“Conectad con vuestras pasiones y no tengáis miedo. Como decía Coco Chanel, para ser irremplazable, uno debe buscar siempre ser diferente”. Así concluyó Silvia Escribano, coach de alta dirección y experta en comunicación, emociones y corporalidad, la primer masterclass de 2020 organizada por el Instituto Nebrija de Competencias Profesionales. La «impulsora del bienestar y de la felicidad organizacional», como ella misma se define, hizo que los alumnos de segundo curso de diferentes grados de la Universidad Nebrija incluso abandonaran sus cómodas butacas del teatro EDP Gran Vía para comprobar cómo las primeras impresiones nos llevan a aceptar un análisis superfluo de la persona que tenemos enfrente. Con los estudiantes más altos de la Universidad, mostró un experimento real que indica que el 60% de los CEO (primeros ejecutivos de una empresa) de Estados Unidos miden más de 1´88 metros. “No hay ningún estudio que relacione la altura con la inteligencia, pero a los más altos la sociedad atribuye mejor estima social, mejor liderazgo… esto es muy injusto”, reseñó.
Otro ejemplo en la misma línea. A los alumnos les enseñó un retrato de Yassmin Abdel-Magied, una joven nacida en Sudán para que averiguaran su trabajo y ocupaciones echando un vistazo a sus rasgos físicos y su colorido tocado de tela en su cabeza. Nadie acertó que, entre otras destrezas, es ingeniera de coches de carreras y directora de una plataforma petrolífera. Estamos, según Escribano, ante los llamados sesgos inconscientes, “tendencias y comportamientos que marcan la forma en la que cada uno de nosotros interpreta la realidad”. Según Escribano, los sesgos inconscientes provocan que “hayamos crecido en una vida llena de estereotipos”, donde los prejuicios, “al tardar cuatro segundos en formularse”, condicionan nuestro modo de ver el mundo.
La responsabilidad de cada uno
Silvia Escribano lleva toda su vida profesional luchando contra los sesgos inconscientes, que generan “una falta de diversidad real en las organizaciones”. En su clase magistral y después de la presentación de Beatriz Contreras, directora del Instituto Nebrija de Competencias Profesionales, intentó resumir al máximo sus ideas con varios aforismos como “respetar es una actitud; la diversidad es respeto”, “el cerebro no busca la verdad, busca sobrevivir” o “cerca del 90% de nuestra actividad cerebral es subconsciente”. Para la coach, la diversidad es un “mosaico” de diferencias visibles (raza, clase social…) y no visibles (forma de pensar, gustos musicales…). “Solemos juzgarnos más por lo que nos hace diferentes que por lo que nos une”, señaló. La responsabilidad es de cada uno”, comentó. El video de UNICEF Si vieras a esta niña en la calle, ¿pasarías de largo?, que la experta mostró en su coloquio, sintetiza en imágenes esta idea.
Después de este reconocimiento de los prejuicios, Escribano instó a los universitarios a luchar para alcanzar la felicidad y “hacer que nuestra actividad mental sea más consciente”. Para ella, prácticas como el yoga o el mindfulness pueden ayudar a lograrlo.
Interacción con el equipo
Escribano estableció tres niveles de diversidad: persona, equipo y organización. Mientras en el primer estadio, identificar los prejuicios y los sesgos inconscientes “resulta fundamental para pensar diferente”, un equipo heterogéneo y que funcione, de acuerdo con Khoi Tu, autor de De Ferrari a los Rolling Stones. Los secretos de los mejores equipos del mundo, debe integrar a un líder que muestre determinación, autoconfianza y que tenga un objetivo claro. “La diferencia clave está en la interacción con el equipo, en las organizaciones redárquicas. El liderazgo está dejando de ser individual: el equipo es lo más importante”, añadió.
Para responder a la pregunta “¿qué significa ser una empresa diferente?”, Escribano relató un cuento sobre una jirafa que invita a su nueva casa a un elefante que, debido a su peso y sus movimientos, termina por dañar su estructura. La experta invita siempre a los responsables de las organizaciones a plantearse si en una casa hecha para jirafas tiene cabida un elefante: “¿Cómo podemos construir una entidad para que la diversidad sume?”. Además, Escribano cree que si los empleados son felices y “vibran” son su trabajo “son los más proclives a promover la marca”.
Por último, y teniendo en cuenta estos tres apartados, la autora del libro Neurocoaching. Entre la ciencia y la vida, enumeró algunos beneficios de integrar la diversidad: abrir la mente, conocer otros mundos, aportar valor, poder equivocarse, establecer una comunicación más abierta, compartir el liderazgo, asumir una cultura de riesgo e innovación en las empresas, pensar en global, fomentar la tolerancia o generar embajadores de una marca determinada.
Texto: Javier Picos. Fotos: Zaida del Río.