“El primer MUN me cambió la vida”

Un Modelo Naciones Unidas, conocido también como “MUN”, es una simulación de las Naciones Unidas en la que los delegados que se apuntan tienen que representar a un país en un comité de la ONU (por ejemplo, UNICEF, FMI, etc.) y defender sus intereses debatiendo ciertos temas. Los MUNs pueden durar entre 3 y 7 días y, a lo largo de esos días, los delegados tienen que formar alianzas, redactar y aprobar una resolución de la ONU, escrita con todas las palabras y cláusulas formales. Chiara Romano Bosch, alumna de 4º de Relaciones Internacionales de la Universidad Nebrija, nos cuenta su experiencia.

En el Área de Relaciones internacionales se venía  desarrollando, como parte de la formación de los alumnos de Relaciones internacionales, un modelo de simulación de Naciones Unidas. Este curso académico ha cobrado un nuevo impulso ya que los alumnos se están preparando para participar como delegados de Nebrija en MUN (Model of United Nations) externos en los que participan grupos de todo el mundo.  Además de la profesora Adela Alija, coordinadora de Relaciones internacionales, en nuestro NebrijaMUN colaboran  las profesoras Gracia Abad y  Sonia Andolz. La profesora Andolz está trabajando directamente en el entrenamiento de los primeros alumnos que intervendrán como “Nebrija delegates” en un MUN.

La mayoría de los delegados que vienen al CMUN son principiantes, aunque hay algunos que han hecho uno o dos modelos, y tengo ganas de ver qué impresión tendrán después de su primer MUN, si se quedarán tan enganchados como yo y si la experiencia les marcará tanto.

El equipo tiene miembros muy diferentes entre sí, algunos son de primero y otros de cuarto, y hay varias nacionalidades, por lo que será interesante ver cómo se desarrolla todo. Espero que les guste la experiencia porque sé que la Universidad ha trabajado duro para que sea posible. Se aprende muchísimo y se conoce a gente muy interesante. Este es mi último curso en la Nebrija y por eso estoy muy contenta de que pueda cursar mi último MUN de la carrera con una delegación de la Universidad.

Mi primera experiencia fue en el LIMUN de Londres en 2012. Normalmente hay que apuntarse con una delegación universitaria, pero en aquél entonces la Nebrija no tenía MUN, y en este modelo podíamos apuntarnos por libre, así que decidí ir con un compañero. Cuando llegó la hora de elegir a qué país representar, quise elegir uno que tuviera algo que decir, pero que tampoco fuera demasiado importante. Arabia Saudí me pareció una buena opción. Sin embargo, la suerte quiso que me tocara el comité del Banco Mundial, en el que teníamos que debatir sobre la distribución del petróleo en África, por lo que en mi primer MUN, no sólo no tenía ni idea de cómo iba a funcionar la cosa, sino que encima me había tocado un papel gigante.

Llegué a LIMUN con información pero sin haber leído las reglas de procedimiento y sin saber bien cómo iba a funcionar el debate. Allí me enteré de que LIMUN es el MUN más grande de Europa, en el que asisten unos 1500 delegados de todo el mundo, y es un modelo en el que el nivel es, generalmente, muy alto. La gente iba muy preparada, tanto que algunos delegados ni si quiera asistían a los eventos sociales porque querían irse a su hotel para preparar más información. Los típicos “empollones” que al día siguiente llegaban con 50 hojas de información nueva. Esa gente me angustiaba mucho, pero no me apetecía perderme los eventos sociales, así que hice una mezcla entre improvisación y preparación y al final todo salió genial.

Ese primer MUN fue una experiencia que me cambió la vida. Me di cuenta de que la gente en el extranjero es mucho más competitiva y está muy preparada, y sabiendo que mi objetivo siempre había sido el de trabajar fuera, entendí que tenía que ponerme las pilas. Tampoco penséis que volví y me encerré en casa, pero sí me cambió mucho la perspectiva.

Los que no hacen MUNs no entienden por qué la gente es tan “adicta”. Al volver de Londres, enseguida me apunté a dos MUNs. De hecho, el plazo para uno de ellos estaba cerrado, pero tenía tantas ganas de ir que, básicamente, supliqué al secretario general de ese MUN y me aceptó de forma excepcional. A día de hoy, he hecho 9 MUNs, 8 como delegada y 1 como “Chair”. Las razones por las que a la gente le encanta los MUNs son muchas. Para empezar, se aprende muchísimo. Es cierto que algunos de los temas que puedes llegar a debatir no son para tirar cohetes, pero a la mayoría de la gente que va a los MUNs le apasionan las Relaciones Internacionales, por lo que todos suelen tener mucho interés personal. Muchos de los temas que se tratan son temas que difícilmente se estudian a lo largo de la carrera, aunque estudies RRII o Ciencias Políticas, y siempre está bien aprender algo nuevo y, sobre todo, aprender más sobre los países que representas. Y sí, somos todos un poco “frikis” y lo admitimos, pero la sensación de estar rodeado de 1499 personas que se interesan tanto por la política internacional como tú, es única.

Lo mejor de todo es que los delegados de los MUNs no estudian todos RRII, Derecho, Economía o Ciencias Políticas. Algunos MUNs son más internacionales que otros, pero en los Modelos he conocido a gente de todo el mundo, que estudia todo tipo de cosas. Es gente que tiene iniciativa y ambición, que tiene ganas de comerse el mundo. Aunque están los que han hecho 28 MUNs y sólo están ahí para ganar los premios al mejor delegado, pero esas son excepciones.

También hay gente que va por las fiestas, que se organizan a lo largo del MUN para que los delegados se conozcan más. Los días de debate en los MUNs son muy intensos, las horas encerrados en un cuarto son muchas y luego apenas tienes tiempo de descansar porque tienes que cambiarte para ir al evento social de la noche. Eso hace que todo se magnifique y, si normalmente necesitas un tiempo para conocer bien a una persona o llegar a llamarla “amigo”, en los MUNs es como si ese proceso se acelerara. No sé si es el interés común, las alianzas que se forman durante el debate, o compartir la resaca de la noche anterior, pero es inevitable hacer amigos en los MUNs.

En el 90% de los casos, tú y tus amigos seréis de países distintos y no os veréis mucho, pero lo mejor de todo es planear viajes para ir a verlos. Además, el circuito de los MUNs es muy pequeño, por lo que siempre te encuentras a algún conocido en otro MUN.

Como la mayoría de las personas que hacen MUNs, no solo soy “adicta”, sino que también sufro de depresión post-MUN. Tengo un amigo que no entendía por qué yo estaba tan triste cuando volvía de los modelos, así que cuando él se fue a su primer MUN, le avisé de que le iba a pasar lo mismo, y así fue. Mi amigo me llamó a la vuelta casi en lágrimas, diciéndome que se sentía vacío. La energía que se vive en un modelo, los recuerdos, las bromas entre delegados, ver la ambición de la gente y conocer a personas tan abiertas mentalmente es algo verdaderamente especial. Es sentirse parte de algo que, aunque sea solo una simulación, te da la sensación de que estás haciendo algo que realmente merece la pena, donde puedes aportar lo tuyo, sorprenderte a ti mismo y, probablemente, hacerlo muy bien.

Chiara Romano Bosch
Alumna de 4º de Relaciones Internacionales de la Universidad Nebrija

Comentario

  1. Me encanto este articulo!
    Yo también soy delegada de los MUN’s y he padecido la “fiebre de los modelos”, la verdad que es una experiencia excelente y se aprende muchísimo. Tus conocimientos se quedan para toda la vida y la experiencia es inolvidable!