“Nadie más puede contar las historias que habitan en tu cabeza, así que… ¡No las dejes ahí!”

Clara Molero Guio, alumna de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, ha ganado el Premio para alumnos del XIII Certamen Literario de Relato Breve Alonso Zamora Vicente por su relato El tren de los desvelados. Aficionada a las letras desde muy niña, confiesa ser una apasionada de Oscar Wilde y Julio Cortázar.

¿De qué trata El tren de los desvelados?

De una línea de cercanías especialmente diseñada para personas que, por algún motivo, no consiguen dormir.

¿Cómo surge este relato?

Durante una noche de insomnio dándole vueltas al proyecto fin de carrera… ¡Me hacía falta justamente algo así! De manera que monté al protagonista en el tren, y después, con el paso de los días, los vagones fueron apareciendo casi por sí solos.

¿Cuándo comienza tu afición por las letras?

Pues incluso antes de aprender a leer o escribir. De muy pequeña acostumbraba a coger libros y pasar las páginas fingiendo que leía mientras que en realidad me inventaba las historias. Un poco más tarde empezaría a escribir e ilustrar mis propios cuentos. Y desde entonces hasta ahora.

Como alumna de la Universidad Politécnica, ¿crees que el mundo de la literatura y el mundo de la ciencia tienen una buena relación?

No creo que sea buena ni mala, sino escasa. Es una lástima, porque son dos mundos fantásticos con mucho que compartir entre ellos y para todos.

¿En qué autores te inspiras?

Me gusta la musicalidad de Cortázar, la magia espontánea de Roald Dahl y de Oscar Wilde, diré que todo. Pero, a la hora de la verdad, cada cual tiene que encontrar su propia voz.

¿Y qué relato te ha impresionado más de todos los que has leído últimamente?

Estoy leyendo “Neverwhere” de Neil Gaiman, y esa manera de crear un mundo totalmente fantástico y ligarlo a la realidad cotidiana me tiene enamorada.

¿Cuál es tu proceso creativo? ¿Qué te sirve de inspiración?

Siempre llevo un bolígrafo encima, y cuando se me ocurre una idea, una frase o cualquier detalle interesante, lo apunto donde pueda: en un cuaderno, el dorso de la mano, o un papel de publicidad. Al llegar a casa lo traspaso a “el cuaderno de las ideas”. Y cuando me apetece escribir, me siento, lo hojeo, y elijo una. A menudo veo fotos para imaginarme los lugares en que se desarrolla la trama o me pongo música. Y muchas veces, la única manera de rescatar las palabras del fondo de mi cabeza es bailar.

Has conseguido el Premio para alumnos del certamen de la Universidad Nebrija, ¿te esperabas este resultado? ¿Qué crees que tiene tu relato para haber ganado este premio?

La verdad es que no. ¡Uno nunca puede prever algo así! Fue una grata sorpresa. Y puede que haya ganado por lo fácil que resulta meterse en el relato y saborear el recorrido. Cualquiera puede sentirse identificado con los personajes que rondan alguno de los vagones.

Y ahora, ¿qué proyectos tienes en mente?

Lanzarme a escribir algo un poco más largo. Este premio me ha dado el empujón que necesitaba para atreverme y tengo una idea a la que llevo dando vueltas desde hace meses. ¡Ha llegado el momento de darle vida!

Una frase para animar a participar a los estudiantes en el próximo Certamen Literario de Relato Breve Alonso Zamora Vicente…

Pues les diría lo que me digo a mi misma: nadie más puede contar las historias que habitan en tu cabeza, así que… ¡No las dejes ahí!

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