La inteligencia artificial (IA) ha llegado para quedarse. Uno de los sectores más sensibles en los nuevos procesos, roles y responsabilidades emergentes es el jurídico. El criterio de los profesionales como garantes últimos de la aplicación de un servicio esencial a los ciudadanos y las empresas centró el coloquio celebrado en la Facultad de Derecho y de Relaciones Internacionales de la Universidad Nebrija y moderado por el letrado Luis Moll, jefe del Servicio Jurídico de la Consejería de Digitalización de la Comunidad de Madrid.
Los despachos y asesorías jurídicas utilizan regularmente herramientas de IA generativa para ahorrar tiempos y costes, pero sin perder de vista que la automatización ha de convivir con la supervisión de los trabajadores. Esta visión la comparte Lidia Vidal, counsel en Cases & Lacambra. “La inteligencia artificial, ingobernable, es un tema crítico para los abogados y afecta a la forma en que trabajamos, a nuestra responsabilidad profesional y a la confianza del cliente”, advirtió.
Sin olvidar dos grandes hitos como la irrupción masiva de ChatGPT y la entrada en vigor del Reglamento de IA de la UE en julio de 2024, que “complementa” otras normas sobre protección de datos o derechos de imagen, Vidal enumeró los desafíos a los que se enfrenta el sector jurídico: la confidencialidad y el secreto profesional (saber qué ocurre si se sube un contrato a una herramienta de IA generativa), la verificación y la responsabilidad profesional, los sesgos y la discriminación (por ejemplo, en las herramientas de selección de personal) y la transparencia (hay que informar al cliente sobre el uso de la IA y sus decisiones).
Filtro de supervisión
Las cláusulas de cumplimiento normativo de protección jurídica, la gobernanza y la creación de comités éticos internos y de protocolos para la verificación exigen, a juicio de la counsel en Cases & Lacambra, que “siempre exista un filtro de supervisión humana”.
En la misma línea, Javier Torres. secretario general de la Agencia Española para la Supervisión de la IA (AESIA), hizo hincapié en la “esencial” labor de los abogados e instó al auditorio joven a especializarse en “una materia que está cambiando las formas de enfrentarnos a la realidad”, pero que en el ámbito jurídico “se equivoca muchísimo” hasta tal punto que “el mal abogado será el que no compruebe lo que te procese la IA y el bueno, el que lo compruebe”.
Considerando que la geopolítica también afecta a estas tecnologías disruptivas, Torres apeló a la posición “vanguardista” española y a garantías como la AESIA, integrada en la Oficina Europea de IA que supervisa y monotoriza los sistemas de IA prohibidos que estafan, que proporciona un laboratorio de ideas para repensar el futuro y proponer caminos regulatorios al Gobierno, que conforma un entorno de prueba para dar asistencia y consultoría a empresas y ciudadanos y que impulsa iniciativas de alfabetización para promover un ecosistema de IA.
Ahorrar tiempo y dinero
En la sesión celebrada en la Universidad Nebrija, Javier Cepeda, director de los Servicios Jurídicos de Iberdrola Energía Internacional, opinó que la IA ayuda “de forma ingente” y “ahorra tiempo y dinero” a la hora de seleccionar a los contratistas en obras y servicios públicos, aunque no “puede sustituir la decisión final en los criterios de adjudicación”.
Ahondando en los métodos de innovación relacionados, también, con las nuevas tecnologías, Javier Cepeda desarrolló las funciones de la calificación crediticia en el ámbito de la contratación pública.
Por último, Juan Pablo Peñarrubia, vicepresidente del Consejo General de Colegios Profesionales de Ingeniería Informática, apeló a que el uso responsable y la ética en la IA tiene que llegar al “día a día” de las empresas, con una “especial mención” a las empresas informáticas que la producen. “Es complicado, pero hay que trabajar para que este alcance sea realista y viable”, añadió.
Regulación, oportunidades y prácticas
La regulación emergente, las oportunidades competitivas de la IA y todas sus prácticas legales seguirán impregnando las jornadas que, desde el Departamento de Derecho de la Universidad Nebrija, dirigido por Ana Quintana, y desde la propia Facultad de Derecho y de Relaciones Internacionales, quieren seguir programando en las actividades dirigidas hacia los alumnos. Como evidenció en la presentación de esta jornada, su decano, Alfonso López de la Osa, “estamos ante un tema de muchísimo calado, uno de los mayores retos globales para integrar regulación y tecnología”.
Texto: Javier Picos / Fotos: Zaida del Río.




