“¿Somos fotógrafos primero o primero somos personas?”

Las personas somos el lugar donde vivimos, los amigos que tenemos, las aficiones que disfrutamos, y también somos nuestra vocación, una profesión de la que algunos tenemos la suerte de poder vivir, en mi caso, la de fotoperiodista. Y, si hay algo que realmente nos define en la vida, eso es nuestro trabajo.

Intentar mostrar con imágenes una realidad oculta para muchos observadores podría ser una definición muy simple de lo que significa practicar fotoperiodismo. El fotógrafo, con su trabajo, se convierte en los ojos del mundo e intenta acercar la realidad a los ojos de los espectadores.

Cuando el fotógrafo mira por el visor y dispara su cámara está viendo su realidad, una realidad que transmitirá a otros y que le permite detener el tiempo. La instantánea resultante no es únicamente el instante de la toma, sino la sucesión de emociones previas a esos hechos, las largas esperas… en las que el fotógrafo medita, para captar el mundo quizá no como es, sino como lo ve.

Al disparar su cámara, el fotógrafo elige, de manera consciente e inconscientemente muchas veces,  el encuadre, los personajes, selecciona los objetivos, compone la escena… en definitiva, escoge su punto de vista. La imagen que resulta no es más que su visión de la vida. De esta forma trabajan los fotoperiodistas que se mueven por el mundo cubriendo desde situaciones cotidianas hasta conflictos bélicos, para conseguir las fotografías que serán las portadas de nuestros diarios.

No hay duda de que los fotoperiodistas realizan su trabajo, pero ¿ayudan en muchas de las situaciones en las que se ven involucrados? ¿cuántas veces rozan el límite de la ética para conseguir sus imágenes?¿cuál es el rol del fotoperiodista?.

Son muchas las veces en las que el fotógrafo debe suprimir sus sentimientos en busca de una decisión más racional para realizar bien su trabajo. En situaciones dramáticas como desastres o zonas de conflicto, es donde suelen aparecer con más frecuencia este tipo de dilemas, ¿somos fotógrafos primero o primero somos personas?. Una vez que el fotógrafo tiende la mano a alguien para ayudarle, cesa su trabajo como periodista para convertirse en participante de la historia. Y, no es posible contar la historia con total independencia cuando se es partícipe de la misma.

Yo soy partidario de ayudar primero y tomar las fotografías después. Si hay que elegir entre salvar una vida o hacer una foto siempre ganaría el salvar una vida. Aunque sea fotógrafo, primero soy un ser humano. Sin embargo, y a la hora de tomar este tipo de decisiones, siempre debemos conceder a los fotógrafos el beneficio de haber dudado entre ayudar e intervenir en la escena o dedicarse a tomar imágenes.

Para poder responder con seguridad a las cuestiones planteadas sería imprescindible conocer qué motiva a los fotógrafos de prensa a tomar determinadas imágenes. ¿Mostrar al mundo la realidad que nos rodea o captar fotos impactantes merecedoras de grandes premios?

Andrés Ballesteros
Profesor de Periodismo Gráfico en la Universidad Nebrija

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