millones de años. Es pues posible que se haya generado vida ahí. Quienes estudian esto tienen un modelo en el que todas las condiciones para que aparezca la vida se cumplen. Este es el modelo en el que se cree más, aunque muy recientemente ha aparecido un nuevo paradigma, basado en aguas muy poco profundas que se secan de vez en cuando.
Lo que quiero decir es que hemos pasado de no poder siquiera imaginar cómo podría crearse la vida a tener varios modelos de cómo se podría iniciar. De hecho, una vez iniciada, ya se entiende bastante bien todo lo que ha pasado a partir de entonces.

Una de las grandes novedades reservadas a futuras generaciones es el descubrimiento de vida en otros planetas, en nuestro sistema solar o fuera de él. Vida inteligente es harina de otro costal.

“No hay modelos científicos para el libre albedrío”

Te voy a poner un ejemplo de algo de lo que no tenemos un modelo en ciencia, ninguno: el libre albedrío. No se conoce un solo artículo en una revista científica seria basado en la química y la física del cerebro que explique el libre albedrío.

Pero, ¿se ha intentado?

Sí, sí. Pero no se ve cómo puede pasar algo que no esté dictado por las leyes de la física y que se entienda científicamente.

En la misma obra sugiere descartar la información “no significativa” para el proceso de decisión. ¿Cómo discernir qué información es “no significativa”?

Lo primero es saber de dónde viene, la fuente, si hay alguien que se hace responsable de la información. Si está publicada, si ha pasado por un proceso de revisión, si gente que sabe la ha analizado y qué dice. Si la publicación es de prestigio, si hay filtros de calidad. Esto se puede hacer y hay agencias que lo hacen. Lo que no puede ser es que leas algo extraordinario y lo creas de inmediato. Se trata, una vez más, de tener cierta capacidad de entender. Hay gente que tiene muy buena intuición y sentido común. Esto es muy importante. Con sentido común se puede separar el grano de la paja. Pero el sentido común es producto de una vida en la que has aprendido de padres, profesores, amigos.

Pero también puede ser fruto de un trabajo propio, ¿no?

También, también. El esfuerzo propio crea las condiciones necesarias para todo lo demás.

¿Cuál es la gran asignatura pendiente de la ciencia?

Los problemas que hoy parecen fundamentales se resolverán, si tenemos la voluntad, en unos años. El único desafío que quedará durante muchos años es el problema del cambio climático, que ya no se puede resolver satisfactoriamente, debido a su enorme inercia. Se puede mitigar, aunque habrá situaciones catastróficas, pero se puede evitar que sea una catástrofe total. Es un problema a largo plazo, crónico, y con él tendremos que vivir. Los demás aparecerán y se resolverán, pero éste quedará.

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